La prensa oficial cubana acoge con cautela los "Papeles de Panamá"

En Islandia, los ciudadanos se han echado a la calle para pedir responsabilidades a su primer ministro tras la filtración de documentos. (Twitter)
En Islandia, los ciudadanos se han echado a la calle para pedir responsabilidades a su primer ministro tras la filtración de documentos. (Twitter)
Yoani Sánchez

05 de abril 2016 - 10:12

El nombre de Cuba no ha aparecido entre los llamados Papeles de Panamá, pero la prensa oficial se muestra cautelosa con el filtrado de documentos que revela fortunas escondidas por políticos, deportistas y figuras del espectáculo. Los medios nacionales han mencionado a los contrincantes salpicados por el escándalo, como el presidente argentino Mauricio Macri, mientras escamotean las evidencias que apuntan hacia Vladimir Putin o al Gobierno venezolano.

En el primer noticiario de este lunes, el reporte sobre la exhaustiva investigación llevada a cabo a partir de documentos del bufete panameño Mossak Fonseca duró menos de un minuto. El destape que deja al descubierto multimillonarios acuerdos offshore que involucran a 140 políticos de 50 países pone a la anquilosada propaganda partidista ante el dilema de unirse a los difusores de estos 15 millones de documentos filtrados o mantener la distancia ante la implicación de numerosos aliados.

La Plaza de la Revolución prefiere ir con pasos cortos ante la avalancha de nombres de jefes de Estado y de Gobierno, recién investidos o ya jubilados, mencionados

Los Papeles de Panamá no solo involucran en dudosas transacciones a líderes políticos como los primeros ministros de Georgia e Islandia, al rey de Arabia Saudí y el presidente de Ucrania, sino que también revelan turbios manejos de amigos próximos al presidente ruso Vladimir Putin y el sirio Bachar Al Assad, figuras cercanas al establishment de La Habana y beneficiadas con la correspondiente parcialidad de los medios locales.

La Plaza de la Revolución prefiere ir con pasos cortos ante la avalancha de nombres de jefes de Estado y de Gobierno, recién investidos o ya jubilados, mencionados en los documentos filtrados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). El monopolio que mantiene sobre la prensa escrita, radial y televisiva permite al Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) acomodar la versión del escándalo que después repetirán a coro sus reporteros dentro y fuera de la Isla.

Sin embargo, la trama apenas ha comenzado y pueden surgir otros nombres. El ICIJ ha advertido que corresponde a los investigadores demostrar cuáles de los implicados no han cumplido con las vías legítimas para el manejo de fideicomisos offshore y han incurrido en un delito o violación de la ley. Por el momento todos los mencionados están en el ojo del huracán de la diatriba pública, pero compete a la justicia determinar su culpabilidad.

Los hilos de la madeja que están desenredando 370 periodistas y 107 empresas informativas de 78 países a partir de la documentación que una fuente anónima entregó al periódico alemán Süddeutsche Zeitung tocan también al futbolista Lionel Messi, la hermana del rey Juan Carlos, Pilar de Borbón, o el director de cine Pedro Almodóvar. Es de esperar que en las próximas semanas el escándalo derivado de este filtrado provoque renuncias, procesamientos judiciales y quién sabe si algún que otro suicidio.

Todos los mencionados están en el ojo del huracán de la diatriba pública, pero compete a la justicia determinar su culpabilidad

El diario oficialista Granma hará malabares para esconder que Adrián José Velásquez Figueroa, exjefe de seguridad del palacio de Miraflores en Caracas, abrió una cuenta bancaria en la República de Seychelles a pocos días de la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales. El fiel excapitán del ejército bolivariano vive ahora a todo tren en República Dominicana con su esposa Claudia Díaz Guillén, quien fuera enfermera de Hugo Chávez. Una historia que no será mencionada por la prensa oficial.

Sin embargo, los Papeles de Panamá son más que un escándalo de figuras públicas que esconden su dinero y evaden obligaciones impositivas. Se trata ‒por sobre todas las cosas‒ de poner a prueba la verdad y la transparencia en un mundo donde cada vez abundan más los muros, las códigos cifrados y las máscaras. Este filtrado masivo de documentos devuelve también la esperanza sobre el periodismo, una profesión en crisis que ha logrado anotarse un tanto a la constancia y al trabajo en equipo.

Escamotear las revelaciones, silenciar el nombre de los implicados, solo terminará de hundir a la prensa oficial cubana, incapaz ya de reflejar la realidad propia y la ajena.

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