Cuba tiene el récord mundial de solicitudes de visa rechazadas por Estados Unidos

Cientos de cubanos hacen cola cada día a las afueras de la embajada de Estados Unidos en La Habana. (14ymedio)
Cientos de cubanos hacen cola cada día a las afueras de la embajada de Estados Unidos en La Habana. (14ymedio)
Luz Escobar / Mario J. Pentón

25 de marzo 2017 - 13:10

La Habana/ Miami/María tiene 59 años y una hija en Miami a la que no ve desde hace seis años. Ha recibido tres negativas a sus solicitudes de visa y se prometió a sí misma que nunca volvería “a pisar” el consulado de Estados Unidos en La Habana.

Cuba es el país en el que más negativas recibieron quienes aspiraban a viajar a EE UU en los últimos dos años. En medio de una abrupta caída en otorgamiento de visas bajo la administración de Barack Obama, el Departamento de Estado rechazó el 76% de las solicitudes de viajes hechos por ciudadanos cubanos en el año fiscal 2015, según cifras divulgadas por la prensa estadounidense.

A los cubanos les siguen en el listado de los más planchados por consulados estadounidenses, los nacionales de Laos (67%), de Guinea Bissau (65%) y de Somalia (65%). En América los más afectados son los haitianos, pero muy por detrás de Cuba (60%).

La situación se ha agravado en 2016, según datos preliminares revelados recientemente por el Departamento de Estado, los cuales indican que las negativas de visado a los cubanos fueron de un 81.85%.

Cada entrevista para solicitar un visado le ha costado a María cerca de 160 CUC sin posibilidad de reembolso y nunca recibió explicaciones sobre por qué le negaron el permiso para el viaje.En todas las ocasiones la mujer se vistió con sus mejores ropas, se echó un perfume caro que su hija le mandó y ensayó frente al espejo las posibles respuestas. “No, no voy a trabajar durante mi estancia”, repitió varias veces. “Quiero ver a mi nieta que es una jovencita” y “no puedo vivir en otro lugar que no sea Cuba”, dijo en voz alta como un estribillo.

Llevó consigo el título de propiedad de su casa en Centro Habana, una copia de su estado bancario y varias fotos junto a su esposo por si indagaban sobre sus razones para no quedarse “al otro lado del charco”.

Con eso y una foto de sus dos perras salchichas buscaba demostrar que tenía motivos para no marcharse de la Isla.

El pasado año 14.291 cubanos recibieron visas para realizar visitas familiares, para participar en programas de intercambio, por razones culturales, deportivas o de negocios entre otras categorías. La cifra contrasta con las 22.797 visas concedidas en el año 2015 y, sobre todo, con las 41.001 otorgadas en 2014.

El Departamento de Estado ha dicho que la reducción de visados a La Habana no obedece a una razón específica, sino que al extenderse la validez del visado a cinco años para los cubanos desde mediados de 2013, muchos isleños ya no necesitan regresar a entrevistas.

Pero María no entró entre esos afortunados en ninguno de sus tres intentos.

La última madrugada que salió hacia el imponente edificio que alberga el consulado de EE UU, rezó una oración a la Virgen de las Mercedes, se hizo una cruz con cascarilla en la suela del zapato y le puso unas flores al retrato de su difunta madre.

Iba a solicitar una visa B2, que son las que permiten entrar en múltiples ocasiones a Estados Unidos para visitar a familiares y turismo.

Le pareció que la cola duraba “una eternidad” hasta que la llamaron por su nombre, relata.

Después llegaron los férreos controles de seguridad para entrar al edificio.

“La sala de las entrevistas era de una frialdad que intimidaba”, recuerda. Rectangular y larga. Los solicitantes conversaban con los oficiales de inmigración a través de un cristal blindado.

Los pies le temblaban a la mujer y la funcionaria al otro lado del vidrio no le dejó tiempo a explicar mucho. Solo marcó una palomita sobre un formulario con cada respuesta. Un señor lloraba en una ventanilla cercana y a una señora octogenaria le dio una vahído después de escuchar que no fue aprobada.

Más de dos millones de cubanos residen en Estados Unidos, con una activa participación en la economía y la política fundamentalmente del sur de Florida

María sabe que Estados Unidos y Cuba firmaron un convenio para que 20.000 cubanos reciban visas de inmigrante cada año. El presidente Bill Clinton permitió en 1995 aquel acuerdo para poner fin a la Crisis de los Balseros, incentivada por la recesión económica que golpeó la Isla tras la caída del campo socialista.

En 2016, 9.131 cubanos obtuvieron visa para emigrar legalmente a Estados Unidos, muchos de ellos bajo el Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar, por medio de la Lotería Internacional de Visas de la Diversidad o del Parole Cubano, entre otras vías.

Más de dos millones de cubanos residen en Estados Unidos, con una activa participación en la economía y la política fundamentalmente del sur de Florida.

La Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966, permite obtener la residencia permanente (green card) a todo cubano que, tras entrar legalmente, pase un año en territorio norteamericano. Una política especial de acogida a los cubanos conocida como pies secos/pies mojados -derogada el pasado enero-, permitió que en los últimos cinco años fueran acogidas en EE UU más de 150.000 personas procedentes de la Isla.

Sin embargo, la intención de María no es emigrar. No quiere vivir en un país que no es el suyo, aunque sus familiares le han contado que Miami “está llena de cubanos” y que Hialeah es como Centro Habana.

A pesar de sus ritos afrocubanos y de intentar mantener una actitud mental positiva, en su última entrevista tampoco tuvo “suerte”.

Recibió una negativa rápida y no le dieron posibilidades de desplegar todas las respuestas que había ensayado. En su opinión, el hecho de tener menos de 65 años juega en su contra. “Aprueban a gente más vieja que no pueda trabajar ilegalmente allá”, supone la señora.

Para Eloísa, una maestra jubilada cienfueguera, esa no es la respuesta, sino “la hostilidad hacia los cubanos” por parte del Gobierno de EE UU.

“Los americanos quieren apoderarse de Cuba. Siempre ha sido su más grande deseo y como no lo pueden hacer nos castigan separándonos de nuestros hijos”, dice la mujer telefónicamente a 14ymedio. Desde hace 25 años es miembro del Partido Comunista y tiene dos hijos en Houston desde hace algo más de seis.

Aunque solo lo ha intentado una vez, el pasado año, la negativa del consulado la dejó sin ganas de volver a intentarlo.

“Mis hijos trabajan muy duro y quería darles el gusto de ir a pasarme un tiempecito con ellos. Pero bueno, ya no podrá ser”, dice con voz quebradiza y resignada.

María, sin embargo, no se cansa. Este año su hija obtendrá la nacionalidad estadounidense y la mujer espera que esa nueva condición facilite una respuesta positiva a su próxima solicitud. Aunque esa nueva gestión la hará un poco más anciana y con casi 500 dólares menos en sus bolsillos en un país en el que el salario medio mensual no pasa de los 28 dólares.

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