Las fiestas de San Juan en Camagüey tienen éxito a pesar de la desorganización

desfile_inicial  San Juan. (14ymedio)
La festividad, que se celebra este año entre el 24 y el 29 de junio, no ha logrado escapar a los problemas organizativos o al centralismo estatal. (14ymedio)
Sol García Basulto

29 de junio 2017 - 11:26

Camagüey/Las fiestas del San Juan camagüeyano mantienen parte de sus tradiciones pero también tratan de adaptarse a los tiempos que corren. La festividad, que se celebra este año entre el 24 y el 29 de junio, no ha logrado escapar a los problemas organizativos o al centralismo estatal.

Ni tan ostentoso como el carnaval de La Habana ni tan divertido como el de Santiago de Cuba, el San Juan camagüeyano tuvo reputación de fiesta familiar repleta de tradiciones, pero en el último medio siglo las iniciativas individuales, gremiales o de barrio han sido desplazadas por la presencia estatal.

Los festejos populares son vistos ahora como un regalo de las autoridades locales al pueblo. Esa percepción alimentó el temor de que este año fueran suspendidos, debido a la compleja situación epidemiológica que atraviesa la capital provincial.

Los festejos populares son vistos ahora como un regalo de las autoridades locales al pueblo

La presencia de focos de mosquito de la especie Aedes Aegypti, y de numerosos casos de dengue, dispararon los rumores sobre la cancelación de los festejos, pero al final solo desembocaron en mayores controles sobre el sector por cuenta propia, en especial en la venta de alimentos.

Zaida, una vecina de la calle San Pablo que solicitó un permiso para comercializar pescado, recibió una negativa de las autoridades sanitarias porque es un producto que "atrae muchas moscas". "Tuve que conformarme con vender croquetas y frituras de maíz", dijo a 14ymedio.

Muchas de las recetas locales y los platillos tradicionales que caracterizaron a estas fiestas populares también han desaparecido. En su lugar, la mayoría de los quioscos abiertos y gestionados por el Estado ofrecen productos industriales como refrescos y cervezas nacionales.

Eso sí, no faltan las cajitas de comida criolla donde el arroz y la carne de cerdo se mezclan con las viandas. Los termos de cerveza a granel encabezaron la lista de servicios más demandados, y también a su alrededor ocurrieron las mayores riñas y aglomeraciones.

Congas, comparsas, carrozas, ensabanados, muñecones, autos clásicos, motos y patinadores integraron el paseo que dio inicio al festejo. Un recorrido que este año no siguió su ruta habitual -desde el centro de la ciudad a la plaza de La Caridad- a causa de la nueva política de recuperación de las áreas tradicionales.

Cada año el colapso del transporte, las riñas, los robos y los excesos en el consumo de alcohol están en el centro de las críticas de los vecinos y participantes

Reinaldo Echemendía, presidente de la comisión organizadora del carnaval, explicó a la radio local que una construcción sin concluir en las calles Cisneros e Independencia no permitía el paso, pero espera que esta sea la última vez que el paseo deba transitar por "un espacio que no es popular."

Cada año el colapso del transporte, las riñas, los robos y los excesos en el consumo de alcohol están en el centro de las críticas de los vecinos y participantes. En esta ocasión se sumaron los problemas organizativos, como la insuficiente cantidad de baños que convirtió ciertas áreas en estercoleros.

Para el chofer de uno de los tractores que tira de las carrozas, la desorganización ha sido el principal problema. El conductor se queja de que no recibió su suministro de comida y que la policía motorizada se fue antes de concluir el paseo, dejando su vehículo atrapado en la muchedumbre.

Más de 30 áreas animadas han ofrecido espectáculos de agrupaciones como Arnaldo y su Talismán, Los Carachy y Cándido Fabré junto a una programación con grupos de teatro y espectáculos humorísticos.

Los vendedores de artículos infantiles aprovechan esta ocasión. Danier Espinosa, un granmense que viaja de una provincia a otra para comercializar sus productos, asegura que en una semana de venta puede obtener entre 2.000 y 3.000 CUP de ganancias.

Nadie sabrá si el Estado obtuvo ganancias o sufrió pérdidas con estos festejos populares, tampoco se conocerá el balance de víctimas entre peleas y accidentes

El pequeño empresario opina que lo más difícil para quienes vienen de otras provincias es lidiar con las autoridades. "Lo malo de Camagüey es que los inspectores se aprovechan. Nos quieren cobrar 50 pesos de permiso para vender en cada área, en lugar de los 40 CUP establecidos".

Este jueves concluirán las fiestas. Nadie sabrá si el Estado obtuvo ganancias o sufrió pérdidas con estos festejos populares, tampoco se conocerá el balance de víctimas entre peleas y accidentes.

Amores y amistades habrán tenido estrenos y finales durante estos días, pero se mantendrá la esperanza de que el próximo año las fiestas tradicionales queden mejor, mucho mejor.

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