Una investigación periodística vincula a la Unidad 29155 del GRU ruso con el “síndrome de La Habana”

Ese escuadrón, dedicado a cometer asesinatos y sabotajes, desarrolló “armas acústicas no letales”

Aunque las primeras víctimas del síndrome surgieron en 2016 en La Habana, el reportaje dice que "probablemente hubo ataques dos años antes en Frankfurt"
Aunque las primeras víctimas del síndrome surgieron en 2016 en La Habana, el reportaje dice que "probablemente hubo ataques dos años antes en Frankfurt" / EFE
14ymedio

01 de abril 2024 - 19:11

Madrid/Los incidentes de salud conocidos como “síndrome de La Habana” pueden tener su origen en armas de “energía dirigida” a cargo del Departamento Central de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Rusia (GRU, por sus siglas en ruso). Así lo revela este lunes The Insider, en un largo reportaje realizado en colaboración con el programa estadounidense 60 Minutes y la revista alemana Der Spiegel.

La investigación, de un año de duración, presenta, por ejemplo, el testimonio de víctimas que vieron a miembros de la temible Unidad 29155 de la inteligencia militar rusa en el lugar de los ataques.

Una de esas víctimas, una enfermera casada con un funcionario de Justicia destinado en la Embajada de Estados Unidos en Tiflis (Georgia), cuenta a The Insider cómo, el 7 de octubre de 2021, sintió de repente, “como si hubiera entrado por la ventana”, un sonido agudo, que describe como el que se ve en las películas después de que explota una bomba: “Simplemente me perforó los oídos”. Al momento sintió “un dolor de cabeza punzante” y, después, vomitó.

La mujer, presentada por el medio con el nombre ficticio de Joy, asegura que vio un Mercedes negro aparcado en la calle

La mujer, presentada por el medio con el nombre ficticio de Joy, asegura que vio un Mercedes negro aparcado en la calle, enfrente de su casa, y junto al vehículo, un hombre “alto y delgado”. Este, según lo identificó ella misma en una fotografía tres años después, era Albert Averyanov, no solamente agente de la Unidad 29155, el escuadrón del GRU conocido por llevar a cabo asesinatos y operaciones de sabotaje, sino hijo de su fundador, Andrei Averyanov.

El reportaje presenta como evidencia el hecho de que los miembros de alto rango de la unidad recibieron “premios y ascensos políticos” por trabajos relacionados con el desarrollo de “armas acústicas no letales”, esto es, “dispositivos de energía dirigida”, de sonido o de radiofrecuencias, que pueden provocar “efectos acústicos” en el cerebro de las víctimas.

Además, asevera que aunque la dolencia fue denominada a partir del efecto que ocasionó en diplomáticos estadounidenses en 2016 en La Habana, “probablemente hubo ataques dos años antes en Frankfurt, Alemania”, pocos meses después de la invasión rusa de Ucrania de 2014. Entonces, un empleado en el consulado estadounidense “quedó inconsciente por un golpe, algo parecido a un fuerte rayo de energía” y, posteriormente, “se le diagnosticó una lesión cerebral traumática”. Esta víctima “también pudo identificar a un agente de la Unidad 29155 con sede en Ginebra”.

Los medios que presentan la investigación aseguran haber descubierto “evidencia documental” de que la Unidad 29155 ha estado experimentando “exactamente con el tipo de tecnología armada” que los expertos sugieren como causa plausible del síndrome de La Habana.

Los síntomas de la dolencia incluyen dolores de cabeza crónicos, vértigo, tinnitus (sensación auditiva que consiste en percibir sonidos que no proceden de fuentes externas), insomnio, náuseas, deterioro psicofisiológico y, en algunos casos, ceguera o pérdida de audición. “Muchas víctimas han dicho que se encontraban bien y que sufrieron repentinamente un intenso dolor o presión en el cráneo, generalmente localizado en un lado de la cabeza, como si estuvieran atrapados en un rayo de energía concentrada”, recuerda el texto.

La aparición de estos incidentes de salud en diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana fue uno de los motivos de que la normalización con Cuba iniciada por Barack Obama cuando era presidente de EE UU no siguiera adelante. En 2017, el siguiente presidente, Donald Trump, decidió suspender los servicios consulares en La Habana y reducir al mínimo el personal diplomático en la Isla.

Mientras tanto, el Gobierno de Cuba negó siempre cualquier responsabilidad y puso en marcha una comisión de expertos que no encontró evidencias científicas o criminales que vincularan los síntomas con posibles ataques sónicos, microondas u otra acción deliberada.

El 1 de marzo de 2023, la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional (ODNI), Avril D. Haines, publicó un informe elaborado por siete agencias de inteligencia de Estados Unidos en el que consignaban que era "muy improbable" que un adversario extranjero provocara el llamado síndrome de La Habana.

El Gobierno de Cuba negó siempre cualquier responsabilidad y puso en marcha una comisión de expertos que no encontró evidencias de posibles ataques sónicos

El reportaje de The Insider es también una impugnación de ese reporte, que ya fue criticado en su momento por expertos como Marc Polymeropoulos, ex alto oficial de la CIA y víctima él mismo de la dolencia. En una entrevista con América TeVé, el año pasado, se consideró “traicionado” por el informe e insistió en señalar a Cuba y a Rusia como responsables de los ataques.

"Diría que tiene todas las características de una medida activa rusa. Es como luciría una acción exitosa, de las que causan miedo al adversario, saca a la gente de sus labores y distrae", dijo entonces el ex agente de inteligencia a la cadena miamense.

Las declaraciones a The Insider del primer oficial de la CIA afectado por el síndrome de La Habana en Cuba, el “paciente cero” presentado con el pseudónimo de Adam, son contundentes: “Lo que esta larga investigación ha demostrado es que o la comunidad de inteligencia es incapaz de llevar a cabo su función más básica o ha trabajado para encubrir los hechos y engañar al público y a los empleados damnificados”.

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