El verdadero camino no es debilitar al opresor, sino fortalecer al oprimido

Conclusiones y enseñanzas de las jornadas de protestas en Cuba

Los ‘boteros’ pasaban vacíos este jueves por la céntrica calle 23 en La Habana y no paraban, en señal de protesta. (Cortesía)
Los ‘boteros’ pasaban vacíos durante su 'huelga' por la céntrica calle 23 en La Habana y no paraban, en señal de protesta. (Cortesía)
Ariel Hidalgo

21 de diciembre 2018 - 16:56

Miami/Los lances entre una dirigencia gubernamental acostumbrada a imponer su voluntad de monarca absoluto y sectores de la ciudadanía que comienzan a reclamar con energía sus derechos mediante la resistencia pacífica como factores de una sociedad civil emergente ha sido el escenario de los últimos meses, especialmente en diciembre del año 2018 que, cuando concluya, cerrará los sesenta años de un mismo grupo en el poder. Estas jornadas de protesta arrojan conclusiones y enseñanzas que no podemos dejar de señalar:

1. La ofensiva de restricciones gubernamentales como el paquetazo y el decreto 349, es un claro indicio de la preocupación de la dirigencia del Partido-Estado, en particular, del sector de línea dura, por el desarrollo de la sociedad civil en los últimos tiempos: galerías independientes, teatros alternativos, estudios privados de grabación, los blogs, el crecimiento desmedido del mercado de los cuentapropistas, en particular los paladares y los transportistas y una infinidad de microempresas con una gran diversidad de servicios, algo que recuerda al crecimiento del Tercer Estado en vísperas de la Revolución Francesa ante las excesivas trabas de la monarquía feudal. En este caso se trata de una fuerza viva y creadora, tanto económica como culturalmente, frente a una superestructura político-militar que frena su desarrollo.

2. El poder ha cometido un grave error al tomar medidas tan impopulares a menos de tres meses de la fecha elegida para llevar a cabo la consulta popular sobre su propuesta de reforma constitucional, probablemente por su seguridad de que podría seguir favoreciéndose de la anuencia de la población. Ya sea por indolencia o temor, o de que, en último caso, podría manipular los resultados a su beneficio sin consecuencias desfavorables, tal y como ya ha hecho en ocasiones anteriores, o porque subestimó la capacidad de respuesta de la sociedad civil, incluyendo las protestas de personalidades conocidas que hasta ahora se han distinguido por el apoyo a esa dirigencia. El resultado ha sido un malestar que la oposición podría explotar a favor de su campaña por el No.

3. La concesión de acceso a internet a través de los celulares el mismo día 6 de diciembre en que entraban en vigor las restricciones anunciadas contra artistas y cuentapropistas evidencia que su principal objetivo era desviar la atención de la población para capear mejor la tempestad de protestas, un paso que había ido retrasando por el temor al aterrizaje de la población a computadoras, celulares y a ese "potro salvaje" del internet que había que "domar". La nueva tecnología de las telecomunicaciones socava todas las estructuras centralizadas, principalmente los modelos totalitarios, ya que rompe el monopolio de la información, la difusión y la propaganda gubernamentales, posibilita la rápida comunicación entre ciudadanos de diferentes localidades y facilita la grabación de los desafueros de las autoridades y su rápida difusión internacional a través de las redes masivas de comunicación. Los opresores, sobre todo los que se escudan en la ideología marxista, conocen muy bien cómo se producen los cambios de regímenes sociales, teoría plasmada por el propio Marx en Una contribución a la crítica de la economía política, que "las fuerzas productivas" -léase, la tecnología-, "al llegar a una determinada fase de desarrollo (... ) entran en contradicción con las relaciones de producción existentes" -lease las estructuras económico-políticas de los opresores-, lo cual genera una profunda crisis del sistema. "Y se abre así una época de revolución social", esto es, una época de cambios profundos.

4. El hecho de que tras el inicio de las protestas el régimen reaccionara dando marcha atrás a algunas de las restricciones anunciadas significa que la ciudadanía (esto es, los sin poder) sí ejercen un poder cuando toman conciencia de sus derechos y expresan, públicamente, su voluntad de cambio.

5. La oposición debe tomar nota de la magnitud de las protestas en general que sobrepasaron con creces las más numerosas de sus manifestaciones políticas y ajustar, en consecuencia, sus pasos y sus demandas. En vez de exhortar a la población a que se les una, unirse ellos a esa población en sus demandas y apoyarla en todo lo posible, enfocándose en las necesidades más inmediatas de esa población. En la medida en que den su respaldo a esas iniciativas espontáneas lograrán las simpatías y el apoyo de ese pueblo, ganarán prestigio, e incluso, por ese camino, poder de convocatoria para cuando se requiera alcanzar metas de mayor alcance. El gran error de algunas agrupaciones disidentes ha sido apoyar demandas de organizaciones políticas de la diáspora a favor de restringir viajes y remesas de los cubanos con el argumento de que esto debilita económicamente al régimen, pero que afecta los intereses de los cubanos de la Isla. El verdadero camino no es debilitar al opresor, sino fortalecer al oprimido.

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