Propuestas para crear una cultura financiera en Cuba

Las colas en los cajeros cubanos se multiplican los fines de semana. (14ymedio)
Colas en los cajeros cubanos. (14ymedio)
Jorge Ignacio Guillén Martínez

06 de octubre 2015 - 22:42

La Habana/La decisión tomada en septiembre por el Banco Popular de Ahorros (BPA) de dar créditos de hasta 10.000 pesos (unos 400 CUC) a cuentapropistas, en un plazo de tres días y sin exigirles garantías, es una señal positiva encaminada a crear las condiciones necesarias para que renazca en Cuba la "cultura financiera".

Hasta ahora, una gran mayoría de microempresarios cubanos prefiere "guardar el dinero debajo del colchón" y recurrir a las remesas o a sus anémicos ahorros en lugar de abrir una cuenta o pedir un crédito bancario. Y esto, a pesar de que las medidas legales aprobadas en noviembre de 2011 eliminaron las principales restricciones financieras hacia el sector privado, que solo podía valerse de sus propios recursos y de las finanzas informales, como préstamos de amigos o familiares y prestamistas del mercado negro.

El marco legal de 2011 facilitó la relación de los trabajadores por cuenta propia con el sistema empresarial estatal, especialmente gracias a la posibilidad de usar nuevos instrumentos de pago en sus transacciones. Sin embargo, persistían limitaciones que dificultaban el acceso al crédito, como los trámites burocráticos, las exigencias de garantías colaterales (cuentas bancarias, codeudores, propiedades) y la desconfianza del Gobierno hacia los negocios privados, condenados a cometer ilegalidades para no quebrar.

Según los datos publicados este martes por Granma, la concesión de créditos a cuentapropistas ha pasado de 31 millones de pesos en 2014 a más de 129 millones solo para los siete primeros meses de 2015. Sin embargo, el número de cuentapropistas que se han valido de esta posibilidad sigue siendo sumamente pequeño si se compara con las personas que han solicitado créditos para reparar sus viviendas o para actividades agrícolas.

Crear confianza y cultura financiera es uno de los retos inmediatos de mayor importancia que tiene que enfrentar la economía cubana. Es indispensable el acceso ‒cuanto antes mejor‒ a todo el abanico de oportunidades de un sistema financiero moderno, sobre todo para el progreso del sector privado.

Propongo las medidas siguientes para acabar con la falta de confianza de los microempresarios cubanos, tanto en la rentabilidad y el éxito de sus negocios como en la "intención" del Gobierno de promover este sector.

1. Crear un nuevo marco legal e institucional: leyes claras que definan los deberes y derechos de ambas partes, así como mecanismos eficientes para ponerlas en práctica;

2. Formación: desarrollar un intenso proceso de aprendizaje, tanto de los microempresarios como de las instituciones financieras nacionales, acerca del funcionamiento de los sistemas financieros, el uso del crédito y demás instrumentos;

3. Diversificar las fuentes de financiamiento: alentar la creación de bancos y otras iniciativas privadas, para que compitan entre ellos y ofrezcan una mayor variedad de oportunidades;

4. Profundizar la reforma en el sector privado: reconocer el derecho de propiedad privada, eliminar la lista de trabajos por cuenta propia autorizados y dar paso a la libertad de iniciativa, para crear un mercado mayorista para el sector.

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