El 'caso Mandy' marca un antes y un después en Camagüey

Pedro Armando Junco López, el padre de Mandy, en la sala de su casa en la ciudad de Camagüey. (Sol García Basulto/14ymedio)
Pedro Armando Junco López, el padre de Mandy, en la sala de su casa en la ciudad de Camagüey. (Sol García Basulto/14ymedio)
Sol García Basulto

13 de diciembre 2015 - 23:02

Camagüey/Los habitantes de Camagüey consultados por 14ymedio opinan que la presión popular tuvo mucho que ver con la severidad de las condenas pronunciadas el viernes contra los cuatro autores del asesinato del joven músico Pedro Armando Junco, Mandy. Al condenar a dos de los acusados a 40 años de cárcel y a los otros dos a 25, el tribunal ha ido más allá de la petición de la fiscalía, que había solicitado penas de 30 y 23 años, respectivamente.

El padre de la víctima, Pedro Armando Junco López, dice sentirse "satisfecho con esta condena, si los [sentenciados] cumplen sin beneficios". Aunque, "únicamente la privación perpetua de libertad nos daría un poco más de satisfacción".

"Las sanciones siempre eran menores antes y no se correspondían con el grado de violencia de los asesinatos"

Cuenta que una amiga abogada le comentó hace unos días que "en Camagüey hay un antes y un después de Mandy". Según ella, "las sanciones siempre eran menores antes y no se correspondían con el grado de violencia de los asesinatos".

"El tribunal les está mandando un aviso a los ciudadanos que tienen inclinaciones asesinas", agrega el padre de Mandy. "A esos elementos hay que controlarlos si queremos un Camagüey y una Cuba pacíficos y seguros".

Junco, que es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), apuesta a que a partir de ahora "las cosas van a cambiar" y sugiere que "la única manera de erradicar esa violencia que hay en las calles camagüeyanas es haciendo esto que acaba de hacer el tribunal provincial: castigando severamente a los culpables de un caso de tal magnitud".

Para Onelia López, que vive cerca de la familia de Mandy, "la gente estaba pidiendo" penas severas y está conforme con las sentencias. "El día del juicio, mi marido y todos sus compañeros estuvieron movilizados porque había el temor de una manifestación popular", cuenta esta camagüeyana, que está casada con un oficial del Ministerio del Interior.

"El día del juicio, mi marido y todos sus compañeros del Minint estuvieron movilizados porque había el temor de una manifestación popular"

Sin embargo, algunos se muestran escépticos y no creen que la severidad de las condenas sea suficiente para detener la delincuencia en la región. Según Pedro Martínez Ramos, "hay demasiado violencia en Camagüey y la policía no hace nada, por lo que se pone peor cada día y que ya no se puede salir a la calle por las noches".

Este vecino critica "los beneficios que se le dan a los reclusos: estos quizás pronto estén afuera, matando otra vez". Además, dice, "ahí en las cárceles no reforman a nadie".

Yoelquis García, que trabaja en la Casa del Joven Creador de Camagüey y pertenece a la Asociación Hermanos Saíz, está convencida de que "la única manera para acabar con ellos es siendo radicales".

Desde hace varios meses, se ha generado en la provincia un movimiento de rechazo popular ante el violento hecho que terminó con la vida del joven artista de 28 años. Muchos de los integrantes del grupo que se organizó bajo el nombre de Todos somos Mandy exigían la pena capital para los acusados del delito.

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