Para mantener su control, el régimen promueve la salida del país de los cubanos

La esperanza está en el milagro de una generación que nació y creció bajo el castrismo y, a pesar de la censura y el adoctrinamiento lo rechaza

Protestas en Santiago de Cuba, este 11 de julio. (14ymedio)
Protestas en Santiago de Cuba el 11 de julio. (14ymedio)
Frank Calzón

25 de agosto 2023 - 14:56

Miami/La única esperanza es salir. La frase, en los labios de muchos de los que esperan bajo el sol tropical por la pipa de agua que no llega, por la electricidad interrumpida hace horas, o en la cola con la tarjeta de racionamiento en la mano se repite en las conversaciones en la Isla, en los periódicos, los programas de radio y televisión en el exilio.

Pero no es verdad.

No es cierto que la única esperanza sea irse al extranjero. La idea de que la única opción es emigrar para escapar del hambre y la represión la promueve el propio régimen para mantener su control, y la repiten miles de personas desesperadas que llevan seis décadas padeciendo la ignominia y el desaliento. Es una idea que ignora la fase terminal en que se encuentra el régimen, su falta de respuestas a la crisis nacional, su descrédito ante la opinión pública internacional y su propio pueblo, que una vez creyó en sus promesas y arriesgó sus vidas para alcanzarlas.

La esperanza está delante de nuestros ojos, porque, como en Europa Oriental después de la caída del muro de Berlín, la una vez aclamada Revolución se encuentra en su fase terminal

La esperanza está delante de nuestros ojos, porque, como en Europa Oriental después de la caída del muro de Berlín, la una vez aclamada Revolución se encuentra en su fase terminal.

El régimen necesita que la oposición se marche, cuando los que tendrían que hacerlo son los jerarcas responsables por las muertes de miles de cubanos y el desastre que es la Cuba de hoy.

La Seguridad del Estado también quiere convencernos de que no hay oposición viable en Cuba, que los exiliados son unos mercenarios, que el futuro es la continuidad de lo que existe, y que las calles pertenecen a los revolucionarios.

Pero ya nadie los cree.

En la Isla hay líderes como José Daniel Ferrer, a quien ofrecieron la excarcelación cuando cumplía cuatro años y medio de prisión, con la condición de marcharse al exilio junto a su familia, en destierro permanente, sin derecho a regresar.

En 2020, bajo presión internacional, fue puesto bajo arresto domiciliario, y permaneció en Cuba dirigiendo la organización Unión Patriótica Cubana, (Unpacu).

Durante las protestas multitudinarias de julio 2021 fue nuevamente arrestado y condenado en un juicio sin las más mínimas garantías procesales, a cuatro años de cárcel, por su oposición no violenta a las arbitrariedades que ocurren en el país, y por creer en las ideas de resistencia pacífica de Martin Luther King, Mahatma Gandhi y Vaclav Havel. Y, como Martí, por laborar por una Cuba con todos y para el bien de todos.

Pero en el mundo, lo menos que existe es continuidad, y todos los que apuestan por la parálisis y la inequidad siempre acaban en el basurero de la historia

Pero en el mundo, lo menos que existe es continuidad, y todos los que apuestan por la parálisis y la inequidad siempre acaban en el basurero de la historia.

Los más de mil presos políticos y las manifestaciones de descontento que continúan son prueba de aquella "fuerza subterránea" de la que habló Marti, en respuesta a los que proclamaban que Cuba continuaría siendo española y que el separatismo no tenía ya fuerzas para vencer.

La Seguridad del Estado también dice que estamos solos, que a nadie le interesan los cubanos. Eso tampoco es verdad.

Hay organizaciones internacionales, gobiernos democráticos y prensa alrededor del mundo que piden la libertad de los presos, denuncian las violaciones de los derechos humanos en Cuba, y buscan vías para presionar al régimen. En la Unión Europea, algunos diputados denuncian el hecho de que La Habana no ha cumplido con sus compromisos y piden la suspensión del acuerdo que le representa miles de millones de dólares anuales.

Pero la esperanza más importante, que liberará a la isla y a los cubanos, está dentro de Cuba. Los presos políticos son la prioridad primera de los cubanos con decoro y a los que todos debemos ayudar.

La esperanza está en el milagro de una generación que nació y creció bajo el castrismo y, a pesar de la censura y el adoctrinamiento lo rechaza, protesta en las calles, sufre en prisión, se niega a participar en cuanto proyecto promociona el Gobierno y ni se va, ni se calla.

Los presos políticos, sus familiares y los activistas que los apoyan son nuestros héroes. El exilio nunca les dará la espalda. Merecen ser libres, como todos los cubanos.

La esperanza está también en el renacer de la Iglesia y en la valentía de los párrocos que se oponen a que un cubano levante la mano contra otro cubano, y en las organizaciones y líderes del exilio que en Miami, Bruselas, Madrid, Ginebra, Varsovia, Washington y en otras capitales trabajan sin descanso para que Naciones Unidas expulse al régimen del Consejo de Derechos Humanos, como hicieron con Putin, a pesar de la fuerte oposición de China, Irán y Cuba; y para que Estados Unidos cumpla las promesas del presidente Joe Biden de darle Internet gratis al pueblo cubano y condicionar el envío de remesas a que les lleguen a sus destinatarios, y no que acaben en los bolsillos de "sus opresores" como denunció el presidente norteamericano.

La Administración de Biden ha respondido negativamente a la campaña de La Habana y de sus cabilderos en Washington para que saquen a Cuba de la lista de los países que no cooperan contra el terrorismo

La Administración de Biden ha respondido negativamente a la campaña de La Habana y de sus cabilderos en Washington para que saquen a Cuba de la lista de los países que no cooperan contra el terrorismo, a menos que el régimen entregue a Estados Unidos a los terroristas que viven en la Isla y que asesinaron a norteamericanos y son buscados por el FBI. Estados Unidos también ha condenado el envío de mercenarios cubanos a luchar bajo las órdenes de Putin en su agresión criminal contra Ucrania.

La esperanza no debe ser "irse de Cuba". Los que se marcharán son los criminales que desgobiernan a la Isla.

El pesimismo generalizado y la desconfianza entre los opositores son parte de la estrategia del régimen. La nuestra es vivir en la verdad y mantener la solidaridad entre las fuerzas de la oposición y el resto de los cubanos, abogar por la lucha no violenta, y por la no participación en las iniciativas del régimen. Todos somos resistencia, la noche no será eterna. Patria y Vida.

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