Preocupación en la diplomacia de Estados Unidos por el proyectado traslado a Guantánamo de 800 inmigrantes europeos
Base Naval
Se trata de unas 9.000 personas en situación irregular, procedentes de numerosos países
Madrid/Cerca de 9.000 inmigrantes, 800 de ellos ciudadanos europeos, podrían terminar en el centro de detención de la base naval que EE UU tiene en Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba. La noticia, filtrada este martes por Político y ampliada horas más tarde por The Washington Post (WP), ha generado preocupación entre algunos funcionarios del Departamento de Estado, por implicar a nacionales de países aliados y que cooperan con las repatriaciones.
El proceso es inminente y podría empezar este mismo miércoles, según los documentos y testimonios de ambos medios. Las 9.000 personas cuyos traslados a Guantánamo están siendo evaluados incluyen a una multitud de haitianos y personas de distintos países, Rusia entre ellos.
Pero lo que más ha llamado la atención es la presencia de centenares de europeos, procedentes de Reino Unido, Italia, Francia, Alemania, Irlanda, Bélgica, Países Bajos, Lituania, Polonia, Turquía y Ucrania, entre los citados y sin que se descarte que haya más. Los funcionarios que proporcionaron la información al WP pidieron anonimato por tratarse de información “altamente sensible”. Para más gravedad, el documento contempla la posibilidad de que los países de los afectados no sean notificados con antelación de la medida.
“El mensaje es conmocionar y horrorizar a la gente, perturbarla. Pero somos aliados”, dijo a Político un funcionario del Departamento de Estado
“El mensaje es conmocionar y horrorizar a la gente, perturbarla. Pero somos aliados”, dijo a Político un funcionario del Departamento de Estado –cuya identidad también ha sido protegida– conocedor del plan. Según esta fuente, diplomáticos pertenecientes al organismo dirigido por Marco Rubio están intentando disuadir al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) con el argumento de que es innecesario abrir un conflicto con países que cooperan.
La única reacción conocida hasta ahora procede de Italia, que tiene uno de los gobiernos con mayor sintonía con la actual administración estadounidense. El ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, ha dicho que conversará el jueves con el secretario de Estado para aclarar la situación pero no prevé problemas.
"Italia ya le ha comunicado a la Administración estadounidense que está dispuesta a recibir de vuelta a los irregulares, con pleno respeto de sus derechos individuales y con asistencia consular. Por lo tanto, no debería haber posibilidad de que los italianos sean llevados a Guantánamo", explicó este miércoles. "No hay que dramatizar porque los italianos serían repatriados a Italia. No sabemos cuántos irregulares hay, no tenemos datos. Pero haremos todo lo posible para que no haya italianos que sean llevados a Guantánamo", añadió.
La oposición, no obstante, ya ha clamado contra la mera posibilidad. "Nos encontramos ante un hecho de una gravedad inaudita, que no solo afecta a ciudadanos italianos, sino al panorama general de los derechos humanos en Estados Unidos”, dijo Angelo Bonelli, de la Alianza Verdes e Izquierda. La centrista Raffaella Paita no se quedó atrás. “La sola idea de deportar inmigrantes a una base militar conocida por las violaciones a los derechos humanos es indecente e inmoral. El Gobierno debe actuar con firmeza para proteger a nuestros conciudadanos”, dijo.
“La sola idea de deportar inmigrantes a una base militar conocida por las violaciones a los derechos humanos es indecente e inmoral. El Gobierno debe actuar con firmeza para proteger a nuestros conciudadanos”
Entre las tareas de preparación que incluye el documento está la incorporación de estudios médicos de los afectados, para valorar si cumplen las condiciones de salud exigidas para el traslado. Este dato resulta inquietante, especialmente cuando el centro de detención de Guantánamo está unido en la memoria a las violaciones de derechos y abusos documentados en la prisión, que fue utilizada durante años a albergar a yihadistas detenidos por terrorismo.
La cárcel es una instalación independiente de este centro que acoge temporalmente a migrantes indocumentados, unos 500 en los últimos meses y 70 en este momento. Sin embargo, un reportaje publicado en septiembre de 2024 por The New York Times, basado en informes internos del Gobierno, reveló que los detenidos enfrentan condiciones precarias en Guantánamo, incluyendo denuncias de que son obligados a usar gafas de visión opaca durante los traslados dentro de la base, que sus llamadas con abogados son monitoreadas y que algunas instalaciones están llenas de ratas.
El documento explicita que la estancia en Guantánamo sería temporal, pero no se establecen plazos límite. Los portavoces del DHS y del Departamento de Estado han rechazado hacer declaraciones oficiales al respecto, mientras que un funcionario de Defensa dijo que no había cambios y no hablaría de posibles “misiones futuras”.
Político recuerda que la situación coincide con el aumento exponencial de migrantes ilegales detenidos, así como la exigencia de Stephen Miller, asesor de Trump en este asunto, de arrestar a 3.000 personas cada día. Esto mantiene al límite los centros de detención del país, de ahí, presuntamente, la idea de liberar espacio con el movimiento a Guantánamo, que ya el presidente adelantó en enero cuando dio orden de ampliarlo hasta las 30.000 camas para este uso.
Las asociaciones defensoras de los derechos de los migrantes, que interpusieron una denuncia, consideran que no existe ese problema de espacio y que el uso de Guantánamo tiene fines propagandísticos
Las asociaciones defensoras de los derechos de los migrantes, que interpusieron una denuncia, consideran que no existe ese problema de espacio y que el uso de Guantánamo tiene fines propagandísticos, por el terror que el nombre genera y las condiciones que se vive también en la parte destinada a inmigrantes. El caso está pendiente ante el juez federal de distrito Carl Nichols, designado por Trump.
La base naval de Guantánamo, arrendada a Cuba desde 1903 –pese al rechazo del régimen actual– tiene 113 kilómetros cuadrados y alberga, por término medio, a unos 140 presos. Según el senador demócrata Gary Peters, del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, el costo por detenido ronda los 100.000 dólares diarios.
El Ejército dispuso en febrero una ampliación con tiendas de campaña para unas 3.000 personas, pero fueron desmontadas poco después por su falta de uso. De ahí que en los actuales documentos, según el WP, mencionen que está infrautilizada.