Miles de brasileños se concentran para exigir la destitución de Rousseff
(EFE).- El senador Aécio Neves, presidente del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), afirmó que con las protestas que hoy se realizan en el país prueban que la sociedad "se cansó y le dice basta" a la presidenta Dilma Rousseff.
"Estamos junto a todos los brasileños, que quieren y merecen algo mejor, para construir un nuevo camino para el país", declaró Neves en medio de una marea de gente que hoy tomó las calles de la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
Aclamado por la multitud, calculada en unas 30.000 personas por la Policía, Neves aseguró que la sociedad brasileña "se cansó y le dice basta" a Rousseff y al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen la mandataria y su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.
El PSDB, la principal fuerza de la oposición, ha apoyado en forma explícita las manifestaciones de hoy, convocadas por grupos de la sociedad civil y que se han regado por decenas de ciudades de todo el país en las que miles de personas expresaron su respaldo a un posible juicio político contra Rousseff.
Neves divulgó esta semana un vídeo, en el que pidió que los brasileños se sumen a las protestas, pues "pueden ser un inductor muy importante para buscar, en beneficio de todos los brasileños, una salida al 'impasse' en que este Gobierno mantiene al país".
Según Neves, los recurrentes escándalos de corrupción que "cada día se acercan más al Palacio presidencial" y el agravamiento de la crisis económica "obligan a buscar una salida"
Según Neves, los recurrentes escándalos de corrupción que "cada día se acercan más al Palacio presidencial" y el agravamiento de la crisis económica "obligan a buscar una salida", que según el PSDB pasa por un juicio político con miras a la destitución de Rousseff.
En los últimos días, el PSDB se ha aproximado a los sectores disidentes del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que lidera el vicepresidente Michel Temer, y acordado que "trabajarán juntos" para buscarle una "salida" a la crisis del país.
El partido de Temer, el principal del país, celebró este sábado una convención nacional, en la que decidió que sus afiliados no podrán ocupar nuevos cargos en el Gobierno por un plazo de 30 días, en los que decidirá si permanece junto a Rousseff o pasa a engrosar las filas opositoras.
Esa decisión acorraló aún más a la mandataria, cuya popularidad ha caído en los últimos meses a un escaso 10 %, arrasada por una aguda crisis política y económica, espoleada por un escenario de creciente desempleo e inflación.
