La carrera por los útiles escolares

Una niña prepara sus útiles para el nuevo curso escolar. (14ymedio)
Una niña prepara sus útiles para el nuevo curso escolar. (14ymedio)
Luz Escobar

12 de agosto 2015 - 19:41

La Habana/Una fila se extiende a las afueras de la librería bajo el fuerte sol de agosto. Casi todas son mujeres con niños. "Sacaron libretas de las gordas", le dice una anciana a alguien que pregunta el último en la cola. La carrera para comprar útiles escolares, mochilas y merenderos ha comenzado, pero no todos parten en igualdad de condiciones desde la línea de salida.

Durante las vacaciones, Daniela visitó el acuario, fue a la playa y correteó por el parque cercano a su casa. Ahora, los días de descanso se van agotando y su madre se ha lanzado a un maratón de tienda en tienda para conseguirle desde lápices y colores hasta un pomo para el agua. La niña quiere llegar al primer día de clases con "cosas buenas y bonitas" que muy difícilmente también serán baratas.

Con 6.827 escuelas primarias y 1.766 secundarias en todo el país, las autoridades del Ministerio de Educación aseguran que la base material de estudio está garantizada para los más de millón y medio de estudiantes que comenzarán el curso escolar 2015-2016. Sin embargo, los alumnos y sus padres se quejan de la poca calidad de esos útiles y las restringidas cantidades que se distribuye.

"La niña no puede ni borrar porque se le abre un hueco a la hoja", comenta una madre sobre las libretas que entregan en la escuela. La mujer aguardaba para comprar a las afueras de La Época, en Centro Habana. Alrededor de estos grandes almacenes, los vendedores ilegales ofrecen cuadernos de coloridas portadas y hojas rayadas a un peso convertible cada uno.

Daniela tiene suerte: una tía radicada en Miami adquirió a través de un sitio digital una mochila para ella

En las casas donde hay niños en edad escolar, por estos días se repite una escena. Sobre la mesa o la cama, los pequeños alistan su tesoro de lápices, cartabones y gomas de borrar. Algunas familias ya han conseguido la mochila, protagonista de muchos dolores de cabeza dados los altos precios y la poca durabilidad de las que venden en las tiendas de la red minorista.

Daniela tiene suerte: una tía radicada en Miami adquirió a través de un sitio digital una mochila para ella. Desde la Plaza de Carlos III se recibió una llamada telefónica para hacerle saber a la familia que tenían una compra de material escolar. La pariente emigrada agregó una caja de colores que le habría costado en Cuba tres días de salario a la madre de la niña, una ingeniera graduada hace una década.

Sin embargo, la compra online no ha resuelto todos los problemas. A lo largo de esta semana la familia saldrá a buscar lo que falta. La abuela, que tiene carro, se irá a La Cuevita, un popular mercado ilegal donde los uniformes escolares se encuentran en tallas medianas y pequeñas, justo las que escasean en las tiendas estatales. El padre tiene la misión de ir en busca de los zapatos, mientras la madre se encargará de localizar los sacapuntas y un compás para las clases de geometría.

Se trata de una tarea de varios días, porque el desabastecimiento se ha agudizado en las últimas semanas. "Todo está pelado", se quejaba en la librería La Moderna Poesía una abuela con dos nietos gemelos que comienzan en septiembre el primer grado de la primaria. "Aquí una goma de borrar me cuesta como mínimo cincuenta centavos convertibles, que es lo que gano de pensión en un día", sacaba cuentas la señora.

Las modas también inciden en la selección del material. "Mi hija quiere una mochila con las Monster High" explica una madre desesperada que este martes había recorrido todas las tiendas de la calle Monte. Los productos de esa franquicia de juguetería y audiovisuales hacen furor entre los niños cubanos y ponen en un aprieto a los padres que deben hacer hasta lo imposible por conseguirlos.

La situación se repite con mayores dificultades en las ciudades de provincia y los pequeños pueblos. En Pinar del Río las filas para comprar uniformes ya han pasado a formar parte del paisaje urbano cada mes de agosto. Los vendedores ilegales logran burlar a la policía y proponer lápices, libretas manufacturadas y forros hechos con placas de radiografías recicladas.

Los vendedores ilegales logran burlar a la policía y proponer lápices, libretas manufacturadas y forros hechos con placas de radiografías recicladas

El Ministerio de Educación mira para otro lado ante esa situación. Marisol Bravo Salvador, directora de la entidad en Vueltabajo, aseguraba hace un par de semanas que el territorio "cuenta con los recursos necesarios como libretas, lápices y el módulo de los profesores en aras de garantizar un óptimo periodo activo".

La carrera para acopiar los útiles escolares está en pleno apogeo, pero de seguro muchos niños no estrenarán nada nuevo cuando arranque el curso. Serán probablemente el blanco de las miradas altaneras de sus colegas que exhibirán frente a sus ojos los merenderos térmicos donde el refresco se mantiene frío hasta la hora del recreo y las gomas de borrar con olor a fresa.

Cuando suene el timbre del primer matutino escolar de septiembre, en las filas para entrar a clases habrá niños con llamativas mochilas desde la que sonríe una princesa Disney y en el interior libretas compradas por parientes emigrados. Otros, reciclarán parte de lo que usaron el curso anterior o esperarán aquello que la maestra reparta en el aula.

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