La 'motorina', vehículo coyuntural

El insuficiente transporte público, la escasez de gasolina y las oportunidades de trabajo que ofrece este vehículo alimentan su 'boom'

La 'motorina' puede ser una inversión, ya que la pandemia ha dado alas a los negocios de reparto a domicilio. (14ymedio)
La 'motorina' puede ser una inversión, ya que la pandemia ha dado alas a los negocios de reparto a domicilio. (14ymedio)
Cynthia de la Cantera

01 de julio 2020 - 12:02

La Habana/Los astros se han alineado para dar la razón a quienes vieron en la moto eléctrica un negocio redondo. A finales de 2019 ya había en Cuba unas 200.000 de estas motorinas, un auténtico boom alimentado por la combinación de varios factores: el insuficiente sistema de transporte público, la escasez de gasolina, el sencillo manejo de estos aparatos y las oportunidades de trabajo que ofrecen en medio de la pandemia .

"Tomando en cuenta los problemas de transporte que hay en este país, que incluso teniendo el dinero para coger un taxi se te dificulta, me era más factible comprar la moto, a pesar de lo caro que cuestan", cuenta Camila Alonso, una joven que invirtió los 1.500 CUC que había ahorrado en uno de estos vehículos. "Con la moto no se te va la vida esperando en una parada por una guagua o un carro. Los tiempos se te hacen más cortos", razona.

Menos breve fue, en cambio, el proceso para adquirirla. El dinero disponible le permitía comprar un modelo nuevo en una tienda estatal con garantía. Estas motorinas, procedentes de China, son de la marca Minerva y se ensamblan en Santa Clara, en la empresa Ángel Villareal Bravo. Según publicó Granma a finales del pasado año, su precio era de 999 CUC, aparentemente una buena opción para un producto nuevo.

El joven afirma que las motos que vende el Estado no son de gran calidad, pero la necesidad de transporte es tal que los compradores recurren a lo que sea

"Recibimos muchas motos con garantía que no tienen ni un mes de compradas y ya están rotas", dice Brian Arocha, mecánico en un taller ubicado en El Vedado habanero, que ha visto en las populares motorinas un nicho de negocio.

El joven afirma que las motos que vende el Estado no son de gran calidad, pero la necesidad de transporte es tal que los compradores recurren a lo que sea, "más si es una opción más barata que comprarse un carro o una moto de combustión", opina.

Las mulas, siempre atentas al mercado, detectaron en las motorinas una oportunidad y empezaron a importarlas desde la Zona Libre de Colón, en Panamá. La aduana permite la entrada en el país de estos vehículos eléctricos por 200 pesos siempre que no superen los 1.000 vatios de potencia ni los 50 Kilómetros por hora de velocidad.

Brian sostiene que estas motorinas son de mejor calidad que las que venden las tiendas en divisas de las cadenas Cimex y Caribe. "En esas tiendas no hay personal especializado a la hora de armar las motos, entonces hacen malas conexiones (eléctricas). Eso, a la larga, trae falsos contactos, cortocircuitos y otros problemas mecánicos".

Esto, unido al inconveniente que supone adquirir el producto en una tienda de las autorizadas por el Gobierno, que requiere el pago con una tarjeta específica, terminó de convencer a Camila para comprar su moto, ya usada, pero de importación privada. Durante tres días revisó los anuncios en Revolico y Porlalivre hasta que encontró la moto ideal para ella: una Raybar modelo EA3 de color rojo.

Los precios de una moto eléctrica de gran calidad duplican, al menos, a las Minerva cubanas. Una Mishozuki modelo Tiburón, de las más caras y populares, cuesta actualmente entre los 2.500 y 2.800 CUC nueva, y entre 1.900 y 2.000 CUC de uso. Prácticamente ninguna de las motos importadas, nueva, baja de los 2.000 CUC.

El precio a pagar puede considerarse una inversión en muchos casos. La pandemia ha dado alas a la mensajería a domicilio y la moto se ha revelado una gran aliada para encontrar empleo

A pesar de ello, el precio a pagar puede considerarse una inversión en muchos casos. La pandemia ha dado alas a la mensajería a domicilio y la moto se ha revelado una gran aliada para encontrar empleo.

En Revolico se ofertan empleos para repartidores de pizza, comida preelaborada y productos del agro. A Alvin Pino, dueño de un negocio de comida a domicilio, el éxito de las motorinas también le ha ayudado a prosperar. "De verdad que han estimulado las ofertas a domicilio, porque claro, como ahora hay más motos eléctricas se ha podido incrementar este servicio".

Hay quienes vieron ahora en su moto una oportunidad de empleo y se anuncian para transportar "todo lo que quepa en un cajón o en una mochila". Eso, hasta la fecha, no parece que incluya a personas, cuyo peso puede afectar a la batería, que necesitaría ser cargada más frecuentemente, opina Camila, que duda que puedan usarse las motorinas como taxi.

La autonomía media de estos vehículos es de 50 kilómetros, una distancia adecuada para moverse dentro de las ciudades. Para completar su carga suelen ser necesarias entre cuatro y ocho horas de electricidad, un consumo que asciende a unos 130 pesos mensuales.

A pesar de los frecuentes cortes de electricidad que sufre Cuba, agravados desde septiembre del pasado año en lo que el Gobierno calificó de situación "coyuntural", no suele haber problemas para recargar una batería y, sin duda, es más sencillo y menos complicado que llenar un tanque de un vehículo a combustión, además de menos contaminante. Gana también a la bicicleta por su velocidad y porque requiere menos esfuerzo para trasladarse, algo muy valorado por los ciudadanos que sufren el calor tropical de la Isla.

Solo en los primeros cuatro meses de 2019 ocurrieron 207 accidentes en moto en los que perdieron la vida 10 personas y otros 121 tuvieron heridas

Pero no todo son ventajas. La mayoría de usuarios son jóvenes que circulan con estas motos, que no requieren licencia (excepto en el caso de que superen los 1.000 vatios y 50 kilómetros por hora). Esto traslada una percepción de bajo riesgo y la falta de medidas de protección adecuadas, como el uso de casco. Solo en los primeros cuatro meses de 2019 ocurrieron 207 accidentes en moto en los que perdieron la vida 10 personas y otros 121 tuvieron heridas.

"Las motos generalmente las compran personas que viajan, que traen mercancías y que están en la compraventa. También están quienes trabajan en el turismo, los que reciben remesas y los cuentapropistas, pero más bien los jefes, porque tampoco en todos los lugares los trabajadores por cuenta propia pueden comprarse una moto", dice Brian.

La pandemia deja, pese a todo, el mercado en suspenso. Mientras las mulas no puedan volver a viajar, las importaciones privadas de motorinas de calidad están congeladas.

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