Trump defiende su desfile militar: "Era hora de que Estados Unidos celebrara sus victorias"

EE UU

El republicano ha sido criticado por sus opositores por dar rienda suelta al evento y gastar más de 45 millones de dólares

Miles de personas se concentraron a lo largo de la explanada del National Mall para ver el desfile.
Miles de personas se concentraron a lo largo de la explanada del National Mall para ver el desfile. / EFE
EFE

15 de junio 2025 - 07:54

Washington/El presidente estadounidense, Donald Trump, defendió este sábado la celebración de su desfile militar en conmemoración de los 250 años del Ejército de Estados Unidos en Washington, un tipo de demostración castrense que el país no suele realizar y que ha sido criticada por los opositores del republicano. "Otros países celebran sus victoria; ya era hora de que lo hiciera Estados Unidos también", aseveró el presidente al cierre de más de dos horas de desfile de regimientos, tanques Abrams, paracaidistas, aviones, helicópteros y unidades que participaron en batallas históricas desde 1775.

Trump dijo que el Ejército es "la fuerza más grande, temible y valiente que ha caminado sobre la faz de la Tierra" y repasó momentos históricos de esta rama de las Fuerzas Armadas en batallas clave como en Sicilia, Filipinas o Irak. "El Ejército ha forjado un legado de coraje sin parangón, sacrificio único y una gloria immortal sin igual", añadió el presidente en una breve alocución antes de cerrar los festejos con una espectáculo de fuegos artificiales.

Miles de personas se concentraron a lo largo de la explanada del National Mall para ver el desfile bajo importantes medidas de seguridad y la amenaza de lluvias, algo que finalmente no sucedió. Unos 6.000 soldados participaron en el desfile militar.

Trump ha sido criticado por sus opositores por dar rienda suelta con este evento a pulsiones "autoritarias" y gastar más de 45 millones de dólares en una celebración, que coincide con su 79 cumpleaños y con el Día de la Bandera. El desfile ha tenido lugar con el transfondo de multitudinarias protestas contra la política migratoria del mandatario por todo el país y el conflicto abierto entre Irán e Israel, que de nuevo amenaza con desestabilizar Oriente Medio.

El evento atrajo a miles de personas y pareció estar por debajo de las estimaciones, que hablaban de unos 200.000 asistentes. Parte del público lo integraron seguidores acérrimos del presidente, con los lemas de Trump bien visibles en su vestimenta, pero muchas personas se acercaron solo para presenciar un acontecimiento que no se veía en Washington desde junio de 1991, cuando George Bush padre celebró con un desfile la victoria con la que se saldó la operación Tormenta del Desierto.

La velada estuvo pensada para ensalzar varios de los símbolos de las Fuerzas Armadas y enmarcarlos en el perfil más monumental de la capital estadounidense. También tuvo un tono festivo, al compás de temas rockeros de Van Halen, Guns N’ Roses, Metallica o AC/DC, desde una perspectiva histórica y con un tono más bien pedagógico. Un narrador fue explicando la importancia de cada unidad o activo participante, desde la 82.ª División Aerotransportada hasta el Cuerpo de pífanos y tambores de la Vieja Guardia o desde el fusil M-1 hasta los modernos drones Ghost X.

La velada estuvo pensada para ensalzar varios de los símbolos de las Fuerzas Armadas y enmarcarlos en el perfil más monumental de la capital estadounidense

La unidad de paracaidistas Golden Knights, los helicópteros Apache o los cazas P-51 sobrevolaron el obelisco y añadieron aún más espectacularidad a un evento que rememoró las batallas fundacionales del Ejército estadounidense contra la corona británica, la dos Guerras Mundiales, y los conflictos en Corea, Vietnam y el Golfo Pérsico, así como la guerra contra el terrorismo que devino las invasiones de Irak y Afganistán.

El desfile, patrocinado por contratistas como Lockheed Martin o Palantir, la plataforma de criptomonedas Coinbase o la bebida energética del dueño de la UFC, Dana White (que estaba en el palco), quedó rematado con Lee Greenwood interpretando Dios bendiga a América, una canción fetiche para Trump, y salvas de fuegos artificiales.

Todo esto sucedía mientras en más de 2.000 puntos del país miles de personas salían a la calle para protestar contra lo que los organizadores consideran políticas “autoritarias” de Trump, en lo que supone el enésimo reflejo de la profunda división que se vive en EE UU.

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