La demora en los trámites de refugio limita las opciones de trabajo para cubanos en Tapachula
Crisis Migratoria
Yumili Acosta y Yaniel Ponce de León se quedaron sin empleo tras finalizar en mayo el programa temporal que impulsó el gobierno local para migrantes
Ciudad de México/Sin empleo y sin respuesta a su solicitud de refugio se encuentran los cubanos Yumili Acosta, Otmara Arencibia Bustamante y Yaniel Ponce de León. Responsabilizan a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en el estado fronterizo de Chiapas por alargar su proceso y no darles fecha para la obtención de refugio.
Acosta lleva cinco días buscando trabajo. “Los Oxxo [cadena de tiendas abiertas las 24 horas] no aceptan a migrantes”, cuenta la mujer que fue parte del programa temporal que el gobierno de Chiapas reactivó en febrero para contratar a 500 personas con trámites ante la Comar para barrer calles, recolectar basura y pintar espacios públicos.
El 30 de mayo Acosta recibió el último pago semanal de 1.250 pesos (61,59 dólares). “Hay trabajo en los mercados, pero pagan de 80 a 120 pesos (4 a 6 dólares) el día. Son 10 horas con alimento”, cuenta.
La migrante desconoce la existencia de la Comisión de la Frontera Sur, integrada por diputados que este miércoles realizaron un recorrido por las inmediaciones del río Suchiate y ofrecieron regularizar a este grupo de personas para integrarlos a puestos de trabajo en la frontera sur con Guatemala. “Sí hay trabajos mejor pagados, pero eso es para la gente con papeles”. Por la mañana acudió a la Comar, cuyos funcionarios le pidieron esperar a que le llegue un mensaje.
Arencibia sigue sin recibir el correo para acudir a la sede de la Comar en el Fraccionamiento Las Vegas, en Tapachula, y realizar un video para culminar su proceso de regularización. La semana pasada fue crítica para su salud.
El recurso legal que interpuso en mayo pasado ante la Comar para justificar el refugio, dice Arencibia, le permitió el acceso a las oficinas y que una funcionaria atendiera su caso de manera particular, pero “el trámite está parado y no me dicen por qué”.
Yaniel Ponce de León, otro de los cubanos que vio truncado el sueño americano con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, dice a 14ymedio que es estresante que la Policía te detenga para revisar su CURP (clave única de registro de población) temporal, que se le otorga al iniciar los trámites en la Comar.
“Si olvidas el documento te llevan a la cárcel migratoria y ahí puedes estar una semana incomunicado”, comenta, refiriéndose a las estaciones migratorias. “Cumplí con las ocho asistencias que piden para firmar, he sido parte del proyecto temporal que dio trabajo a los migrantes, rento un cuarto, no he tenido problemas, pero eso no es suficiente para darme refugio”.
En abril el presidente municipal de Tapachula, en Chiapas, Aarón Yamil Melgar Bravo, planteó que los migrantes de Cuba, Venezuela y Haití que se encuentren varados en el municipio podrían emplearse en diferentes obras del Tren Maya, el Corredor Interoceánico y fábricas, pero a la fecha no se ha concretado ningún acuerdo.
“Pregunté si había trabajo en las obras del tren en el Istmo de Tehuantepec, pero me dijeron que no necesitaban gente por ahora”, dice Ponce de León.
El estado de Chiapas ha impulsado entre febrero y marzo dos programas de empleo temporal para migrantes. En este período se abrieron 890 plazas. El más reciente es para fumigadores con el objetivo de frenar la propagación de enfermedades como el dengue, el paludismo, el zika y el chikungunya.
A cada uno de los 390 migrantes le pagan un salario de un poco más de 2.300 pesos quincenales, un pago menor al promedio de 3.350 que recibe un obrero, además de que no cuentan con servicios médicos ni otras prestaciones estipuladas en la Ley Federal del Trabajo como son el pago de utilidades, fondo de ahorro, vales de despensa y comida.