Los cubanos reciben con vítores el primer crucero desde Miami

El crucero 'Adonia' llegando al puerto de La Habana. (14ymedio)
El crucero 'Adonia' llegando al puerto de La Habana. (14ymedio)
Yosmany Mayeta Labrada

02 de mayo 2016 - 17:00

La Habana/El reloj marcaba las nueve de la mañana cuando el crucero Adonia entró a la bahía de La Habana. Decenas de personas recibieron con entusiasmo al primer barco de recreo que llega a la Isla desde Miami en los últimos 50 años. Sin una convocatoria oficial ni llamados a congregarse en el lugar, los cubanos dieron la bienvenida a la embarcación.

En él viajaba Tony Dandrades, periodista de Univisión, al que la multitud recibió a gritos. Lo llamaban a voces por su nombre y le decían a coro "te queremos". Lo saludaron demostrándole admiración por su trabajo que siguen por "la antena" y "el paquete". Dandrades compartió unos minutos con el público y dijo estar "muy contento" de estar aquí. Acto seguido, asumió su papel de periodista y dijo "ahora voy a yo a entrevistarlos a ustedes" y recogió impresiones sobre este día entre los presentes.

Ana, cubanoamericana que llevaba 48 años sin visitar la Isla, dijo a 14ymedio sentirse "muy emocionada". Con lágrimas en los ojos y repitiendo "soy cubana", fue recibida por decenas de cubanos a los que confesó estar "optimista sobre el futuro de Cuba y su gente".

"Estoy muy emocionada, muy feliz y contenta de estar aquí en Cuba. Aunque vivo en Miami, me crié cubana, mi madre no nos dejaba hablar inglés en la casa"

Mily González Martínez cuenta haber salido de Cuba con cuatro años. Nacida en Ciego de Ávila, lleva 46 años viviendo en Estados Unidos. También entre lágrimas, declaró: "Estoy muy emocionada, muy feliz y contenta de estar aquí en Cuba". Y comentó a continuación: "Aunque vivo en Miami, me crié cubana, mi madre no nos dejaba hablar inglés en la casa". Sobre los cambios que han acontecido recientemente entre ambos países, opina: "Nosotros tenemos mucha esperanza de que estos cambios sean buenos para el futuro y que esto quiere decir que empiecen a abrir más puertas para la gente de Cuba".

En el crucero, de la firma estadounidense Carnival, han venido unas 700 personas, entre ellos una docena de cubanoamericanos. Se trata de un hecho sin precedentes. En 1999, el Gobierno decretó la prohibición a los cubanos de entrar o salir por mar del territorio nacional, con el fin de evitar y prevenir "acciones terroristas" de las que "Cuba ha sido víctima en nu­me­rosas ocasiones desde el triunfo de la Re­vo­lución en 1959".

La llegada a la Isla del crucero ha estado marcada por la polémica. Miembros del exilio cubano en Miami presentaron una demanda ante la compañía de cruceros Carnival, la más grande del mundo, por discriminación, cuando anunció que para su nueva ruta a Cuba no vendería boletos a cubanoamericanos.

Un individuo con una bandera estadounidense fue apartado de la multitud por un grupo de personas con apariencia de miembros de la Seguridad del Estado

Las protestas llevaron al gigante de los viajes marítimos de recreo a rectificar su decisión, y el pasado 18 de abril anunció que no haría distinciones, por lo que todos los pasajeros eran bienvenidos sin limitaciones por su origen. El Gobierno cubano también rectificó y permitió que los cubanoamericanos pudieran llegar por mar a la Isla.

Los viajeros del Adonia solicitaron visas con fines culturales, deportivos, religiosos o académicos, dadas las restricciones vigentes en Estados Unidos sobre los viajes de turismo a la Isla. El crucero visitará también la bahía de Cienfuegos, en la costa sur del país, y la de Santiago de Cuba, en el oriente de la Isla.

La espontánea bienvenida de este lunes a los viajeros del crucero ocurre 24 horas después del desfile de confirmación y compromiso revolucionario del primero de mayo en la Plaza de la Revolución.

En el muelle flotante del Paseo de Paula, recién inaugurado, hubo manos agitadas para saludar y lágrimas de emoción. Es un acontecimiento que marca un antes y un después en la larga separación de la familia cubana.

Un individuo con una bandera estadounidense fue apartado de la multitud por un grupo de personas con apariencia de miembros de la Seguridad del Estado, según pudo comprobar este diario.

La gente se aglomeró también en los alrededores del Muelle de Caballería, hasta los almacenes San José, donde en la actualidad se ubica un gran mercado de artesanías y souvenirs. Desde allí muchos lanzaron gritos de alegría, captaron la histórica imagen con sus cámaras digitales y teléfonos y ondearon banderas de Cuba y EE UU.

El buque fue escoltado por varias embarcaciones, con 590 personas a bordo, de las que cerca de la mitad son representantes de medios de comunicación, según el periódico El País.

Los pasajeros a bordo del crucero bajaron pasado el mediodía, como adelantó una trabajadora de la Aduana. La empleada aseguró que serían sometidos a "un riguroso control los cubanos y demás tripulantes" para verificar sus visados de acceso al país.

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