'Ella es callaíta', el ISA tiene un nuevo rector

No hubo anuncio oficial, ni nota de prensa. No hubo despedida en 'Granma', ni breve reseña del nuevo inquilino de la silla mayor en el rectorado

Su designación jamás fue bien recibida ni por alumnos, ni por profesores. José Ernesto seguía siendo un cuadrito pedante, un enchufado sin méritos propios, un 'sapingo'. (ISA)
Su designación jamás fue bien recibida ni por alumnos, ni por profesores. José Ernesto seguía siendo un cuadrito pedante, un enchufado sin méritos propios, un 'sapingo'. (ISA)
Yunior García Aguilera

18 de enero 2023 - 10:12

Madrid/Un rumor recorría la Isla desde diciembre del pasado año: el rector de la Universidad de las Artes había sido liberado de sus funciones. Con este eufemismo suelen referirse en Cuba a los cuadros del partido que son destituidos o tronados. Muchos simplemente pasan a ocupar otros cargos. Algunos, si el asunto incluye sospechas de deslealtad, son condenados al plan pijama. Mientras que los más afortunados, si tienen una buena palanca, suelen caerse para arriba.

El 12 de diciembre de 2022 fue el último día en que el perfil de la Universidad de las Artes (ISA) en Twitter etiquetó a José Ernesto Nováez Guerrero en sus publicaciones. Al día siguiente, comenzó a ser etiquetado en su lugar Rolando Valentín Ortega Álvarez, quien se desempeñaba como director del Centro Nacional de Escuelas de Arte. Y apenas dos días después, durante una visita del abucheado ministro Alpidio Alonso al ISA, ya sus tuits mencionaban a Rolando Ortega como rector de esa institución. El discreto relevo ocurrió en el marco de la celebración por el Día del Trabajador de la Cultura, mientras se desarrollaba en el ISA la preparación de los delegados al Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

En agosto de 2021 ocurrió todo lo contrario. Un mes después del más sonado estallido social en Cuba, con bombos y platillos los medios oficialistas anunciaban a un discípulo de Iroel Sánchez como nuevo rector

No hubo anuncio oficial, ni nota de prensa. No hubo despedida en Granma, ni breve reseña del nuevo inquilino de la silla mayor en el rectorado. Todavía hoy, muchos profesores y alumnos siguen sin haberse enterado de la sustitución. El ISA cambió de rector como si fuera la protagonista de una canción de Bad Bunny, 'Ella es callaíta'.

En agosto de 2021 ocurrió todo lo contrario. Un mes después del más sonado estallido social en Cuba, con bombos y platillos los medios oficialistas anunciaban a un discípulo de Iroel Sánchez como nuevo rector de la Universidad de las Artes. Nováez Guerrero no tenía ni el currículo, ni los grados científicos, ni la categoría docente necesaria para semejante responsabilidad. No tenía ni la menor idea, pero tampoco le hacía falta. El pequeño talibán había posteado en Facebook: "Las calles son de los revolucionarios y los comunistas. ¡Patria o Muerte! La orden está dada". Y ya eso, automáticamente, lo convertía en máster y doctor para los burócratas de la dictadura.

Su designación parecía formar parte de la estrategia de Iroel Sánchez para ir colocando a su fanaticada en puestos claves de las instituciones culturales. El "clan de Las Villas" aprovechaba el torbellino social para posicionar a sus peones en el tablero y acumular poder e influencias, conscientes de que la fiesta del Guatao ya había comenzado. Díaz-Canel, más asustado que Ceausescu y sin saber de dónde le vendrían las balas, prefería rodearse de sus coterráneos (ya sabemos que el regionalismo en Cuba sigue siendo clave para entender las movidas políticas). Poco le importó al canelato que su discurso hubiese abusado de la palabra "ciencia". Si tenían que poner a un novato como Nováez en una silla que obviamente le quedaba demasiado grande, lo harían y punto.

El ISA, además, no era cualquier universidad. Allí habían sido profesoras Anamely Ramos y Omara Ruiz Urquiola. De sus aulas se graduaron Tania Bruguera y cierto dramaturgo al que prefieren ni mencionar. La Universidad de las Artes ya había sido el escenario de varias huelgas de hambre, algunas tan mediáticas como la huelga del chícharo. El ISA estaba desempeñando el rol que en otros tiempos había jugado la Universidad de La Habana. Y era imprescindible para ellos apagar esa llama antes de que se extendiera de forma incontrolable al resto de un gremio tan peligroso (y poderoso) como el de los estudiantes.

El ISA estaba desempeñando el rol que en otros tiempos había jugado la Universidad de La Habana. Y era imprescindible para ellos apagar esa llama antes de que se extendiera de forma incontrolable

Su designación jamás fue bien recibida ni por alumnos, ni por profesores. José Ernesto seguía siendo un cuadrito pedante, un enchufado sin méritos propios, un sapingo.

Pero Nováez no ha durado en su puesto ni lo que tarda una maestría en ganar su diploma. El cojín del rectorado no tuvo tiempo de ajustar su forma al recto del flamante rector. ¿Qué habrá ocurrido? ¿Acaso sus poemillas no emocionaron al claustro en las reuniones? ¿Acaso no se dio por enterado de la corrupción que suele campar por sus anchas en estas instituciones? ¿O acaso chocó de frente contra peces gordos de otros clanes, como la viceministra de cultura Kenelma Carvajal, esposa de Alex Castro Soto?

Por ahora, el novato Nováez tendrá que conformarse con representar a Cuba en la Red de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad, una red tan obsoleta que solo sirve para atrapar clarias en los mares del Sur.

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