Guerra de nervios entre Lukashenko y la oposición bielorrusa

"Mientras no me matéis, no habrá otras elecciones", dijo Lukashenko al reunirse con los trabajadores de la planta de tractores Volat en Minsk

Lukashenko subrayó que Bielorrusia "necesita una nueva Constitución", pero matizó que nunca será aprobada "bajo presiones" y "a través de la calle”. (Efe)
Lukashenko subrayó que Bielorrusia "necesita una nueva Constitución", pero matizó que nunca será aprobada "bajo presiones" y "a través de la calle”. (Efe)

18 de agosto 2020 - 00:22

Moscú/(EFE).- El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y la oposición han entrado en una guerra de nervios en la que nadie cede un ápice. Lukashenko ofreció una reforma constitucional para acabar con las protestas, mientras la oposición se plantea negociar una amnistía si él abandona voluntariamente el poder.

"Mientras no me matéis, no habrá otras elecciones", dijo Lukashenko al reunirse con los trabajadores de la planta de tractores Volat en Minsk.

Después de que la oposición congregara el domingo a más de 200.000 personas en la calle en la mayor manifestación de la historia de Bielorrusia, Lukashenko apeló desesperadamente a su antaño granero electoral, las fábricas estatales.

Intentó minimizar las informaciones de que las principales empresas y fábricas del país se han declarado en huelga -"en general, las fábricas están trabajando", dijo-, pero la operación de propaganda se topó con la ira de muchos trabajadores.

"¡Vete! ¡Vete! ¡Vete!", gritaban los trabajadores ante la atónita mirada de Lukashenko y de los funcionarios que le acompañaban.

"¡Vete! ¡Vete! ¡Vete!", gritaban los trabajadores ante la atónita mirada de Lukashenko y de los funcionarios que le acompañaban

En un caso sin precedentes, la televisión pública emitió en directo la reunión en la que Lukashenko respondió que los trabajadores "siempre apoyaron al presidente" y que "no hay cosa peor en la vida que la traición".

"Yo nunca os he traicionado y nunca lo haré", aseguró, al tiempo que advirtió de que al que quiere declararse en huelga para protestar contra el fraude electoral y la represión de las protestas, tiene "la puerta abierta".

"Vivíamos tranquilamente, todos nos envidiaban y respetaban ¿Qué habéis hecho con el país? Tranquilizaos, sentaos y trabajad. ¡No provoquéis! He vivido de todo. Y esto también lo superaré", dijo.

Justo después de la reunión se supo que todas las minas de Belaruskalia, una de las mayores compañías de fertilizantes del mundo, habían dejado de operar, al igual que la Fábrica Metalúrgica Bielorrusa.

Lukashenko insistió en que las elecciones presidenciales del 9 de agosto transcurrieron "civilizadamente", puesto que "no se puede falsificar el 80% de los votos", resultado que le otorgó la Comisión Electoral.

Por todo ello, insistió en que "el poder nunca caerá", llamó a los bielorrusos a "armarse de paciencia" y advirtió contra una nueva ola de protestas antigubernamentales.

Lukashenko insistió en que las elecciones presidenciales del 9 de agosto transcurrieron "civilizadamente", puesto que "no se puede falsificar el 80% de los votos"

"Sí, no soy ningún santo. Ustedes saben que puedo ser duro. Si inundan las calles, lo soportaremos. Pero si deciden salir a hacer el vándalo, responderán por ello. Esa ya será una conversación entre hombres", advirtió.

Como contrapartida, llamó a debatir una reforma política, que reduciría las facultades del presidente, a través del cambio de la actual Constitución.

"Ahora se están trabajando variantes de reforma constitucional, que contemplan una redistribución del poder. Vengan, siéntense, trabajemos en la Constitución", planteó.

Lukashenko subrayó que Bielorrusia "necesita una nueva Constitución", pero matizó que nunca será aprobada "bajo presiones" y "a través de la calle".

"Ustedes deben aprobarla en referéndum y, según la nueva Carta Magna, celebrar, si así lo desean, elecciones al Parlamento y a la presidencia", declaró.

En respuesta, la oposición bielorrusa, que había demandado a Lukashenko que dejara el poder de manera incondicional, mencionó hoy la posibilidad de que el considerado durante muchos años como el último dictador de Europa no sea finalmente procesado.

"Si Lukashenko se marcha ahora y si entrega voluntariamente el poder, creo que no será perseguido (...), es cuestión de negociarlo", dijo Valeri Tsepkalo, aspirante a la presidencia exiliado, a la agencia rusa Sputnik.

Tsepkalo, exembajador bielorruso en EE UU, adelantó que mañana martes mantendrá consultas con congresistas y senadores estadounidenses para abordar la situación en la antigua república soviética.

El traspaso de poder pacífico al que aspiran los opositores y que daría pie a la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales sería dirigido por la líder de la oposición unificada, Svetlana Tijanóvskaya, en el exilio en Lituania.

El traspaso de poder pacífico al que aspiran los opositores y que daría pie a la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales sería dirigido por la líder de la oposición unificada, Svetlana Tijanóvskaya, en el exilio en Lituania

"Estoy dispuesta a asumir responsabilidades y a actuar en este período en calidad de líder nacional, para que el país se calme, recobre su ritmo normal", dijo hoy en un mensaje de vídeo.

Tijanóvskaya subrayó que el objetivo de la transición es liberar a todos los presos políticos y aprobar la legislación necesaria para la convocatoria de nuevos comicios.

"Auténticos, limpios y transparentes, que sean reconocidos sin cortapisas por la comunidad internacional. Todos queremos salir de este círculo infinito en el que nos encontramos atrapados desde hace 26 años", agregó.

Los jefes de cinco de los siete grupos políticos del Parlamento Europeo instaron a celebrar unas nuevas elecciones en Bielorrusia y pidieron a la Unión Europea que imponga sanciones a los responsables de la violencia contra los participantes en las protestas postelectorales.

También consideraron a Lukashenko "persona no grata" en territorio comunitario.

"El domingo tuvo lugar la mayor manifestación en la historia de Bielorrusia. Las cifras muestran claramente que los bielorrusos quieren el cambio y lo quieren ya. La UE está con ellos", dijo el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, al termino de una reunión de los ministros de Exteriores de los Veintisiete.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, convocó una cumbre comunitaria de líderes para abordar el miércoles los acontecimientos en Bielorrusia

Además, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, convocó una cumbre comunitaria de líderes para abordar el miércoles los acontecimientos en Bielorrusia.

Y es que en Occidente no quieren que se repita lo ocurrido en la vecina Ucrania, cuando una revolución desembocó en un conflicto armado (Donbás), donde los sublevados recibieron el respaldo de Rusia, que poco antes se había anexionado la península de Crimea.

Todas las alarmas saltaron con la última conversación telefónica entre Lukashenko y el presidente ruso, Vladímir Putin, que ofreció el sábado a Minsk apoyo para garantizar la seguridad nacional.

El comunicado del Kremlin mencionó los mecanismos vigentes en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, considerado el brazo armado de la comunidad postsoviética.

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