Empieza la carrera para conseguir la libreta de compras en Panamá

Aunque aún no se tramitan solicitudes, los cubanos acuden a la embajada a informarse sobre el nuevo documento

Los curiosos se acercaron a la embajada panameña para interesarse por el nuevo carné de compras. (14ymedio)
Los curiosos se acercaron a la embajada panameña para interesarse por el nuevo carné de compras. (14ymedio)
Luz Escobar

24 de octubre 2018 - 16:46

La Habana/Sendry se presentó este martes con los primeros rayos de sol al consulado de Panamá. A sus 26 años, ha visto en el nuevo carné de compras anunciado por el país centroamericano la oportunidad para salir de Cuba.

Un día después de conocerse la noticia a través de los medios de comunicación, muchos cubanos acudieron a la embajada panameña en La Habana para recabar más información sobre el nuevo documento que permite viajar durante 30 días al país centroamericano. El decreto por el que se crea el carné entraba en vigor este lunes, pero la expedición no ha empezado hasta el momento.

Los funcionarios de la embajada aclaraban ayer que aún no han llegado las solicitudes del carné y los guardias de seguridad de la sede diplomática apenas podían dar indicaciones relacionadas con la medida. La iniciativa, pensada para estimular el turismo de compras, llega como caída del cielo para los cubanos que recurren a la Zona Libre de Colón a aliviar el desabastecimiento crónico de productos en la Isla.

La medida, pensada para estimular el turismo de compras, llega como caída del cielo para los cubanos que recurren a la Zona Libre de Colón a aliviar el desabastecimiento crónico de productos en la Isla

"Tengo un hermano y varios amigos que obtuvieron el visado de 5 años para viajar a Panamá y hacen este recorrido casi cada mes", cuenta a 14ymedio Sendry. El joven, albañil de profesión, quiere cambiar la flota y la cuchara de repellar paredes por un maletín con el que traer ropa, zapatos, medicamentos y electrodomésticos para revender en el mercado informal cubano.

Calcula que si hace entre cinco y siete viajes al año podrá "terminar de hacer la cocina nueva y también el baño", comprar "la primera laptop" para su esposa que es ingeniera y "una tableta para la niña" de seis años. Pero el principal objetivo para Sendry es "explorar Panamá a ver si es un buen lugar para vivir", tras su frustración por el fin de la política de pies secos/ pies mojados en Estados Unidos.

El nuevo carné supone un alivio para quienes llevan meses intentando entrar a la página web del consulado panameño para obtener una cita que les permita solicitar el visado de cinco años. El sitio digital colapsa con frecuencia y en el mercado negro los turnos se venden a un precio que oscila entre los 300 y los 600 CUC según la urgencia.

Con una vibrante economía y un producto interior bruto que en 2017 creció un 5,4% con respecto al año anterior, Panamá se ha ido convirtiendo en los últimos años en un destino atractivo también para radicarse

Con una vibrante economía y un producto interior bruto que en 2017 creció un 5,4% con respecto al año anterior, Panamá se ha ido convirtiendo en los últimos años en un destino atractivo no solo para hacer compras sino también para radicarse. Después de varios viajes al país istmeño, el hermano de Sendry logró un contrato para trabajar en la construcción.

"Es un país que está creciendo y cada vez que llego veo algo nuevo, un edificio que se construyó en algún lugar, un mercado que se inauguró o un servicio que no conocía", explica a este diario Lucía, una cubana nacionalizada española que viaja varias veces al año desde La Habana hasta el aeropuerto de Tocumen. "Es un país que está vivo y donde pasan cosas, no como aquí que todo parece paralizado".

Lucía asegura que "los cubanos tienen buena reputación entre los panameños" porque se les considera "gente trabajadora y bien preparada". En sus viajes ha conocido también a muchos venezolanos que dejaron su país huyendo del chavismo y vaticina que "con el nuevo carné de compras aparecerán nuevas opciones de alojamiento, envío de paquetería y traslado desde o hacia el aeropuerto" especialmente dirigidas a los isleños.

Parte de las importaciones llegadas desde Panamá terminan por apuntalar desde los suministros escolares que tanto faltan en los centros docentes hasta los medicamentos que se ausentan en las farmacias.

"Mi hijo se viste casi completamente con lo que traigo de la Zona de Colón", cuenta Lucía. "Mi madre se mantiene con las vitaminas que compro allí y mi hermana celíaca ya se ha acostumbrado a ciertos productos que importo desde Panamá y que que no se pueden comprar en Cuba". El temor de la cubañola es que el Gobierno cubano maximice el control sobre las importaciones cuando llegue el nuevo carné.

"Hasta ahora las leyes de la Aduana aseguran que los residentes en la Isla solo podemos hacer importaciones personales, pero no comerciales", explica a este diario Lucía. "¿Qué va a pasar cuando la gente obtenga un carné de compras y el Gobierno sepa que van a comprar y no a hacer turismo ni a visitar amigos", cuestiona. "No se trata de que antes no lo sabía, sino de que formalmente no estaba dicho en ningún lugar".

La Aduana General de la República de Cuba no reconoce derechos de importación y exportación a los emprendedores que tienen negocios privados. Las compras realizadas en el exterior entran al país pagando los aranceles que se ajustan al equipaje personal y que permite entrar hasta 100 kilogramos de "importación no comercial", pagando el impuesto en moneda nacional una vez al año y el resto de las veces en pesos convertibles.

En la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) no descartan que la exigencia de mostrar un carné de cuentapropista para un viaje de compras a Panamá pueda contribuir a un repunte de las solicitudes de una licencia de trabajo para el sector privado que se han estancado en el último año. "Durante todo el día han venido varios interesados en saber cuáles son las ocupaciones que tienen un régimen tributario simplificado", comentó a este diario una empleada de la oficina de la calle 17 en el Vedado.

Aunque la expedición de la mayoría de las licencias para el trabajo por cuenta propia está paralizada hasta diciembre próximo, algunos interesados en obtener el carné de compras panameño se plantean cómo sacar un permiso en alguna ocupación en la que no tengan que pagar impuestos por ingresos personales una vez al año, sino una cuota fija mensualmente en la que se incluya la licencia, los tributos y la seguridad social.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, dejó claro el objetivo netamente comercial de la nueva medida. El carné está enfocado en los "más de 600.000 ciudadanos de Cuba que son pequeños empresarios", puntualizó el mandatario a la prensa de su país, un suculento negocio que le deja millones de dólares cada año al país y a otras ciudades de la zona como Cancún.

Algunos interesados en obtener el carné de compras panameño se plantean cómo sacar un permiso en alguna ocupación en la que no tengan que pagar impuestos por ingresos personales

Las autoridades panameñas esperan que el número de viajeros de la Isla se amplíe con esta flexibilización y las decenas de interesados que se aglomeraban este martes a las afueras de su consulado habanero también apuntan en esa dirección. A las ocho de la mañana, la acumulación de curiosos motivó la intervención de la policía, que se vio obligada a organizar la fila de la entrada de la embajada, según el guardia de seguridad.

Carlos vaticinaba este martes en las afueras del consulado una subida de los precios de los productos con el aumento de cubanos en Panamá. "Ahora habrá más gente que pueda ir y terminarán por encarecer las mercancías allá y abaratar los precios en que se pueden vender aquí", lamenta. Carlos está casado con una panameña y lleva años ganándose la vida como mula viajando a ese país.

"Cada día da menos la cuenta, un split que antes costaba allá 100 o 150 dólares, ahora vale 220", explica. Cree que en la subida de los precios ha influido que los cubanos le cuentan a los vendedores que "algo que vale un dólar se vende en Cuba en 10, y el mes que viene cuando uno regresa el precio subió a 3".

Sendry en cambio es más optimista: "Es un negocio redondo obtener por unos cuantos pesos cubanos al mes una licencia que facilita el viajar a un país donde se pueden ganar cientos de dólares", explica. "Al final todos ganan, porque los panameños tendrán más dinero, el Gobierno cubano recaudará más impuestos en Aduana y nosotros tendremos entradas más altas".

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