Isla de la Juventud experimenta venta liberada de insumos

La Coalición busca poder vender libremente sus productos en un mercado que está a menos de 150 kilómetros
Entre las mercancías que caen en e mercado ilegal se encuentran las piezas para maquinarias agrícolas
Orlando Palma

05 de agosto 2015 - 09:39

La Habana/Durante todo un año el Ministerio de la Agricultura puso en práctica en la Isla de la Juventud un experimento de venta liberada de insumos, servicios especializados y equipamientos agrícolas. Pasado ese tiempo, las autoridades del sector hicieron balance y evalúan los pros y los contras de una política comercial basada en la oferta y la demanda.

Los principales beneficiarios del programa han sido los más de 700 campesinos que en el territorio recibieron tierras en usufructo. El acceso a herramientas como machetes y limas para amolar ha permitido que disminuyan las malas yerbas y el marabú en las tierras cultivables del municipio especial. Sin embargo, una deficiente e inestable distribución de ciertos productos propicia la venta ilegal, ante lo cual las autoridades han respondido con nuevos mecanismos de regulación.

Se ha podido detectar, en sentido general, un discreto incremento en los niveles de producción

Ramón Mirabal, director de la Empresa Logística Agropecuaria, declaró a la prensa oficial que tras un año de implementación se ha logrado "ingresar a las arcas del estado más de 54 millones de pesos hasta el cierre del mes de julio" y que los productos de mayor demanda son "el pienso animal y los accesorios como machetes, limas, botas, mochilas, medicamentos y pesticidas".

Junto a las ganancias obtenidas a través de las ventas y los servicios prestados, se ha podido detectar, en sentido general, un discreto incremento en los niveles de producción y resultados alentadores en productos como la carne de cerdo y de res, el huevo, la leche y los granos, esto último con producciones que garantizan la demanda territorial.

Los agricultores de la zona se quejan de que el experimento no incluye la venta de sistemas de riego, de la ausencia de medicamentos de uso veterinario y de que no se cuenta con una variedad de piensos específicos para el consumo animal, lo cual trae como consecuencia que se les dé a las gallinas el alimento destinado para los cerdos.

El experimento tendrá una segunda etapa y cuando las conclusiones salgan a flote, se analizará su aplicación, de forma paulatina, al resto del país

Entre las mercancías que "han caído" en las redes del mercado ilegal se cuentan las mochilas, las botas de PVC, limas, partes y piezas para maquinarias agrícolas. Mención aparte merece el pienso porcino, pues se planificó su distribución sin tener en cuenta que en la Isla de la Juventud había muchos criadores alternativos propietarios de cochiqueras que, al no tener un mercado donde adquirir el alimento para sus cerdos, hacían ofertas irresistibles a quienes estaban autorizados a comprar bajo los requisitos del experimento. Una de las soluciones aplicadas fue la erradicación de las cochiqueras.

El experimento tendrá una segunda etapa y cuando las conclusiones salgan a flote, se analizará su aplicación, de forma paulatina, al resto del país. De momento se hace un estudio que determine los volúmenes específicos de la demanda de cada producto en la Isla de la Juventud, lo que permitirá realizar una planificación más precisa, tanto de los insumos que requieren como de los servicios técnicos especializados que necesitan. Probablemente el análisis incluya un censo de la fauna agropecuaria para determinar la cantidad y variedad de pienso que se necesita en el territorio.

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