Un paquete para la 'Yuma'

Oficina de Correos. (EFE)
Oficina de Correos. (EFE)
Zunilda Mata

17 de marzo 2016 - 10:20

La Habana/Entró a las 3:10 de la tarde de este miércoles a la sucursal de amplios y desiertos pasillos de la principal oficina de correo cubano. Sonia se había dejado llevar por las noticias y armó una pequeña caja con fotos y un par de recuerdos que quería enviarle a su hermana en la Florida. Los objetos que guardaba para hacer llegar hasta las manos de su destinataria se toparon con un obstáculo: todavía no es posible enviar un paquete directo hacia Estados Unidos.

La escena transcurrió justo cuando la prensa nacional e internacional anunciaba el restablecimiento de un servicio postal directo entre ambos países interrumpido por décadas. Casi cinco horas después de que la aeronave de la compañía IBC Airways con la primera carga postal desde EE UU aterrizara en la capital cubana, en la ventanilla número 11 del correo del Ministerio de las Comunicaciones (Mincom), Sonia recibió un "no" como respuesta a su intento de remitir el pequeño paquete hasta Coral Gables.

"Para Estados Unidos todavía no se mandan paquetes", le explicaba una empleada detrás del cristal.

La realidad en Cuba niega una y otra vez los titulares de la prensa. Susana, directora de la sucursal postal del Mincom, intenta convencer a la cliente de que, seguro, "leyó mal" el periódico, porque "todavía no es posible" mandar cartas y paquetería directamente a "la Yuma". Sus palabras resuenan con eco en un local donde apenas unos pocos tratan de enviar algún giro de dinero a una provincia y otros reclaman la pérdida del contenido de un envío.

Susana, directora de la sucursal postal del Mincom, intenta convencer a la cliente de que, seguro, "leyó mal" el periódico, porque "todavía no es posible" mandar cartas y paquetería directamente a "la Yuma"

La empleada rectifica ante la cara atónita de Sonia. "Lo que pasa es que nosotros no tenemos todas las regulaciones de cómo van a ser los envíos", justifica. Las comunicaciones entre dos Gobiernos que han sido enemigos por más de medio siglo parecen ser más fáciles de retomar que las comunicaciones entre sus ciudadanos. "Nosotros recibimos paquetería para cualquier lugar del mundo, menos de Estados Unidos", remacha la funcionaria.

La directora repite el mismo discurso e insiste en que aún no ha llegado la disposición de si se va a aplicar a EE UU las mismas regulaciones que al resto de los países. "Es lo que falta porque ya los acuerdos están tomados", concluye. Cada palabra que pronuncia suena como un nuevo obstáculo que deberá sortear cualquier intercambio postal entre las dos orillas.

Además, Sonia recibe la confirmación de la una noticia más preocupante. "De todas formas hoy es el último día de enviar o recibir paquetes, porque todo está parado hasta que se vaya el presidente de Estados Unidos". La razón es, aparentemente, la congestión en el aeropuerto de La Habana derivada de la visita presidencial.

Sonia pregunta si el servicio, cuando exista, se pagará en moneda nacional. "Sí, porque si no estamos autobloqueándonos", responde la directora de la sucursal. Pero su frase es vaga y con poco entusiasmo. Tan desteñida como el sello de correo que muestran las cartas en Cuba.

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