Carta de un ‘cubano revolucionario’ a Fidel Castro

"No quiero firmar con mi nombre, porque ese escrito es pura ficción, para desenmascarar al Gobierno y sus mentiras", nos dice el autor

“Es un intento de ironizar con la situación de abandono a la que se enfrentan sus incondicionales”

Cartel de Fidel Castro.
Cartel de Fidel Castro.

23 de enero 2015 - 06:30

Querido Fidel:

Yo sé que estás muerto. No importa que me lo oculten, me lo nieguen o me intenten engañar con falsas cartas tuyas porque estoy convencido de tu muerte.

No te creo capaz de abandonarnos ahora, justo cuando más te necesitamos, pues nos has acostumbrado a ello. No te imagino sentado tranquilo en tu sillón mientras disfrutas de un libro, de la música o de tus manjares favoritos a sabiendas de que el destino de este país está cambiando a una velocidad de vértigo a la que no estamos acostumbrados y de que no sabemos como vamos a escribir este nuevo capítulo de nuestra historia porque nos hemos quedado sin líder. No te puedo dibujar ajeno, ausente, como si estuvieses vagando en un crucero a la deriva o de paseo por tierras lejanas, ignorando lo que acontece en esta isla que te vio nacer y que te hizo grande, universal. También se que nunca harías como un avestruz o una rata ante los peligros que le acechan.

Yo sé que, de estar vivo, ahora mismo estarías arengándonos como lo has hecho siempre. Estarías advirtiéndonos de las amenazas que, invisibles para nosotros, solo tú has sido capaz de ver siempre. Si vivieras, te hubiésemos visto abrazarte emocionado a tus cinco héroes, esos por los que te acompañamos en todas las campañas, marchas, desfiles y actos. Si estuvieses con vida, no permitirías que la amenaza del imperio volviera a volar sobre nuestras cabezas, solo que esta vez en vuelo muy rasante, demasiado rasante y con nuevas armas y tácticas de combate para las que no estamos preparados. No permitirías que regresara a Cuba el capitalismo feroz, ni que regresen como orgullosos vencedores aquellos a los que una vez derrotamos con tan solo tirarle algunos huevos.

Si aún te quedara una gota de vida, te dignarías en dedicarle tus últimas palabras a tu pueblo, ese que te ha apoyado en todo: en la guerra de liberación, en la limpia del Escambray, en las duras zafras, repudiando a "gusanos", "antisociales" y "escorias", jugándose la vida en Angola, Nicaragua o Venezuela con fusiles, con cartillas y lápices o con batas blancas, en los trabajos voluntarios, quitándose lo poco que tenía para donarlo a otros a cambio de nada y haciéndole frente hoy, a pecho descubierto, a tus más recientes opositores para defenderte. Ahora es tu obligación apoyarnos y lo sabes.

No habrás olvidado (yo no) tus consignas favoritas, las de "Patria o Muerte" y "Socialismo o Muerte", esas que al final de cada discurso tuyo pronunciabas con voz firme seguidas de nuestro grito de "Venceremos" antes de ovacionarte entre exclamaciones de "Viva Fidel" y "Viva la Revolución". Si ya no te interesan ni la Patria ni el Socialismo, la única explicación lógica es que la muerte te ha ganado esta última batalla y deberían decírnoslo, al menos por respeto a tus incondicionales para poder llorarte y rendirte nuestro humilde pero sentido tributo.

Y si tu muerte no fuese cierta, perdona mi sinceridad Comandante, prefiero seguir pensando que has muerto porque, sencillamente, es la mejor opción que tengo para mantener mi fe de revolucionario.

Un cubano revolucionario Enero 16 de 2015

3 y 25 p.m.

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