¿El golpe avisa?

Nicolás Maduro hace declaraciones a la prensa (archivo)
Nicolás Maduro hace declaraciones a la prensa (archivo)
Gerver Torres

16 de febrero 2015 - 20:57

Caracas/Este artículo debió aparecer hoy en el diario El Universal. Fue censurado. Desde aquí hago pública mi renuncia como columnista de ese medio, con el cual colaboré durante quince años.El Universal

Maduro habla a diario y con angustia de golpes y conspiraciones que descubre, que desmonta y que aparentemente se reproducen por todas partes y a toda hora. ¿Por qué se siente Maduro tan atormentado por un posible golpe? La verdad es que cuando se hace un reconocimiento de las circunstancias que a él lo rodean, uno llega a la conclusión de que razón tiene Maduro y mucha para vivir angustiado, para temer un golpe, y hasta más de uno. Pasemos revista a algunas de esas circunstancias:

Sus aliados internacionales lo han abandonado o están todos en muy serios problemas: los cubanos presurosos de restablecer relaciones con los Estados Unidos; Cristina Kirchner en el final de su mandato con una economía en picada y enfrentando serias acusaciones de todo tipo. Dilma Rousseff, también con una economía estancada y abrumada por el escándalo de corrupción en Petrobras, el más grande en la historia de Brasil. Putin, subsumido en la crisis de Ucrania, sancionado por la Unión Europea y en severas dificultades por la caída de los precios del petróleo. Irán, negociando un acuerdo nuclear con los Estados Unidos e intentando redefinir sus relaciones con ese país.

Hombres muy cercanos al régimen huyen del país o comienzan a atacar el régimen abiertamente: Leamsy Salazar se fue al norte con esposa, a contar la historia del cartel de los soles; Rafael Ramírez va sigilosamente separándose del régimen. En cualquier momento estalla por allí esa bomba; Giordani reaparece envalentonado para decir que el país se ha vuelto el hazmerreír de América Latina, apenas unos meses después que a él lo echaron del gobierno.

La economía del país anda por el suelo, con los venezolanos viviendo experiencias dolorosas totalmente inéditas, de colas, escasez, muertes de enfermos en hospitales por falta de insumos, inflación desatada, y otras tragedias como la criminalidad sin control e impune.

Maduro ya no cuenta con los abundantes ingresos petroleros y el acceso a deuda con los cuales pudo durante algún tiempo posponer la solución a muchos problemas.

Maduro vive en un país arruinado institucionalmente, convertido en una selva, sin Poder Judicial, devorado por la corrupción. Si bien todo eso lo generó el mismo régimen que él hoy preside y sirvió para sostenerlo durante mucho tiempo, esa misma falta de institucionalidad se le voltea ahora en su contra. El régimen no tiene ya de dónde agarrarse que no sea la represión.

Maduro sabe que su popularidad ha caído muy bajo, que ya ni el chavismo lo quiere.

Maduro sabe, y esto no es poca cosa, que por problemas mucho menores a los que el país vive hoy, su comandante eterno encontró justificación para el golpe de 1992.

¿Cómo no va a estar Maduro angustiado por la posibilidad de un golpe?

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