Exhibir a quienes nos vigilaban

Instituto de la Memoria Nacional en Polonia. (14ymedio)
Instituto de la Memoria Nacional en Polonia. (14ymedio)
Eliécer Ávila

23 de octubre 2014 - 06:10

Varsovia/Por estos días, una amplia representación de la sociedad civil y la oposición cubanas ha sido invitada a Polonia. El programa ha incluido una extensa gama de actividades, entre ellas, la visita a una cárcel, al palacio de Gobierno, reuniones con importantes figuras políticas, debates y conferencias.

Lo que más me ha impactado fue entrar a los archivos de la Seguridad del Estado comunista polaca. Tal grado de paranoia y meticulosidad solo lo había visto en películas, como el clásico "La vida de los otros".

Pero esta vez fue distinto. Nos encontramos frente a frente con 90 kilómetros de documentos, cientos de miles de actas, tarjetas operativas, fotos, cintas de video, perfiles personales, información sobre colaboradores y personas vigiladas.

Estos archivos demuestran que en todos las colonias comunistas de Rusia existieron similares órganos represivos que se convirtieron en las instituciones más grandes y sofisticadas de su tiempo. La vigilancia y la represión del pensamiento fue la actividad a la que esos países dedicaron más recursos.

El Instituto de la Memoria Nacional lidera las investigaciones para depurar las responsabilidades en miles de crímenes cometidos por la Seguridad del Estado contra ciudadanos polacos, siempre bajo las directrices de la tristemente célebre KGB soviética.

La información que guardan estos documentos aún hoy puede ser vital para muchas personas que aspiran a ocupar un cargo público, ya que las nuevas instituciones democráticas suelen pedir a los encargados del Archivo que investiguen si en el pasado tal o tal persona colaboró con la Seguridad del Estado.

Los documentos también revelan que prácticamente nadie escapaba a la vigilancia de la Seguridad. Curas, artistas, intelectuales, diplomáticos, dueños de negocios, todos los extranjeros y hasta los propios líderes comunistas eran espiados. Con ese fin usaban las técnicas más avanzadas de la época, como máquinas a vapor para despegar cartas y luego sellarlas nuevamente, micrófonos dentro de las viviendas, cámaras ocultas y seguimientos personales, entre otros.

Hasta el propio Fidel Castro tenía su carpeta en los archivos de la Seguridad del Estado polaca

Hasta el propio Fidel Castro tenía su carpeta en los archivos de la Seguridad del Estado polaca, aun cuando era muy estrecha la cooperación entre todos los órganos represivos del bloque soviético, incluyendo a Cuba.

A pesar de toda esa maquinaria mafiosa y aparentemente infalible, los pueblos supieron encontrar su camino y librarse de tanta aberración enfermiza y, en la mayoría de los casos, emprendieron el camino hacia el verdadero desarrollo, con base fundamental en el Estado de derecho y en una política abierta y democrática.

Atrás quedaron los días grises dominados por el miedo y la tristeza para dar paso a una multitud de colores en las plazas de ciudades como Varsovia o Cracovia, convertidas en referentes de crecimiento y superación constantes.

Estoy absolutamente convencido de que un día no muy lejano le mostraremos a delegaciones de todo el mundo los archivos y las instalaciones de la Seguridad del Estado en Cuba. Funcionarios y colaboradores del aparato represivo quedarán como reyes desnudos frente a la mirada atónita de las nuevas generaciones, formadas en el pluralismo y el respeto a los demás para reconstruir la nación.

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