La salida de Evo Morales sume en el caos a Bolivia

La comunidad internacional, dividida entre quienes consideran o no un golpe de Estado lo ocurrido en el país andino

Militares salen este lunes a patrullar las calles, en Santa Cruz. (EFE/Juan Carlos Torrejón)
Militares salen este lunes a patrullar las calles, en Santa Cruz. (EFE/Juan Carlos Torrejón)
Laura Núñez Marín

12 de noviembre 2019 - 11:19

La Paz/(EFE).- Bolivia quedó sumida en el caos este lunes después de que Evo Morales confirmase que viajaba a México como asilado, un día después de renunciar a la presidencia, con fuertes episodios de violencia hasta que al final de la jornada el Ejército salió a las calles al verse desbordada la Policía.

En estos momentos, el expresidente viaja en un avión de las Fuerzas Aéreas Mexicana que ha despegado desde el aeropuerto internacional de Asunción, adonde había llegado de madrugada y permaneció unas cuatro horas tras salir de Bolivia, informó a Efe una fuente oficial. Según algunos medios el aparato, que despegó sobre las 5:30, partió rumbo a México y se vio obligado a hacer tierra en Paraguay al no disponer de autorización para volar sobre cielo peruano.

Este lunes, el Parlamento boliviano recibió la carta de renuncia de Morales, en la que indica que con su decisión busca evitar la violencia en el país que gobernó durante trece años y nueve meses. En la misiva aseguró que su intención es regresar pronto a Bolivia "con más fuerza y energía".

El expresidente viaja en un avión de las Fuerzas Aéreas Mexicana que ha despegado desde el aeropuerto internacional de Asunción, adonde había llegado de madrugada y permaneció unas cuatro horas tras salir de Bolivia

"Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del Gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía", escribió en Twitter.

Previamentente, Morales había publicado en Twitter una fotografía tumbado en el suelo sobre una manta, para mostrar cómo fue su primera noche tras la renuncia, en el que agradeció el apoyo de "las federaciones del Trópico de Cochabamba", en referencia a sindicatos cocaleros a los que nunca dejó de pertenecer durante su mandato.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman, anunció ayer que los militares realizarán "operaciones conjuntas" con la Policía Boliviana para frenar el vandalismo desatado en el país en los últimos días. "En cumplimiento a la misión constitucional, el mando militar ha dispuesto que las Fuerzas Armadas ejecuten operaciones conjuntas con la Policía Boliviana para evitar sangre y luto", dijo.

En la vecina ciudad de El Alto, grupos enardecidos incendiaron vehículos policiales, mientras que en La Paz algunos barrios del sur y las periferias fueron atacados por turbas, como ya ocurrió la noche del domingo. En La Paz se vieron pasar camiones y aviones militares, aunque muchas personas permanecen en guardia para proteger sus viviendas y otros lugares como los hospitales.

La senadora de la opositora Unidad Demócrata (UD) y segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo estar en condiciones de asumir la presidencia del país para establecer un Gobierno de transición que convoque a nuevas elecciones en un plazo de noventa días. El nombre de Áñez emergió como el de la potencial presidenta de Bolivia en el orden constitucional, tras la renuncia el domingo de Evo Morales y de quienes constitucionalmente podrían sucederle.

El nombre de Áñez emergió como el de la potencial presidenta de Bolivia en el orden constitucional, tras la renuncia el domingo de Evo Morales y de quienes constitucionalmente podrían sucederle

El hasta ahora vicepresidente, Álvaro García Linera, y los presidentes de las cámaras de diputados y de senadores, Víctor Borda y Adriana Salvatierra, respectivamente, también renunciaron a sus cargos.

Al menos 34 miembros de los tribunales electorales de Bolivia fueron detenidos en varios operativos de la Policía y la Fiscalía en relación con el supuesto fraude en las elecciones, que se suman alarresto de María Eugenia Choque Quispe, presidenta del Tribunal Supremo Electoral. La Fiscalía pidió que el Instituto de Investigaciones Forenses se sume a su trabajo con un perito informático y otro en criminalística para avanzar con las indagaciones.

El Ministerio Público ya había anunciado el domingo el inicio de un procesamiento de los miembros del Tribunal Supremo Electoral por irregularidades detectadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones, que pueden conllevar "ilícitos penales y electorales vinculados al cómputo de los resultados oficiales".

La crisis, por ahora, sigue dividiendo a la comunidad internacional entre quienes ya analizan acciones por lo que consideran un "golpe de Estado" y aquellos que claman por un rápido proceso electoral.

Países como Rusia, Siria, México, Venezuela y Nicaragua denunciaron inmediatamente un "golpe de Estado" contra Morales, mientras España cuestionó la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía. "Esta intervención retrotrae a momentos ya pasados de la historia latinoamericana", recalcó el Gobierno español.

En contraposición, el presidente de EE UU, Donald Trump, señaló que con la salida de Morales se "preserva la democracia" en Bolivia y advirtió de que "estos acontecimientos lanzan una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua".

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha hecho una llamada "a todos los actores relevantes para que se comprometan a lograr una solución pacífica de la crisis actual y a garantizar elecciones transparentes y creíbles".

Naciones como Alemania también insistieron en una solución pacífica y otras como EE UU, Guatemala y Perú apuntaron a un proceso de "transición" que permita convocar nuevos comicios. "Con su dimisión, el presidente Morales ha despejado el camino hacia unas nuevas elecciones", subrayó el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha hecho una llamada "a todos los actores relevantes para que se comprometan a lograr una solución pacífica de la crisis actual y a garantizar elecciones transparentes y creíbles"

Con ese objetivo, la OEA, que abordará el tema este martes, solicitó que el Parlamento boliviano se reúna de "forma urgente" para nombrar nuevas autoridades que garanticen otro proceso electoral. Su papel ha sido cuestionado por México, que solicitó la reunión del ente al criticar el "silencio del organismo" a pesar "de la gravedad de los acontecimientos".

Asimismo, la Unión Europea (UE) respaldó que el país celebre nuevas elecciones de forma pacífica y "creíbles que puedan permitir al pueblo de Bolivia expresar su voluntad democrática".

El mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, también dijo esperar una solución "de manera pacífica y dialogada", en tanto el Gobierno de Chile manifestó su preocupación por la "interrupción del proceso electoral para elegir democráticamente al presidente".

El venezolano Nicolás Maduro fue uno de los primeros gobernantes en calificar el hecho de "golpe" y llamó a los Gobiernos, líderes y movimientos políticos a solidarizarse con su aliado de la llamada revolución bolivariana, cuya vida dijo que "corre peligro". En la misma línea, Siria condenó "enérgicamente el golpe militar en Bolivia" y expresó "su solidaridad con el legítimo presidente electo Evo Morales", según la agencia oficial SANA.

Rusia también aseguró que en Bolivia se siguió "un patrón de golpe de Estado" e instó a las fuerzas políticas del país a actuar "con sensatez" para hallar una salida constitucional a la crisis. En ese sentido, el Gobierno ruso afirmó que el presidente Vladímir Putin abordará el tema con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, en la cumbre de líderes del BRICS esta semana en Brasilia.

Como hizo el domingo Cuba, Nicaragua expresó su "rechazo y repudio" a estas "prácticas fascistas que ignoran la Constitución, leyes e institucionalidad que rigen la vida democrática de los pueblos".

Mientras, el expresidente de Honduras Manuel Zelaya comparó la salida de Morales con el golpe que él sufrió en 2009, cuando fue derrocado y expulsado del país. "La coacción de fuerzas militares contra Evo Morales ha sido parte claramente de un golpe de Estado inaceptable para nuestro continente", indicó por su parte el ex mandatario paraguayo Fernando Lugo, destituido en un juicio parlamentario en 2012.

Como hizo el domingo Cuba, Nicaragua expresó su "rechazo y repudio" a estas "prácticas fascistas que ignoran la Constitución, leyes e institucionalidad que rigen la vida democrática de los pueblos"

El Ejecutivo mexicano considera también que hubo un golpe de Estado porque el Ejército pidió la renuncia del presidente "y eso violenta el orden constitucional". Lo mismo apuntaron organismos como el Grupo de Puebla y la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), que asegura que "hubo toda una trama que se estuvo gestando desde antes del proceso electoral para salir del Gobierno de Evo Morales".

La congresista demócrata estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez afirmó asimismo que "lo que está pasando en Bolivia en este momento no es democracia, es un golpe de Estado", posición que apoyó el expresidente uruguayo José Mujica.

El peronista Alberto Fernández, recién elegido como presidente de Argentina, también consideró que hubo una ruptura institucional en Bolivia y llamó al pueblo de ese país a "escoger cuanto antes, en elecciones libres e informadas, a su próximo Gobierno". Sin embargo, el Gobierno saliente de Argentina, encabezado por el conservador Mauricio Macri, cree que no hay "elementos" para describir lo ocurrido en Bolivia como un "golpe de Estado".

En esto coincidió el líder del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como presidente encargado, quien afirmó que la renuncia de Morales es "la exigencia natural" de los bolivianos de un proceso electoral transparente.

El domingo, el gobernante de Brasil, Jair Bolsonaro, se había referido en el mismo sentido al asegurar que "la palabra golpe es usada mucho cuando la izquierda pierde. Cuando ellos ganan, es legítimo, pero cuando pierden es golpe".

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