Muere en La Habana el cardenal del deshielo, Jaime Ortega

El eclesiástico participó también en el proceso de excarcelación de los 75 presos políticos de la Primavera Negra y en la posterior salida a España de muchos de ellos

El cardenal cubano Jaime Ortega pronuncia un sermón el viernes 6 de abril de 2012 en la Catedral de La Habana. (EFE/Alejandro Ernesto)
El cardenal cubano Jaime Ortega pronuncia un sermón el viernes 6 de abril de 2012 en la Catedral de La Habana. (EFE/Alejandro Ernesto)
Luz Escobar y Mario J. Pentón

26 de julio 2019 - 14:34

La Habana / Miami/El cardenal Jaime Ortega (1936-2019), una figura clave en las conversaciones secretas que llevaron al restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, falleció a los 82 años este 26 de julio en La Habana, después de una larga enfermedad, según informaron fuentes eclesiásticas.

“Jaime Ortega fue una figura que tuvo un peso grande en el transcurso de las últimas décadas, tanto en la vida de la Iglesia cubana como en la vida de nuestro pueblo. Una figura controversial, sin dudas, pero cuya intención siempre fue servir a Cuba y a la Iglesia”, dijo desde Trinidad el sacerdote José Conrado Rodríguez.

Aunque en muchas ocasiones no estuvo de acuerdo con la línea de Ortega, el párroco de la iglesia de San Francisco de Paula confesó que siempre “respetó” la figura del que fue su profesor, por “su amor a Cuba” y su “deseo de hacer el bien”.

“Jaime siempre buscó que la Iglesia estuviera presente en la vida del país. Estuvo atento a problemas que afectaban la vida de la nación, como la emigración”, explicó Rodríguez.

“Él trató de resolver problemas grandes y graves y lo hizo con la mejor voluntad, aunque personalmente creo que no fue tan feliz la forma en que los afrontó”, agregó el sacerdote, muy crítico de la postura de cercanía bajo el gobierno de Ortega entre la Iglesia y el Estado cubanos.

Jaime Lucas Ortega nació el 18 de octubre de 1936 en Jagüey Grande, provincia de Matanzas. Ingresó en el seminario en 1956 y después de cuatro años de estudios fue enviado a Canadá. Regresó a Cuba en 1964 para ser ordenado sacerdote.

Su ministerio se vio interrumpido en 1966 durante ocho meses tras su encierro en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), campos de trabajo forzado donde eran enviados religiosos, homosexuales y desafectos al régimen comunista instaurado por Fidel Castro. Al año siguiente fue nombrado párroco de su pueblo natal.

En 1969 Ortega fue promovido al frente de la catedral de Matanzas y nueve años después consagrado obispo de Pinar del Río por Juan Pablo II. Durante estos años también impartió clases en el Seminario San Carlos y San Ambrosio. En 1981, el Papa polaco lo nombra arzobispo de La Habana y cardenal en 1994, el segundo cubano que alcanza el más alto título que concede Roma.

En ese año fue uno de los principales artífices de la carta pastoral El amor todo lo espera, que contenía fuertes críticas al Gobierno, en especial a la temida Seguridad del Estado. En esos años, la voz de Ortega fue una de las más críticas dentro del concierto de obispos cubanos, llegando a condenar los “violentos y trágicos” sucesos del hundimiento del remolcador 13 de Marzo.

En 1994 fue uno de los principales artífices de la carta pastoral El amor todo lo espera, que contenía fuertes críticas al Gobierno, en especial a la temida Seguridad del Estado

“Su nombramiento como cardenal fue un regalo del papa Juan Pablo II para la Iglesia cubana. El Papa quería que la Iglesia rompiera con el silencio al que se había visto obligada y saliera de los templos a evangelizar”, dijo desde Camagüey el sacerdote Castor José Álvarez Devesa.

El religioso cree que uno de los grandes logros de Ortega fue la estructura pastoral que construyó en su arquidiócesis, como se le llama a las provincias eclesiásticas. “Él organizó vicarías, consejos pastorales, hizo que los fieles se vincularan con la Iglesia y a través de su actitud dialogante se consiguieron cosas importantes, como el paso de la Virgen de la Caridad del Cobre por toda la Isla, lo que ha sido una bendición”, apuntó.

Para el sacerdote, la Iglesia cubana “ha tenido unos retos muy grandes” con la implantación del sistema marxista. “El cardenal Jaime escogió regresar a Cuba y servir a su país y a su Iglesia”, agregó. Álvarez destacó además el papel de Ortega al condenar la pena de muerte en la Isla y el derecho de los cubanos a salir y regresar a su país.

Durante los casi 35 años que estuvo al frente de la Arquidiócesis de La Habana, el cardenal Jaime Ortega restauró decenas de templos, estableció un Consejo Diocesano de Pastoral para hacer más efectivo el trabajo de la Iglesia, instauró la sede de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. Obra de Ortega es Cáritas Habana, creada en 1991 y que antecedió a Cáritas Cuba, la mayor ONG en la isla que reparte a diario medicinas, alimentos y otros tipos de ayuda. Ortega tuvo un papel importante en la creación de las publicaciones sociorreligiosas Palabra Nueva, en 1992; Espacio Laical y Amor y Vida.

Como cardenal, Ortega participó en el 2011 del proceso de excarcelación de los 75 presos políticos de la Primavera Negra y en el posterior destierro a España de muchos de ellos. Más adelante fue muy criticado por haber afirmado ante medios internacionales que en Cuba no habían presos políticos.

Como cardenal, Ortega participó en el 2011 del proceso de excarcelación de los 75 presos políticos de la Primavera Negra y en la posterior destierro a España de muchos de ellos

El religioso fue considerado el artífice de tres visitas papales a Cuba, Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y Francisco en 2015, quienes oficiaron misas multitudinarias en espacios hasta entonces reservados al poder.

Ortega inauguró en 2010 una nueva sede para el Seminario San Carlos y San Ambrosio, en la que fue la primera construcción de la Iglesia católica en la isla desde 1959. El cardenal también comprometió su figura con la creación del Centro Cultural Félix Varela, una institución de formación alternativa al monopolio educativo del Estado cubano.

Instrumento en las negociaciones secretas entre Washington y La Habana

“Yo era la carta”, dijo Ortega sobre su papel en las negociaciones secretas entre Estados Unidos y Cuba que permitieron el restablecimiento de relaciones entre ambos países en tiempo de Barack Obama.

Según reveló el cardenal años después de que los dos países vecinos pusieron fin a una ruptura de más de medio siglo, el papa Francisco le confió en secreto la entrega de una carta para Raúl Castro y Obama.

Según reveló el cardenal años después de que los dos países vecinos pusieron fin a una ruptura de más de medio siglo, el papa Francisco le confió en secreto la entrega de una carta para Raúl Castro y Obama

“Quizás lo más importante de mi misión se produjo cuando el presidente Raúl Castro me pidió que transmitiera de su parte un mensaje al presidente Obama, del cual yo sería portador al llevarle al presidente en la Casa Blanca la carta del Santo Padre”, recordó el cardenal durante un discurso.

El mensaje encargado por Raúl Castro era que Obama no había sido responsable de la política hacia Cuba, que era un hombre honesto y que en La Habana conocían sus intenciones de mejorar las relaciones con la Isla.

Obama agradeció a Castro sus palabras y envió con el cardenal un mensaje verbal: “Era posible mejorar la situación existente”, a pesar de las diferencias. El 17 de diciembre de 2014, fecha del cumpleaños del papa Francisco, Cuba y Estados Unidos anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Ambas partes reconocieron el trabajo de la Iglesia católica como mediadora, aunque sectores del exilio y la oposición en Cuba criticaron duramente a Ortega porque no exigió una mejora de los derechos humanos y libertades en la Isla.

Después de más de tres décadas y media al frente del arzobispado habanero, Ortega se despidió en 2016 cuando el papa Francisco aceptó su renuncia y en su lugar designó al camagüeyano Juan de la Caridad García Rodríguez.

Recientemente la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba otorgó al cardenal la distinción Monseñor Carlos Manuel de Céspedes. En la ceremonia estuvieron presentes los obispos de las once diócesis cubanas.

Fuentes de la iglesia informaron que el cuerpo de Ortega Alamino será expuesto en la catedral de La Habana durante tres días a partir de la tarde de hoy, “según protocolo del Vaticano”. Además precisaron que el funeral será el domingo a las 3:00 pm.

A través de un tuit de Miguel Díaz-Canel, el Gobierno cubano ofreció sus condolencias por el fallecimiento del cardenal Ortega. "Es innegable su aporte al fortalecimiento de las relaciones entre la Iglesia Católica Romana y el Estado cubano”, escribió el gobernante.

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