Constitución Sí, aceite No

En Sagua la Grande, Villa Clara, los vecinos se aglomeraron por horas frente a una tienda para comprar el producto

Falta el aceite en Sagua la Grande. (Maykel González Vivero)
Falta el aceite en Sagua la Grande. (Maykel González Vivero)
Marcelo Hernández

01 de marzo 2019 - 14:17

La Habana/Los colegios electorales para el referendo del pasado domingo nunca lograron la instantánea de una fila nutrida, alargada, que doblara la esquina. El gran vencedor de la jornada fue sin dudas el aceite vegetal para cocinar, un producto deficitario en los mercados que acaparó el interés y la preocupación en muchos puntos del territorio nacional. Ese "candidato" sí que logró convocar multitudes.



El desabastecimiento de alimentos se ha ido recrudeciendo en las últimas semanas hasta alcanzar al aceite, un ingrediente básico de la cocina doméstica. La carestía ha provocado escenas como la de esta foto, en Sagua la Grande, Villa Clara, donde los vecinos se aglomeraron por horas frente a una tienda para comprar el producto. La imagen se ha repetido por toda la Isla y alimenta los temores del regreso de un Período Especial.

Con una tradición culinaria en la que abundan los alimentos fritos, el amplio uso de grasas animales y aceites vegetales, para la mayoría de las familias cubanas la falta de estos ingredientes se convierte en un grave problema. Hace casi tres décadas, tras la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética proliferaron los trucos para sustituir el aceite durante la cocción de los alimentos.

La gente aprendió a reciclar una y otra vez el aceite usado, algo que los especialistas desaconsejan por sus efectos negativos sobre la salud, pero también sustituyó el producto por el de origen mineral

La gente aprendió a reciclar una y otra vez el aceite usado, algo que los especialistas desaconsejan por sus efectos negativos sobre la salud, pero también sustituyó el producto por el de origen mineral, sacado fundamentalmente de las farmacias, donde se utiliza para la preparación de varios compuestos. Ahora, muchos cubanos temen tener que regresar a esas prácticas y tratan de acumular litros de la escasa mercancía.

"Si ves aceite en algún lugar cómprame que me estoy preparando para lo que viene", gritaba este jueves una vecina a otra desde un balcón de La Habana Vieja. "A mí me puede faltar todo, el café, el pollo y hasta el pan, pero sin aceite me deprimo enseguida", agregaba. "Es que enseguida me acuerdo del año 91 y de todo lo que vino después".

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