Una agradable sorpresa

Imágenes del Noticiero Estelar el 21 de enero del 2015 (Fotograma de Cubavisión)
Imágenes del Noticiero Estelar el 21 de enero del 2015 (Fotograma de Cubavisión)
Eliécer Ávila

22 de enero 2015 - 07:39

La Habana/Por estos días no me pierdo el noticiero cubano. Tratando de encontrar las claves, siempre ocultas, de la nueva estrategia del Gobierno ante los recientes cambios, si es que la tiene. Hoy, como siempre, me sentí estafado con el reportaje que resumía (con las habituales omisiones) la conferencia de prensa de las autoridades cubanas y estadounidenses sobre la reunión sostenida.

Cuando ya me disponía al final del NTV a apagar el televisor, un anuncio me sorprendió: transmitirían íntegramente las palabras de Edward Alex Lee y Josefina Vidal Ferreiro, jefes de las delegaciones que participaron en el encuentro. Y así fue. Excepto la primera pregunta a Lee de algún periodista –me pareció por la edición que no la incluyeron–, pudimos ver y escuchar la conferencia de ambos funcionarios, durante la cual hubo referencias por parte de Lee y de algún periodista "incómodo" a los derechos humanos y la democracia.

Cualquiera que viva en un país de los que yo llamo normales diría: ¿Y eso qué tiene de especial? Pues tiene de especial que mientras en buena parte del mundo civilizado es práctica cotidiana que, después de las reuniones entre Gobiernos, partidos de fútbol o presentación de un filme, se ofrezca una conferencia de prensa, aquí es tan raro como ver pasar un cometa.

A diario visitan Cuba mandatarios, primeros ministros, delegaciones de todo tipo, y la inmensa mayoría de las veces lo único que trasciende es la imagen de cuando depositan flores al monumento del apóstol y una anémica notica en el diario Granma que, absolutamente siempre, dice: "El excelentísimo señor Fulano de tal fue recibido ayer por el General del Ejército y presidente de todas las cosas Fulano de tal. Durante el encuentro, que transcurrió en un clima ameno y cordial, se pasó revista al excelente estado de las relaciones entre ambos pueblos y se reiteró la intención de seguirlas desarrollando en sectores como la salud y la educación". Jamás nos enteramos de los temas sobre los que han hablado en concreto.

Esta vez, asumo que la singularidad es motivada por la presión que ejerce la presencia de mucha prensa internacional y también por la expectativa que ha despertado este proceso dentro y fuera del país.

El Gobierno cubano estará obligado a moverse en el terreno de la política real y tendrá que explicar lo que todos sabemos que es simplemente inexplicable

La conferencia que vimos ayer miércoles es un primer fruto, pequeño pero positivo, del cambio de política del presidente de EE UU, Barack Obama. Ahora y cada vez más, el Gobierno cubano estará obligado a moverse en el terreno de la política real, moderna y abierta en el que ya no cabe un libreto de víctima permanente, sino que tendrá que explicar lo que todos sabemos que es simplemente inexplicable. Estoy seguro de que ese mismo Gobierno estaba (al menos políticamente) mucho más cómodo en la posición anterior.

La sociedad civil y todos los que tienen ideas y propuestas alternativas (trabajadores, artistas, cineastas, periodistas, estudiantes, emprendedores, residentes en el exterior, etcétera) deben ejercer su derecho a ser escuchados, reaccionando a la altura y a la velocidad de los tiempos que empiezan a correr.

De momento, ya está claro que varios representantes de la sociedad civil y la oposición se reunirán este viernes con la segunda delegación norteamericana de alto nivel que visita Cuba por estos días. Aunque los medios del Gobierno lo oculten, nosotros también somos parte de estas negociaciones. Debemos aprovechar muy bien este ejercicio para sacar el máximo posible en beneficios concretos para nuestro pueblo, dejando a un lado los odios y resentimientos que nunca podrán aportar nada al presente y menos al futuro de la nación.

Aunque los medios del Gobierno lo oculten, la sociedad civil y la oposición también son parte de estas negociaciones

Hoy debemos empezar a sentir sobre los hombros el peso de la responsabilidad que encarna el servicio público, aunque sea extraoficialmente. Tenemos que comportarnos como quisiéramos que se hubieran comportado los que desperdiciaron medio siglo de oportunidades para hacer crecer al país. Tenemos que actuar como quisiéramos que actuaran nuestros representantes del mañana.

Demostremos que podemos hacer alianzas, trabajar en equipo y sacar frutos de la pluralidad y el respeto. Dejemos claro que lo que nos mueve a la participación, a la lucha del día a día, a la defensa implacable de los derechos humanos está por encima de todo, y es la búsqueda del mayor estado de bienestar posible para cada cubano.

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