El oscuro pasado del embajador de Bolivia en Cuba, Juan Ramón Quintana

El opositor Roger Pinto señaló al diplomático por supuestos nexos con el narcotráfico. Tras un breve exilio en Brasil, falleció en un accidente que la familia considera sospechoso

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (d), y el entonces ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana (i), asisten a la ceremonia de investidura de Evo Morales para su tercer mandato, el 22 de enero de 2015. (EFE)
El presidente de Ecuador, Rafael Correa (d), y el entonces ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana (i), asisten a la ceremonia de investidura de Evo Morales para su tercer mandato, el 22 de enero de 2015. (EFE)
Reyes Theis

20 de septiembre 2017 - 16:29

Caracas/"Quiero preso o muerto a Roger Pinto", habría dicho en una oportunidad el presidente Evo Morales durante una reunión social. Años más tarde, en agosto pasado, el senador Pinto fallecía en un accidente aéreo. Un evento considerado "sospechoso" para sus familiares y allegados.

Roger Pinto Molina (1960–2017) fue un controversial político boliviano. En 2005 fue electo senador por Pando, respaldado por el partidoPoder Democrático Social y fue reelecto en 2009, por la agrupación política Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional. Las denuncias sobre corrupción en el entorno de Evo Morales y particularmente, acerca de las actividades vinculadas al negocio de la droga, le ocasionaron la apertura de varios procesos legales en su contra, lo que le obligó a asilarse en una embajada y luego a protagonizar una espectacular fuga hacia Brasil.

Entre los múltiples casos que denunció Pinto en el ejercicio de sus funciones destaca uno cuyas pruebas aportó directamente al presidente Morales y que se refería a los nexos de funcionarios de su Gobierno con el narcotráfico.

"Hay pruebas de los despachos de aviones C130 del Ejército llevando cocaína a Venezuela y eso está totalmente documentado y comprobado por Inteligencia, estos informes le llegaron al propio presidente", reveló el senador

En un sobre cerrado, el senador, junto a la bancada de su partido, entregaron en abril de 2011 en el Palacio de Gobierno documentos en los que supuestamente se demostraría que el entonces ministro de Gobierno, Sacha Llorenti y el vicepresidente de la República, Álvaro Marcelo García, conocían de los vínculos del exjefe antidroga, René Sanabria, con actividades ilícitas.

El señalamiento de Pinto contra Sanabria resultó incontrovertible. Pocos días después de dar a conocer su denuncia, el ex jefe antidrogas fue detenido en el aeropuerto internacional de Tocumen, Ciudad de Panamá, en una operación que contó con la participación de la agencia antidroga estadounidense, DEA.

En el juicio en Estados Unidos, Sanabria confesó su culpabilidad y tras llegar a un acuerdo a cambio de información, fue sentenciado a 14 años de prisión acusado de formar parte de una banda que envió 144 kilos de cocaína a Miami en septiembre del 2010.

Quintana fue señalado por Pinto por supuestos nexos con el narcotráfico. En marzo de 2015 el senador recordó en declaraciones a la prensa que en los documentos que había entregado a Evo Morales se detallaban sus movimientos con carteles colombianos y venezolanos

El gobierno de Morales puso a Roger Pinto en la mira. De hecho, tras la denuncia contra Sanabria el vicepresidente denunció a su vez a Pinto por desacato. Ese fue uno de los 21 procesos legales que acumuló en los que le acusaron hasta de asesinato, pero sin aclarar quiénes habrían sido sus víctimas. Un señalamiento prosperó: el de delito forestal, por ordenar la tala de dos árboles en un fundo de su propiedad. Por esa razón la autoridad de Bosques y Tierras ordenó su procesamiento legal que le enfrentaba a la posibilidad de una pena de 8 años de cárcel y al pago de una multa de cerca 100.000 dólares. A Pinto no le quedó otra opción que huir.

La fuga

La fugaEn 2012 Pinto se asiló en la embajada de Brasil en Bolivia, donde permaneció durante más de un año: el gobierno de Morales se negaba a entregarle un salvoconducto. Hasta que con la ayuda del encargado de negocios brasileño Eduardo Saboia, se fugó en su automóvil y cruzó la frontera.

"Cuando me refugié en la embajada de Brasil en La Paz, el 28 de mayo de 2012, tenía la convicción de que saldría de ella en pocos días. Yo había desafiado al presidente Evo Morales al denunciar la acción de corruptos en su Gobierno, pero creía que estaría protegido por mi condición de senador. Después de una semana, empecé a percibir que mi situación se había vuelto irreversible. En poco tiempo, ya estaba psicológicamente destruido. La soledad es dura y degrada a cualquiera. Durante los 453 días que pasé en la embajada, pensé muchas veces en entregarme. Recibía recados de partidarios del presidente que decían que ellos pretendían quemar a mis familiares vivos. Cualquier padre y abuelo conoce el significado de una amenaza de esas. Yo sabía que ellos serían capaces de cometer ese tipo de atrocidad", escribió Pinto en una carta pública narrando su vivencia.

Agregó que nunca perdió la esperanza de volver a ser libre. "A pesar de eso, cuando el diplomático brasileño Eduardo Saboia me sugirió huir secretamente a Brasil, tuve miedo. Era un salto en la oscuridad que podría resultar en mi muerte. En la mañana del día en que partimos, miré todo lo que tenía. Mi cama, mi escritorio. La embajada era mi casa. Yo ya me había acostumbrado y, por un instante, no quise dejar ese ambiente atrás. Cuando entramos en Brasil, ya casi sin combustible en el tanque del coche, después de viajar por cerca de 1.600 kilómetros, sentí una emoción profunda. Yo estaba libre", escribió Pinto. Sí, alcanzó la libertad: llegó a Brasil en 2013. La muerte le alcanzó unos años después.

Vida en la raya

Vida en la rayaEpitaciolandia es un pequeño municipio del estado de Acre, en Brasil que limita con el departamento de Pando en Bolivia. Fue el sitio que seleccionó Roger Pinto para vivir con su familia.

"Nos divide un puente. Yo vivía del lado boliviano porque tenía que hacerme cargo de las cosas en Bolivia. Mi papá tenía 21 juicios en curso que había que atender. Mi familia cruzó al Brasil. Mi mamá, mi abuela, mis dos hermanas y sus familias: esposos y cada una con tres hijos. En noviembre del año pasado falleció el esposo de mi hermana en un vuelo", narró a Vértice Denise Pinto, hija de Roger.

La muerte del yerno del exsenador fue otro episodio traumático para la familia. Miguel Quiroga, esposo de Daniela Pinto, era el piloto del vuelo de la aerolínea Lamia que se estrelló en el departamento colombiano de Antioquia y que llevaba a bordo a 77 personas, entre ellos el equipo brasileño de fútbol Chapecoense. Meses más tarde, en otro vuelo, el protagonista sería el propio Roger Pinto.

Desde hace tiempo la tragedia marcó a la familia. Denise dice que desde hace siete años viven perseguidos. "Comenzó de manera judicial hacia mi papá, se le instauraron diferentes juicios penales y también hacia nosotros. Yo estaba todavía en la universidad, tenía 21 años y también me abrieron juicios por intento de asesinato, también a mi mamá", narra vía telefónica desde Brasil.

Tras la decisión anunciada en la prensa en mayo pasado de volver pronto a Bolivia se incrementaron los rumores sobre la posibilidad de un atentado en su contra y Pinto lo sabía

Denise cree que su papá pudo haber sido víctima de un atentado y no de un accidente. Expone que hace 5 o 6 años hubo un sicario que fue contratado para matar a su padre. "En la entrevista que le hicieron él muestra las armas y el lugar donde lo iba a esperar para matarlo. Además hubo amenazas por teléfono y por papel", recuerda.

Blusher Alpire, ese es el nombre del supuesto sicario contratado para asesinar a Pinto. Era un supuesto guardaespaldas del exalcalde de la localidad de Cobija, Miguel Becerra.

En una sorpresiva declaración televisivaAlpire mostró -en el año 2009- las armas que le habrían entregado para asesinar al senador Pinto a cambio de 100 cabezas de ganado, 10 mil dólares y una casa. Además soltó el nombre del hombre detrás de la supuesta confabulación: Juan Ramón Quintana, quien en ese momento era el ministro de la Secretaría de la Presidencia.

Cuando se interroga a Denise Pinto y al abogado del senador, el brasileño Fernando Tiburcio, sobre los nombres de los principales enemigos de Roger Pinto que se podían beneficiar de su muerte, ese es justamente el que se repite: el de Juan Ramón Quintana.

"Hay un enemigo declarado que es el exministro Quintana, que estos momentos se encuentra como embajador en Cuba. Para mí eso es algo que da escalofríos, que el enemigo declarado de mi papá se encuentre en Cuba", confiesa Denise.

Por su parte, Fernando Tiburcio, quien además era amigo de Pinto y le tendió la mano cuando recién llegó a Brasil, comenta a Vértice: "Roger nunca me comentó que alguna persona en específico le estuviera amenazando, todo vino como rumores de sus allegados. Sus acusaciones estuvieron muy centradas sobre el tema del narcotráfico y el entonces ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, que hoy está como embajador en La Habana".

Quintana fue señalado por Pinto por supuestos nexos con el narcotráfico. En marzo de 2015 el senador recordó en declaraciones a la prensa que en los documentos que había entregado a Evo Morales se detallaban sus movimientos con carteles colombianos y venezolanos.

El 12 de agosto, Roger Pinto estaba al mando de un avión de poco uso que despegó del Aeroclub de Luziânia, en el estado de Goiás de Brasil (centro). A los pocos instantes de elevar vuelo se precipitó a tierra

"Hay pruebas de los despachos de aviones C130 del Ejército llevando cocaína a Venezuela y eso está totalmente documentado y comprobado por Inteligencia, estos informes le llegaron al propio presidente", reveló el senador. Añadió que existe un supuesto documento audiovisual en el que se evidencia la relación de Quintana con el cartel brasileño PCC en Bolivia.

En un análisis biográfico sobre el hoy embajador boliviano en La Habana, el periodista Wilson García Mérida, corresponsal de El Sol de Pando en Brasilia escribe: "El poder casi absoluto que Evo Morales delegó en su ministro de la Presidencia le dio a Quintana un control político y administrativo que va más allá del área de Inteligencia y Seguridad. Este exmayor del Ejército es prácticamente dueño de todo el gabinete en el Poder Ejecutivo de Bolivia, además del Ministerio Público (Fiscalía General del Estado) y los aparatos armados (FF. AA. y Policía). Cuando fue militar activo, Quintana se especializó, siendo alumno de las Escuela de las Américas, en tareas de infiltración y contra-información. Ello explica su obsesión por controlar a la prensa y convertir a los periodistas en sumisos soldaditos bajo su mando propagandístico".

Además, cita una entrevista que el diario El Deber de Bolivia le hizo en 2011 al funcionario: "'Yo he sido oficial del Ejército y estoy preparado para experimentar escenarios de altísimo riesgo y probablemente ese es un elemento que le permitió decidir al señor Presidente destinarme a esta tarea. Es un oficio que no es compatible ni con la complacencia, ni con la timidez', confesó Quintana, revelando con esas palabras que sus competencias abarcaban la organización de los aparatos de seguridad del Estado desde donde se desarrollan operaciones sicológicas, labores de infiltración, control territorial y contrainsurgencia".

En una nota del diario ABC de España de 2009 con el título Juan Ramón Quintana, la cara oscura de Evo Morales se señala: "Considerado por algunos 'el Montesinos de Evo Morales', en alusión al excapitán del Ejército que gobernó en las sombras de la mano de Fujimori en Perú, Quintana llegó al grado de mayor del Ejército en las Fuerzas Armadas, donde fue 'invitado' a abandonarlas sin posibilidad de reincorporación, por presuntos vínculos con el contrabando y abandono de su puesto. En su expediente figuran once arrestos y excesiva predilección por el alcohol".

Oscar Ortiz, senador de la Unión Demócrata, partido de la oposición boliviana, declaró: "Está claro que Roger Pinto ha sido una víctima, no ha muerto por casualidad, sino producto de la persecución en su contra"

Añade que "Las referencias entre quienes le han tratado, como Filemón Escobar, fundador del MAS (partido de Evo Morales) y los ex ministros Fernando Kiefer o Alfredo Rada son pésimas. Andrés Soliz Rada, primer ministro de Hidrocarburos de Evo Morales consideró su nombramiento 'un error'".

Pero la trama podría llegar a instancias superiores. Fue el propio Roger Pinto quien narró a la prensa la historia del evento social donde Evo Morales habría dictado su sentencia. "El presidente, en una casa que se compró en Cochabamba, que parece un búnker, hizo una fiesta y ahí llevó a unas chicas y entre esas chicas hay una compañera de curso de mi hermana. En esa charla, al presidente le gusta el whisky, comienza a hablar de Roger Pinto", contó en marzo de 2015 , en conferencia de prensa desde Brasil.

Agregó que "en esa conversación, Evo dijo que no podía ser que solo una persona no pueda ser detenida con todos los medios que tienen". Añadió que "ahí se puso precio a mi cabeza y se admitió que la documentación que tenía era fatal para el Gobierno".

Roger Pinto tuvo en la aviación un medio de sustento en Brasil. Fernando Tiburcio dice que había conseguido trabajo como piloto de helicóptero y de avión y que se estaba "reestructurando financieramente".

Al comenzar a darle tranquilidad económica a su hogar, había una preocupación menos y se planteó entonces la posibilidad de volver a Bolivia. La política lo llamaba de nuevo.

"Él sabía que sería preso allí, pero quería volver para tratar de reconstruir su base política, eventualmente postularse a la Presidencia. Quería estar allí para provocar la reacción en los medios políticos, que hubiera una movilización en torno al quiebre de la democracia en Bolivia. Creía que su presencia serviría", señala Tiburcio.

Denise expone: "Papá me decía que se podía sacar al hombre de la política, pero jamás se podía sacar a la política del hombre. Nosotros le pedíamos mucho que se retirara de la política, porque nos había hecho mucho daño. Él decía ´no puedo dejar que el país siga en manos del narcotráfico, tengo que trabajar por el país´. Siempre fue un hombre de una visión de país, de luchar ante la injusticia, y nosotros no podíamos luchar con eso".

Tras la decisión anunciada en la prensa en mayo pasado de volver pronto a Bolivia se incrementaron los rumores sobre la posibilidad de un atentado en su contra y Pinto lo sabía. "Roger decía que su destino estaba en las manos de Dios y que a él le tocaba su papel de retornar a Bolivia y lo que ocurriera con él estaba fuera de su control, pero tenía que hacerlo", dice Tiburcio.

La preocupación que generaba su retorno en el oficialismo boliviano habría ocasionado que el 31 de julio, 16 días antes de su muerte, recibiera a un emisario. "Era un enviado del Gobierno boliviano que le ofreció que si se retractaba podía regresar y no le iban a hacer nada", relata su hija y acota que su padre nunca reveló la identidad del sujeto con el que se reunió.

Pero ya Pinto había recibido suficientes rumores de allegados que vivían en Bolivia y que le aseguraban que su vida y la de su familia corrían peligro. Por ello se reunió con el ministro de Justicia de Brasil, Osmar Serraglio, en mayo, a quien le habría pedido seguridad para su grupo familiar, según cuenta Denise y confirma el abogado.

"Le comentó los rumores que venían desde Bolivia, que podría sufrir un atentado", explica Tiburcio.

Las pesquisas técnicas están a cargo de un grupo de investigadores del 6º Servicio Regional de Investigación y Prevención de Accidentes de la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal también indaga el hecho

El 12 de agosto, Roger Pinto estaba al mando de un avión de poco uso que despegó del Aeroclub de Luziânia, en el estado de Goiás de Brasil (centro). A los pocos instantes de elevar vuelo se precipitó a tierra. Gravemente herido, fue trasladado a Brasilia, donde luchó por su vida, hasta que, como en la crónica de una muerte anunciada, expiró.

Por el oficialismo, el diputado del MAS, Edgar Montaño, se refirió a la muerte de Pinto. Dijo que su organización política no tiene nada que ver con el hecho y que Pinto estaba preparando su candidatura presidencial para el 2019. Indicó que de acuerdo al Código Penal, tras su fallecimiento, los procesos en su contra "están anulados".

Oscar Ortiz, senador de la Unión Demócrata, partido de la oposición boliviana, declaró: "Está claro que Roger Pinto ha sido una víctima, no ha muerto por casualidad, sino producto de la persecución en su contra".

El caso no solo lo están llevando las autoridades aeronáuticas. Las pesquisas técnicas están a cargo de un grupo de investigadores del 6º Servicio Regional de Investigación y Prevención de Accidentes de la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal también indaga el hecho. Algo llamativo, porque usualmente esa instancia entra en acción solo cuando la investigación aeronáutica arroja pistas de un evento no accidental. Por los momentos se mantiene el hermetismo en las dos instancias.

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Nota de la Redacción: Reproducimos este texto publicado el 19 de septiembre en el digital venezolano Vértice bajo el título La muerte de Roger Pinto: ¿asesinato o accidente?

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