Notas al margen de la visita de Kerry a Cuba

Nadie escribió en la prensa oficial del pensamiento y la acción política del demócrata de izquierda John Kerry

El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, en su encuentro con disidentes esta tarde en La Habana
El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, en su encuentro con disidentes esta tarde en La Habana
Pedro Campos

17 de agosto 2015 - 12:05

La Habana/Este viernes, como casi todos los cubanos, estuve atento a lo que salió por la TV estatal en relación con la visita del Secretario de Estado John Kerry y la reapertura de la embajada de EE UU en La Habana.

Además del carácter respetuoso y constructivo de las palabras de Kerry, llamaron mi atención la falta de información sobre sus antecedentes políticos y los enfoques diferentes sobre lo expresado por el Secretario de Estado en distintos comentaristas oficialistas.

Tradicionalmente, cuando en Cuba se recibe a una personalidad extranjera, se divulgan reseñas de sus biografías y de sus antecedentes políticos y públicos. Pero nadie recordó en la prensa oficial que Kerry, luego de haber participado con honores en la guerra de Vietnam fue líder de los veteranos que lucharon por el cese de la intervención y el regreso de los marines.

No vi en ningún lado que Kerry es un prominente político del ala izquierda del Partido Demócrata que ganó cuatro elecciones senatoriales y que se ha enfrentado muchas veces a las políticas conservadoras en el Senado. Tampoco nadie expresó que Kerry, contendiente demócrata por la Presidencia en el 2004, perdió unas cerradas elecciones frente al incumbent George W. Bush, gracias a los votos conservadores cubanos en la Florida.

Por cierto, no pude dejar de relacionar la imagen de Kerry frente al mástil donde era izada la bandera de EE UU con aquella derrota que le propinaron los conservadores de la Florida con los cubanoamericanos al frente, los principales opositores hoy a la nueva política cubana de Obama.

No pude dejar de relacionar la imagen de Kerry frente al mástil donde era izada la bandera de EE UU con aquella derrota que le propinaron los conservadores de la Florida con los cubanoamericanos al frente

Posiblemente, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE UU y Cuba constituye el golpe político más contundente propinado a los conservadores cubanoamericanos en toda su historia por un Gobierno de ese país y Kerry está siendo uno de sus principales protagonistas.

Estos datos hubieran sido suficientes para que el pueblo cubano entendiera que no estaba recibiendo a un político cualquiera, a un representante más del ¨imperialismo¨, sino a una figura de la izquierda del sistema político norteamericano partidario de políticas sociales y medidas políticas y negociadoras, antes que guerreristas.

El gesto de Kerry de pasear a pie, con un bastón, todavía convaleciente de un accidente de ciclismo, por la Habana Vieja en manga de camisa, es algo que los cubanos debemos aquilatar en toda su medida. Se trata de un individuo que quiso mostrar sus sentimientos positivos hacia el pueblo de Cuba directamente, más allá de sus reuniones cerradas con gobernantes u opositores.

Por otra parte, si Kerry dijo que nada había que temer en el desarrollo de estas relaciones, los comentaristas neoestalinistas de la TV trataban de infundir terror en el auditorio. Algunos, sugerían que las palabras del Secretario de Estado eran demostrativas de que EE UU, aunque había cambiado su política, seguía con su estrategia de destruir la "Revolución".

Y se apoyaban, nada más y nada menos, que en las referencias de Kerry a los derechos humanos y al hecho de que el pueblo sería mejor servido en una democracia ¨genuina¨ donde la gente pueda elegir a los gobernantes, como si no estuviera suficientemente claro todavía que en Cuba hay una violación sistemática de los derechos políticos, civiles y económicos de los ciudadanos y que ningún gobernante es electo por el voto directo y secreto de la población desde 1948.

Para algunos comentaristas que siguen viviendo en el pasado y se horrorizan ante el futuro, tales declaraciones implicaban la continuación de la estrategia destructiva del imperialismo. Por eso mismo tildan de agente del imperialismo a todo aquel que diga sacrosantas verdades sobre la triste situación de los derechos humanos en Cuba y la falta de democracia en el sistema político.

En cambio, en la Mesa Redonda ofrecida en la TV cubana ya en horas de la tarde noche, otros dos comentaristas conocedores de EE UU y sus políticas, como Jesús Arbolella y Reinaldo Taladrid, al valorar las expresiones de Kerry, muy atinadamente reseñaban cómo se hacían los discursos de los estadistas norteamericanos, donde trataban de tener en cuenta todos los intereses de los sectores hacia los cuales iban dirigidos. Y, muy especialmente, acotaban que no era adecuado escoger frases aisladas de sus discursos, para sacar conclusiones generales sobre las políticas del Gobierno al que representaba Kerry.

Esos análisis, con posiciones más claras y objetivas, contrastaban con las continuas expresiones que habíamos estado oyendo todo el día en boca de otros comentaristas sobre las malas intenciones de la Administración Obama.

Cuando alguien habla de acercamiento, diálogo, cooperación y buena vecindad, presuponer objetivos destructivos es típico de mentes maquiavélicas que, a falta de enemigos, necesitan inventarlos

No sé si lo dijeron pensando en esos otros comentaristas cuyos nombres no escribo, pues no se trata de señalar negativamente a nadie, pero para mí estaba claro que estaban tratando de ofrecer un poco de luz en medio de tanta desinformación turbia echada al torrente informativo y proveniente del oficialista discurso maniqueo tradicional del neoestalinismo.

Los que se la pasan imaginándose lo que otros quieren, olvidando que hay una acción concreta política, parecen desconocer que existe una estrecha relación de identidad entre fines y medios, entre táctica y estrategia, entre la política y sus objetivos, y que fines destructivos necesitan de medios similares. Cuando alguien habla de acercamiento, diálogo, cooperación y buena vecindad, presuponer objetivos destructivos es típico de mentes maquiavélicas que, a falta de enemigos, necesitan inventarlos para continuar justificando aviesos propósitos.

Sería mucho pedir que desaparezca de la prensa oficial el pensamiento burocrático-conservador que quiere encontrar siempre enemigos en todas partes, en el que ahora quiere ser vecino y no adversario, en el pensamiento opositor y en el diferente.

Personas que supuestamente quieren destruir un socialismo que nunca existió, cambiar un sistema democrático que nunca lo ha sido e imponernos el respeto a los derechos políticos y civiles del pueblo cubano que hace medio siglo son irrespetados. Pero, al menos, sería conveniente que pongan más a menudo a comentaristas que pueden ofrecer una visión más deslindada de la palabrería empobrecedora del neoestalinismo.

Especialmente a la Mesa Redonda, que una vez expulsó al especialista sobre EEUU Esteban Morales por escribir sobre la corrupción oficial, y otros programas que pretenden ser más analíticos que promotores de una visión parcializada, bien pudieran acudir más a menudo a verdaderos especialistas y usar menos a los dedicados a la propaganda política y de esa forma, tal vez, mejorar sus programas y audiencias.

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