Fallece la duquesa de Alba, la aristócrata que votó socialista
La Habana/La muerte de la duquesa de Alba ha sido noticia en Cuba mucho más rápido que el fallecimiento de un estadista o la coronación de un rey. Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, fallecida este jueves en Sevilla a los 88 años, era un rostro conocido por muchos cubanos, que estaban al tanto de cada momento de su vida a través de las revistas del corazón. Aunque en ningún estanquillo de prensa nacional se venden publicaciones como la española Hola, el mercado ilegal suministra para todos los gustos.
Resulta muy significativo que en una población tan alejada de las cortes y los títulos nobiliarios exista tanta fascinación por la vida de princesas, condes y duquesas. Quizás se trate de uno de esos tantos caminos de escapada de la realidad que buscan los cubanos para olvidar las largas colas, el desabastecimiento y el monotemático discurso oficial que muestran los periódicos del país.
Hoy ha muerto un símbolo. Una mujer que había despertado en muchas señoras cubanas la impresión de que se puede ser mayor y ser feliz, romper con el que dirán y "tener un marido mucho más joven" y hasta desafiar a los años con una sonrisa. Un personaje pintoresco y simpático, cuya vida fue muy seguida también de este lado del Atlántico.
Ahijada de Alfonso XIII, leal sin fisuras a Juan Carlos I y "encantada" con su heredero, el rey Felipe VI, Cayetana de Alba, siempre se declaró monárquica, aunque nunca tuvo reparos en confesar que en algún momento fue votante socialista. "Felipe González es un hombre muy importante y muy amigo mío", reconocía Cayetana de Alba. Era a comienzos de los años ochenta del siglo pasado, cuando un joven abogado sevillano, Felipe González, se convertía en presidente del Gobierno de España, tras ganar unas elecciones generales en las que la duquesa de Alba, mujer de carácter y con criterio, no dudó en votar por el cambio, en votar socialista, como ella misma se encargó de proclamar públicamente.
El funeral de la jefa de la Casa de Alba, 14 veces Grande de España, será oficiado este viernes en Sevilla, la ciudad en la que pasó los últimos años de su vida, y después el cuerpo será incinerado.
La duquesa repartió sus bienes -por un valor estimado de entre los 600 y los 3.000 millones de euros- entre sus seis hijos, mientras que su tercero y actual marido, Alfonso Díez, renunció a casi todo.
Cayetana de Alba creó una fundación para proteger su patrimonio artístico, que se remonta al siglo XV y no ha hecho más que aumentar con sucesivas acciones militares, matrimonios o herencias. La Casa de Alba posee obras maestras de Goya, Tiziano o El Greco. Entre los manuscritos, destacan las cartas autógrafas de Cristóbal Colón. Se calcula que entre su colección privada se incluyen 249 óleos de grandes maestros, 177 acuarelas, 137 miniaturas, 54 dibujos, 52 tapices, 31 cerámicas, una biblioteca con 18.000 volúmenes y el archivo histórico.