Muere a los 89 años el ex presidente de Uruguay Pepe Mujica
Obituario
Fue un símbolo de la sobriedad política y reflejó las contradicciones de la izquierda latinoamericana
La Habana/José Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, ha fallecido este martes a los 89 años. Su vida, marcada por la lucha armada, la prisión, la presidencia y una gran sencillez personal, lo convirtió en un referente moral para muchos. Pero también en un espejo que reflejó, sin maquillaje, las tensiones y contradicciones de una izquierda que, en sobradas ocasiones, priorizó la lealtad ideológica sobre la coherencia ética.
Conocido en todo el continente simplemente como Pepe, Mujica trascendió su país para convertirse en un ícono global de la política austera. Ex guerrillero tupamaro y preso político durante la dictadura militar uruguaya –pasó 13 años encarcelado, en condiciones extremas– fue elegido presidente en 2010 por el Frente Amplio con casi el 55% de los votos. Gobernó hasta 2015 sin cambiar su modo de vida: nunca se mudó a la residencia oficial, donaba la mayor parte de su salario y vivía en su chacra en las afueras de Montevideo.
Desde allí, construyó un discurso poderoso sobre el valor de la vida sencilla, el consumo responsable y la necesidad de rescatar la política de la banalidad. Su famosa intervención en la ONU en 2013, donde denunció el modelo de desarrollo basado en la acumulación y el derroche, todavía resuena en muchos foros del mundo.
Mujica mantuvo una relación ambigua con varios regímenes autoritarios de la región
Sin embargo, su legado político no estuvo exento de sombras. Mujica mantuvo una relación ambigua con varios regímenes autoritarios de la región. Su cercanía con el modelo cubano, y su reticencia inicial a criticar sus abusos, generaron incomodidad incluso entre sus propios seguidores. Durante años, evitó pronunciarse con claridad sobre la represión en la Isla, amparándose en una lealtad histórica que, con el tiempo, comenzó a resquebrajarse.
Durante la larga convalecencia de Fidel Castro, entre su crisis de diverticulitis en 2006 y su muerte en 2016, Mujica fue uno de los pocos mandatarios extranjeros que el líder cubano recibió en su casa. De aquellos encuentros, el uruguayo salió asegurando haberlo visto en buen estado y hasta "centelleante".
Después de uno de aquellos viajes, el uruguayo se sinceró en una entrevista y, en un acto de indiscreción aseguró que Raúl Castro planeaba salir del poder, "ya tiene la decisión tomada y tiene 85 años. ¿Por qué? Porque con la biología no se puede y hay que respetarla porque es determinante”.
La dictadura del proletariado como que no... el proletariado termina sin nada y la dictadura con todo”
En sus últimos años, Mujica mostró una postura más crítica hacia La Habana. En una conversación informal con funcionarios cubanos llegó a afirmar: “El problema es que en Cuba todos tienen empleo y por eso nadie arriesga nada”, sugiriendo que, a pesar de sus excesos, el capitalismo fomenta la iniciativa. También cuestionó el estatismo extremo y la burocracia enquistada en la Isla, a la que consideraba incompatible con el verdadero socialismo. “La dictadura del proletariado como que no... el proletariado termina sin nada y la dictadura con todo”, declaró sin rodeos en una entrevista.
No fue menos tajante con el partido único, que consideraba una rémora incompatible con los tiempos: “Eso no sirve. Hay que respetar los principios democráticos”. Aunque reconocía tímidas reformas económicas en Cuba, se mostraba escéptico ante su lentitud y falta de transparencia.
Firme opositor de las sanciones económicas estadounidenses, Mujica no dudó en señalar que “los dictadores comen bien todos los días y no les pasa nada; los que sufren son los pueblos”. Su crítica apuntaba tanto a Washington como a La Habana, dispuesto a disparar hacia todos los extremos.
En el momento de cerrar esta nota, el régimen cubano aún no ha emitido declaraciones oficiales
Su muerte, tras meses de lucha contra un tumor de esófago diagnosticado en abril de 2024, ha provocado múltiples reacciones en América Latina. En el momento de cerrar esta nota, el régimen cubano aún no ha emitido declaraciones oficiales.
Pepe Mujica se va como vivió: sin estridencias, sin ambiciones personales, con una lucidez que lo llevó a denunciar tanto al neoliberalismo como al dogmatismo revolucionario. Fue, quizás, uno de los pocos líderes que pudo mirar de frente al poder sin rendirse ante él.