Muere 'Enriquito', el sacerdote mayor de la santería cubana

El santero Enrique Hernández falleció este jueves a los 99 años en el barrio La Hata, del municipio habanero Guanabacoa. (YouTube)
El santero Enrique Hernández falleció este jueves a los 99 años en el barrio de La Hata, del municipio habanero de Guanabacoa. (YouTube)

23 de marzo 2017 - 22:43

La Habana/(EFE).- El célebre sacerdote de las religiones afrocubanas Enrique Hernández Armenteros, conocido popularmente como Enriquito o Tata Nganga y el de mayor edad de Cuba, falleció este jueves a los 99 años en el barrio La Hata del municipio habanero Guanabacoa, que lo había declarado su hijo ilustre.

El babalawo (sacerdote) Enriquito era practicante de cuatro cultos de origen africano, principalmente el Palo Monte (Palero), procedente del Congo.

Además era miembro de la sociedad religiosa secreta y masculina Abakuá o Ñañiguismo, como también se conoce en Cuba; era devoto de la religión Regla de Ocha en la que estaba consagrado con el orisha Elegguá y pertenecía a la etnia Ifá, según él mismo explicó en varias entrevistas.

Conocido en la Isla y fuera de sus fronteras, el santero mayor cubano recibió el legado de las religiones africanas directamente de su abuela por parte de madre, que fue una esclava conga, y Enriquito solía atribuir a ella su acercamiento a los dioses africanos.

El famoso santero cubano indicaba que las personas acudían a él en busca de solución a sus problemas, pero decía: "Yo no, el orisha. Es él quien lo alivia"

En su casa, convertida en templo, poseía imágenes y atributos de orishas del panteón yoruba -que se sincretizan con la religión católica- como Babalú Ayé (San Lázaro), Ochún (Caridad del Cobre), Changó (Santa Bárbara), Obbatalá (virgen de las Mercedes) y Yemayá (virgen de Regla), entre otros.

Allí recibía desde hace décadas a personas de diversos lugares del país y también extranjeros, que solicitaban su ayuda espiritual por diferentes razones, y entre ellos se contaban más de sus 2.000 ahijados.

El famoso santero cubano indicaba que las personas acudían a él en busca de solución a sus problemas, pero decía: "Yo no, el orisha. Es él quien lo alivia". Y agregaba que "no todo puede solucionarse" porque "quien crea que todo se resuelve, es un fanático" y él se declaraba "creyente, no fanático".

Enriquito fue también el fundador en 1957 de la asociación cubana "Hijos de San Lázaro, que desde 2001, cuando se autorizó la primera procesión, sale cada 16 de diciembre con una imagen del venerado santo por las principales calles de Guanabacoa.

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