La oposición venezolana intentará aglutinar apoyos para un incierto revocatorio

Oposición en Venezuela pide un referéndum revocatorio que permita salir del Gobierno este año. (EFE)
Oposición en Venezuela pide un referéndum revocatorio que permita salir del Gobierno este año. (EFE)
Héctor Pereira

23 de septiembre 2016 - 10:01

Caracas/(EFE).- De los 19.465.638 venezolanos llamados a participar en la siguiente fase del referendo revocatorio presidencial, la oposición necesita que al menos 3.893.638 certifiquen con sus huellas que apoyan este mecanismo constitucional cuya fecha de realización es, cuando menos, incierta.

Durante los días 26, 27 y 28 de octubre se desarrollará en el país suramericano la última fase previa a la convocatoria de un plebiscito que podría cesar al jefe de Estado, Nicolás Maduro, pero muy improbablemente a su Gobierno.

El Poder Electoral informó el miércoles de que, de determinarse la procedencia del proceso, los electores asistirían a las urnas para revocar o no a Maduro en el primer trimestre de 2017, cuando el proceso, de ganarlo la oposición, no conllevaría a nuevas elecciones presidenciales sino a que el vicepresidente asuma el mando hasta que finalice el período de Gobierno actual en 2019.

De celebrarse en 2017 y ganarlo la oposición, el revocatorio no conllevaría probablemente a nuevas elecciones sino a que el vicepresidente asuma el mando hasta que finalice el período de Gobierno actual en 2019

Sin embargo, la alianza de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) insiste en una supuesta viabilidad para concretar esta elección antes del 10 de enero próximo, fecha tope para quienes aspiran al fin inmediato del Gobierno chavista, en el poder desde hace 18 años.

Pero antes de llegar a ese escenario, la MUD está obligada a cumplir un último requisito que consiste en tres días de recogida de apoyos equivalentes al 20% de los inscritos en el censo electoral, jornada que se llevará a cabo en condiciones contrarias a las exigidas por los revocantes.

Aunque la oposición había solicitado al Consejo Nacional Electoral (CNE) que para esta tarea dispusiera de al menos 19.500 máquinas distribuidas en 6.500 centros de votación, deberá ceñir sus estrategias ante las 5.392 máquinas y 1.356 centros que finalmente aprobó el organismo.

El punto crítico de esta fase, al menos para la MUD, lo constituye el criterio que acordó el órgano electoral para determinar la validez de los respaldos, que deberán reflejar el 20% de apoyo en cada una de las 23 entidades venezolanas y en la capital.

Además, los opositores tendrán un tiempo conjunto de 21 horas, siete diarias, para ganar esta carrera cuya arena estará representada en los centros de votación repartidos en los 335 municipios de la nación petrolera.

Ahora bien, las posibilidades de éxito de la MUD en esta fase estarán definidas por múltiples factores entre los que destaca, en primera medida, la movilización de los electores, seguido por la operatividad de los centros y la agilidad de quienes acudan a verificar sus huellas.

Con un universo de 5.392 máquinas y bajo la premisa de que el proceso requiera 1 minuto por votante la oposición podría sumar hasta 6.793.920 apoyos durante los tres días de recogida, siempre y cuando los centros garanticen su óptimo funcionamiento y haya revocantes en cola.

Si se aplica esta misma fórmula a un escenario en el que los electores se tomen 60 segundos más (dos minutos en total) para verificar sus huellas y firmar a favor del referendo las intenciones de revocar a Maduro serán anuladas por el CNE al comprobar que solo 3.396.960 venezolanos respaldaron el proceso, casi 600.000 menos de los necesarios.

Así, un promedio que garantizaría la continuidad del referendo sería el de 90 segundos por elector, medio minuto más del cálculo manejado por el CNE, que arrojaría un total de 4.529.280 respaldos, poco más de medio millón por encima del mínimo estipulado.

Los cálculos omiten el comportamiento electoral del país, que en la última década ha celebrado una decena de votaciones y ha mostrado diversidad en cuanto a participación e inclinación

No obstante, estos cálculos omiten el comportamiento electoral del país caribeño que en la última década ha celebrado una decena de votaciones y ha mostrado diversidad en cuanto a participación e inclinación política.

Pese a que la MUD obtuvo una inédita victoria en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, cuando superó incluso el número de votos que consiguió Maduro en 2013, en esta oportunidad se enfrentará a un proceso nacional sin la maquinaria que tradicionalmente se dispone para ello.

También, el rigor de tener que cumplir una cantidad determinada de apoyos en todos los estados de Venezuela juega en contra del afán opositor, que ya en 2004 intentó revocar al entonces presidente Hugo Chávez, que terminó siendo ratificado en el referendo.

Entonces, la oposición no tuvo que completar el 20% de respaldo por cada estado y, sin embargo, hicieron falta también tres jornadas de recogida de las llamadas manifestaciones de voluntad para echar a andar el revocatorio.

Con todo, los opositores venezolanos se embarcarán en esta travesía, para algunos suicida para otros épica, con la vista puesta en el poder, ese que el chavismo ha insistido en mantener, quizá satíricamente, durante cien años.

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