Cuba promociona la homeopatía, calificada de pseudociencia en España

Varios países europeos han retirado progresivamente ayudas públicas a estos productos que no han demostrado su efectividad

La homeopatía, cuyo único efecto es el placebo, ha sido usada y promovida en Cuba mientras en Europa, incluso en países donde ha sido muy popular, pierde fuelle. (ANC)
La homeopatía, cuyo único efecto es el placebo, ha sido usada y promovida en Cuba mientras en Europa, incluso en países donde ha sido muy popular, pierde fuelle. (ANC)
14ymedio

07 de abril 2020 - 17:00

La Habana / Madrid/El debate sobre la homeopatía apenas ha comenzado en Cuba pero el pasado fin de semana se avivó después de que el director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Francisco Durán, anunciara que en la Isla comenzará a usarse el PrevengHo-Vir, producto homeopático preventivo para elevar sus defensas frente al coronavirus, aunque advirtió de que el producto "no evita el contagio ni excluye las medidas de prevención" como el lavado de manos y la distancia social.

En conferencia de prensa, el doctor aseguró que el producto ayuda a prevenir diferentes afecciones como la influenza, enfermedades gripales, dengue, e infecciones víricas emergentes o virales emergentes. El que se distribuirá se aplica de manera sublingual, y "se prevé su administración de manera organizada en la población", detalló Durán.

No es la primera vez que las autoridades cubanas recurren a este tipo de productos que, como dijo Durán, son "muy inocuos"

En una primera fase, el producto se suministrará a mayores y población de riesgo y, posteriormente, al resto de la población mediante el sistema de atención primaria. La fórmula, fabricada por la estatal BioCubaFarma, es una solución hidro-alcohólica elaborada "a partir de cepas homeopáticas de origen vegetal, mineral, animal y biológico", indicó Diadelis Ramírez, investigadora del Centro para el Control Estatal de la Calidad de los Medicamentos (Cecmed).

Aunque los responsables afirmaron que "existen publicaciones en revistas científicas donde esto ha demostrado un impacto", no dieron detalles. Por décadas, en las facultades médicas cubanas y el sistema de salud pública se ha promovido el uso de la homeopatía, en parte explicada como una alternativa ante el déficit de medicamentos. En la prensa oficial no se ha dado espacio a las voces que critican abiertamente estas prácticas y la mayor parte de la población cubana no ha tenido acceso a los argumentos que la rebaten y tildan de pseudociencia.

No es la primera vez que las autoridades cubanas recurren a este tipo de productos que, como dijo Durán, son "muy inocuos". Estos falsos remedios ya se emplearon en los brotes de cólera en la Isla en 2012 y 2013.

La polémica ha aterrizado en las redes sociales y lleva a mirar a un país con el que Cuba mantiene estrechos lazos y que, en el polo opuesto, lidera en Europa una batalla contra la homeopatía desde hace casi dos años: España. Desde su llegada al poder en 2018, el Gobierno socialista declaró la guerra a esta pseudociencia que vivía en un limbo legal.

España intentó varias veces regular la homeopatía de acuerdo con una directiva europea de 2001, pero nunca había estado tan cerca como en mayo de 2018, cuando Dolors Montserrat, entonces ministra de Sanidad (Partido Popular), dio luz verde a una orden ministerial que permitía vender en las farmacias como medicamentos los productos homeopáticos aunque un informe del ministerio admitía que estos productos no curan. Toda la oposición, incluido el partido Ciudadanos (liberales, socios del PP en varios Gobiernos autonómicos y locales), puso el grito en el cielo.

"Ya la misma expresión, 'medicamento homeopático', resulta contradictoria: un medicamento ha de tener algún efecto sobre una enfermedad, y la homeopatía se define justamente como aquel producto que de tan diluido resulta inocuo"

"Ya la misma expresión, 'medicamento homeopático', resulta contradictoria: un medicamento ha de tener algún efecto sobre una enfermedad, y la homeopatía se define justamente como aquel producto que de tan diluido resulta inocuo", decía la eurodiputada Teresa Giménez (Cs) a la ministra.

La biblioteca médica Cochrane acababa de publicar en ese momento su séptimo estudio contrario a la homeopatía, el enésimo golpe a una pseudoterapia creada en Alemania hace más de doscientos años. El método, ideado por Samuel Hahnemann en 1796, se basa en la dilución en dosis infinitesimales de sustancias de origen natural que nunca ha podido demostrar su utilidad según el método científico. La literatura médica al respecto concluye que lo único que tiene es el efecto placebo.

El nuevo Gobierno que tomó posesión en 2018 incorporó a dos activos opositores a la homeopatía. Uno de ellos, Pedro Duque, primer astronauta español y encargado del Ministerio de Ciencia, explicó su posición sin rodeos: "Está claro que a la farmacia no le puedes decir, con la normativa actual, que no venda caramelos, pero es que la homeopatía puede estar en la misma categoría que los caramelos sin ningún problema", afirmó el ministro el pasado año.

En 2016, la Universidad de Barcelona retiró su máster por "falta de base científica" y desde hace dos años la homeopatía está desterrada de todas las universidades españolas, no por orden gubernamental, sino por decisión de los centros docentes. Solo es posible estudiar algún curso en centros privados.

La guerra contra la homeopatía llegó a Bruselas en septiembre de 2018 cuando el Gobierno español instó a la UE a cambiar la legislación, una medida que nunca había llegado a ese nivel. España denunció que "se han producido casos de fallecimiento de pacientes oncológicos que dejaron tratamientos con evidencia científica por productos homeopáticos" y que la actual normativa era "un riesgo para la salud" de los ciudadanos.

Los productos homeopáticos han avanzado y su industria, organizada ya en fuertes lobbies, se ha hecho millonaria (con facturaciones en España de hasta 60 millones de euros anuales y exentos de pagar tasas, como sí hacen los medicamentos) en base a la única certeza de que no son nocivos. Sin embargo, cuando un enfermo deja de tomar un medicamento ante la creencia de que la homeopatía puede sustituirlo, la situación se convierte en peligrosa. En 2017 falleció un niño tratado en Italia con homeopatía de la otitis que padecía.

En los últimos años, han sido varios países europeos los que han seguido esta estela. El Reino Unido dejó de financiar la homeopatía en la sanidad pública en 2018 y Francia retirará su apoyo público en 2021 a estos productos. Actualmente, la Sanidad francesa devuelve el 30% del coste de unos 1.200 productos homeopáticos, casi 127 millones de euros que salen del presupuesto nacional y de los bolsillos de los contribuyentes. Mientras, aquí en Cuba, el propio Estado los fabrica y los promociona.

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