Salen de Cuba por "amenazas" los padres de la niña que murió tras una vacuna

Dos oficiales de la Seguridad del Estado les advirtieron sobre las denuncias que habían estado haciendo en las redes sociales

El pasado 16 de octubre, Caballero y su esposo fueron citados vía telefónica a comparecer ese mismo día en el Ministerio de Salud Pública en La Habana. (Cortesía)
El pasado 16 de octubre, Caballero y su esposo fueron citados vía telefónica a comparecer ese mismo día en el Ministerio de Salud Pública en La Habana. (Cortesía)
Luz Escobar

06 de noviembre 2019 - 22:09

La Habana/Yaima Caballero y Osmany Domínguez Soler, padres de la bebé de 1 año que falleció en octubre pasado tras ser vacunada, decidieron salir de Cuba hacia México después de recibir "amenazas" por parte de la Seguridad del Estado. "Me dijeron que puedo ir a la cárcel por hacer denuncias sin fundamento", cuenta ella a 14ymedio.

El pasado 16 de octubre, Caballero y su esposo, Osmany Domínguez Soler, fueron citados vía telefónica a comparecer ese mismo día en el Ministerio de Salud Pública en La Habana. La reunión tenía como objetivo ofrecerles "noticias" de la investigación sobre la muerte de su hija, Paloma Domínguez Caballero, el 9 de octubre tras recibir la vacuna PRS [contra papera, rubéola y sarampión] en un policlínico de Alamar (La Habana).

Al llegar a la cita los esperaban dos oficiales de la Seguridad del Estado para advertirles sobre las denuncias que han estado haciendo en las redes sociales en las últimas semanas. En lugar de recibir detalles sobre la causa de la muerte de su hija, los agentes los conminaron a mantenerse callados.

En lugar de recibir detalles sobre la causa de la muerte de su hija, los agentes los conminaron a mantenerse callados

"Nos escoltaron hasta un salón enorme con el aire acondicionado muy fuerte. Nada de entrar con el teléfono", detalla Caballero. Un rato después llegaron el jefe del departamento Materno Infantil del ministerio, Roberto Álvarez Fumero, y otros tres hombres que no se identificaron.

Dos de los individuos interrogaron a los padres sobre numerosos detalles de su vida y de los momentos previos o posteriores a la muerte de la niña. Después de que Caballero y su esposo insistieron varias veces, uno de los agentes se identificó como el teniente coronel Hernández Caballero y el otro, que llevaba un distintivo de mayor del Ministerio del Interior, se presentó solo con su apellido, Arrebato.

"Nos hicieron miles de preguntas, hasta cuándo había tenido mi primera menstruación o cómo la enfermera había tomado el bulbo de la vacuna", recuerda la madre. En las afueras del ministerio, varios familiares esperaban a la pareja , que les había advertido de que si "en tres horas" no había noticias de ellos debían denunciar la situación a la prensa independiente.

"Todo el tiempo nos repetían que ellos sabían de nuestras publicaciones en las redes sociales", explica Caballero. La madre fue recriminada por haber hecho "denuncias muy graves y falsas acusaciones" en las que aseguraba que "mataron y asesinaron a su hija y eso no es así", dijo uno de los oficiales.

La madre fue recriminada por haber hecho "denuncias muy graves y falsas acusaciones" en las que aseguraba que "mataron y asesinaron a su hija y eso no es así", dijo uno de los oficiales

"Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo y eso lleva tiempo", explicaron los agentes a los padres y repitieron en varias oportunidades que "es un crimen hacer falsas acusaciones en contra de otras personas e instituciones y los crímenes se pagan con la cárcel". La madre les exigió que le indique la manera legal de hacer "una denuncia formal porque esto que ha sucedido es un homicidio". "No se quién o qué, pero lo que sí sé es que me mataron a mi hija".

Antes del fallecimiento de su hija, los padres tenían previsto un viaje a México. No tenían una fecha precisa y el pasaporte de Caballero había caducado. "Me mandé a hacer el nuevo pasaporte el pasado lunes y me dijeron que demoraba 20 días, pero después de esa reunión del jueves me llamaron al otro día para decirme que ya estaba listo".

La madre insiste en la coacción que sufrió durante la reunión en el Ministerio. "Fui amenazada con que si seguía haciendo acusaciones sin fundamentos iba a ir a la cárcel. Me tuve que ir del país porque no me da la gana de quedarme callada".

"Fui amenazada con que si seguía haciendo acusaciones sin fundamentos iba a ir a la cárcel. Me tuve que ir del país porque no me da la gana de quedarme callada"

El doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Programa Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública, quien estuvo presente durante el encuentro, dijo a el Nuevo Herald que se trató de una entrevista de rutina, que buscaba conocer más detalles sobre la bebé.

"Le preguntamos sobre las anteriores vacunas, cómo fue el proceso de concepción y el parto. Estuvimos casi dos horas conversando sobre asuntos técnicos que son necesarios para la investigación que realiza el ministerio", dijo el médico vía telefónica desde La Habana.

Álvarez Fumero agregó que no podía confirmar la presencia de agentes de la Seguridad del Estado en la entrevista. "Yo mismo invité a los padres al Ministerio de Salud Pública y según recuerdo el encuentro fue muy cordial. La madre fue la que más habló", agregó el médico, que se encuentra convaleciente tras un accidente de tránsito.

El galeno aseguró que debido a su convalecencia no ha estado al tanto de la evolución de las investigaciones sobre la muerte de Paloma ni conoce si ya existe un informe oficial sobre las causas del fallecimiento de la bebé.

Según el Código penal vigente, el delito de "difamación de las instituciones y organizaciones" puede aplicarse a quien "públicamente difame, denigre o menosprecie" a esas instancias y puede ser penalizado con privación de libertad de tres meses a un año o una multa de 300 cuotas en moneda nacional.

Mientras, la comisión del Ministerio de Salud Pública investiga las causas que provocaron la muerte de Paloma Domínguez Caballero y la hospitalización de cuatro niños más, los expertos señalan las dos hipótesis más probables: un defecto de fabricación en la vacuna o un fallo en la conservación del producto.

En el primer caso, la responsabilidad recaería sobre el mayor productor mundial de vacunas, Serum Institute of India. En el segundo, la culpa estaría del lado cubano.

A casi un mes del fallecimiento de su hija, Yaima Caballero sigue reclamando en sus redes sociales que se haga justicia.

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