El Gobierno impone el luto por la fuerza

El Gobierno se ha propuesto dar una imagen de masivo recogimiento, sobriedad y dolor. (14ymedio)
El Gobierno se ha propuesto dar una imagen de masivo recogimiento, sobriedad y dolor. (14ymedio)
Marcelo Hernández

29 de noviembre 2016 - 13:47

La Habana/Eulalia tiene dos obsesiones en su vida: oír música y sentarse en el sillón de su portal en la ciudad de Alquízar, Artemisa. Allí, ve caer las tardes y vigila a sus gallinas para que no terminen "en cazuela ajena". Desde el sábado no la acompañan sus boleros porque la policía patrulla las calles para evitar que los vecinos beban alcohol, escuchen música o hagan celebraciones que contrasten con el luto nacional decretado por la muerte de Fidel Castro.

"Estaba aquí en el portal cuando se llevaron a ese bicitaxista", cuenta Eulalia, una jubilada de 80 años con dos hijos en Estados Unidos. La mujer vio este domingo una escena que nunca olvidará: un uniformado detuvo al conductor porque "llevaba unas bocinas con música y le dijeron que las apagara".

El emprendedor se negó a acatar la orden y la escena terminó en un arresto violento. "En este pueblo no se mueve ni una mosca", sentencia la anciana, quien considera que cada cual debe velar a sus muertos como le dé la gana. "Pero obligar a toda una nación... eso me parece un extremismo", añade.

"Mi hija cumplió 15 años el domingo pasado y nos quedamos con la fiesta planificada porque horas antes llegó la policía y nos dijo que ni se nos ocurriera"

La escena se repite por todos lados. "Mi hija cumplió 15 años el domingo pasado y nos quedamos con la fiesta planificada porque horas antes llegó la policía y nos dijo que ni se nos ocurriera", explica Ramón Carvajal, vecino de la barriada habanera de La Víbora. "Habíamos planeado hacerlo con la música bajita y a puertas cerradas, pero ni siquiera eso".

En cambio, en el cuerpo de guardia del hospital Calixto García, uno de los custodios se felicita de esta medida, ya que "desde que suspendieron la venta de bebidas esto está tranquilo, tranquilo".

También están los que quieren expresar con sinceridad su tristeza por la muerte del hombre que dominó la vida de esta isla durante más de medio siglo. Es el caso de un camarógrafo del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) para quien el expresidente "era como alguien de la familia, como un padre que siempre ha estado cerca y ahora ya no está".

Este dolor lo comparte Humberto, taxista de la empresa Panataxi, que teme que Raúl Castro no siga el camino de su hermano "porque no es lo mismo y hay una gran diferencia de carisma" y que tras el funeral "todo se olvide y el propio Gobierno termine por echar atrás lo que se logró hasta aquí".

"Era como alguien de la familia, como un padre que siempre ha estado cerca y ahora ya no está"

"Perdimos al Grande", sentenciaba este domingo un vendedor de periódicos en las cercanías del cine Payret en La Habana Vieja. "Este hombre tenía una fuerza, un aché y estaba protegido por un muerto poderoso", explica el hombre con alusiones a las religiones afrocubanas. "Pero, espero que ahora nos cuide desde el otro lado".

Las noches de la capital habanera son irreconocibles. "Nadie quiere poner el pellejo y la gente está a la espera de que pase todo esto", asegura Mizzy, un travesti que frecuenta el cabaret Las Vegas en la avenida Infanta. "Lo que se va a armar cuando abran otra vez a la venta de ron y cerveza... en esas colas va a haber muertos y heridos", ironiza. "Hasta dentro de las casas hay que tener cuidado, porque el chivatón está que hace ola", explica en relación a los delatores que advierten a la policía si hay festejos en alguna vivienda.

Sin embargo, no solo la diversión y los tragos están regulados. "Estoy construyendo en la casa y tenía que sacar unos escombros pero ningún camión quiere moverse en estas condiciones", cuenta un vecino del barrio de La Timba. "Había arreglado con unos amigos que se iban a llevar las maderas y los ladrillos que me sobraron, pero dicen que hay mucho control en las calles".

El Gobierno se ha propuesto dar una imagen de masivo recogimiento, sobriedad y dolor. Parece estarlo logrando porque los reportes de la prensa extranjera no ven más allá. Las escenas que transmite la televisión nacional también son luctuosas y de homenaje al difunto, las locutoras aparecen apenas maquilladas y dos conocidos presentadores fueron captados por una cámara abierta en el momento en que discutían si comenzar o no el programa con el habitual "Buenos días".

"Búscame un DVD con películas porque esto no hay quien lo soporte", le suplicaba una exfuncionaria del Ministerio de Comercio Exterior, ya jubilada, a una de sus hijas ante la repetitiva programación televisiva que inunda los canales nacionales. "Esto es contraproducente, la televisión va a perder la poca audiencia que le queda y después no se van a poder quejar que la gente prefiere el paquete", agregó.

En la madrugada del 26 de noviembre, pocas horas después del anuncio del deceso de Castro, dos pastores evangélicos fueron arrestados en Manatí, en la provincia de Las Tunas

En Sancti Spíritus los residentes denuncian que las Brigadas de Respuesta Rápida recorren las calles y la ciudad parece en estado de sitio. "La gente dentro de su vivienda, hay numerosos efectivos de la policía uniformada y de los boinas negras", reportó a 14ymedio un fuente que prefirió el anonimato.

En la madrugada del 26 de noviembre, pocas horas después del anuncio del deceso de Castro, dos pastores evangélicos fueron arrestados en Manatí, en la provincia de Las Tunas. La policía entró con lujo de fuerza en la vivienda de Rafael Ríos Martínez, y su esposa, María Secades, y se los llevó por el solo hecho de difundir su mensaje religioso por la bocina que usan durante sus cultos.

Nadie quiere traspasar la línea que moleste al oficialismo. "Hay que campear el temporal y esperar", cuenta Eulalia desde su portal en Alquízar. Para la mujer todos estos controles están pensados para "evitar que se den escenas como las de Miami, de la gente brindando y celebrando". Sin embargo, a pesar de su edad, está decidida a celebrar el acontecimiento: "Este fin de año nadie me va prohibir que cante y me emborrache; será tarde pero será".

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