Chávez y Rousseff, los rostros opuestos de Latinoamérica para Hillary Clinton
Washington/(EFE).- La exsecretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton, se refiere en su nuevo libro al fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez como un "dictador autoengrandecido", mientras que reconoce el liderazgo ejemplar de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Clinton lanzó hoy su libro de memorias Decisiones difíciles, en el que dedica un capítulo a la región bajo el título "América Latina: Demócratas y demagogos" e identifica al desaparecido gobernante venezolano y a la presidenta brasileña como las dos caras de la moneda en el continente.
Chávez no resultaba una "amenaza real, excepto para sus propios ciudadanos", según la exsecretaria de Estado, que lo califica de "estorbo" para la política exterior estadounidense. "Puede que no tenga el colorido descaro de (Luiz Inácio) Lula o la experiencia técnica de (Fernando Henrique) Cardoso, pero tiene un fuerte intelecto y verdaderas agallas", dice Clinton de Rousseff, a quien dice admirar.
"En vez de despreciar o golpear y encarcelar a los manifestantes, como tantos otros países han hecho, incluida Venezuela, Dilma se reunió con ellos, reconoció sus inquietudes y les pidió trabajar con el gobierno para resolver los problemas", agrega Clinton en sus reflexiones.
La exsecretaria de Estado asegura además que Estados Unidos debe superar sus prejuicios hacia América Latina y reconocer los avances tanto políticos como económicos que ha experimentado el continente en los últimos años.
Entre esos líderes reseñables también incluye a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a la que incluso califica de "amiga", mientras que entre "los demagogos" pone a la vera de Chávez a Fidel Castro o el expresidente hondureño Manuel Zelaya, derrocado por un golpe de Estado.
Clinton relata además que bajo su mandato recomendó a la Administración del presidente Barack Obama reducir la presión económica contra Cuba, "porque no era útil para los intereses estadounidenses dirigidos a promover el cambio en la isla comunista". El embargo, según ella, solo ha conseguido "dar a (Castro) alguien a quien culpar por los males económicos de Cuba (...), no estaba cumpliendo los objetivos (...) y estaba lastrando en un marco más amplio la agenda en toda Latinoamérica".
Clinton confiesa por otra parte que entre sus mayores remordimientos al frente del Departamento de Estado está el no haber logrado la liberación del excontratista estadounidense Alan Gross, que fue condenado en Cuba y permanece encarcelado desde 2009.
Las memorias de la también exsenadora han revolucionado al país y muchos ven en ellas un preludio al anuncio oficial de su candidatura a la presidencia por el Partido Demócrata.