La voz del feminismo se afianza

La revista se consolida poco a poco y alcanza ya su tercer número pese a las dificultades de moverse en el sector independiente. (Alas tensas)
La revista se consolida poco a poco y alcanza ya su tercer número pese a las dificultades de moverse en el sector independiente. (Alas tensas)
Zunilda Mata

18 de abril 2017 - 12:08

La Habana/La revista feminista Alas Tensas ha llegado a su tercer número con obstinada persistencia. Dirigida por la escritora Ileana Álvarez, la publicación trae en esta ocasión varios textos imprescindibles: la historia de un reclusa condenada por el asesinato de su marido, un dosier de poetas contemporáneas y una entrevista con la editora Irela Casañas.

La revista se coloca en un espacio doblemente independiente. En parte por hablar de feminismo, que el discurso oficial acusa de defender ideas capitalistas, y también porque recoge las demandas de un sector que tampoco está representado -en toda su complejidad- en la agenda disidente.

La autonomía se respira en sus páginas, a través de las cuales se reflejan -sin rubores ni encorsetamientos- problemáticas como las críticas a la producción académica que aborda los estudios de género, las muchas formas en que se expresa la violencia contra las mujeres y las presiones sociales en torno a la decisión de ser madre.

La revista se coloca en un espacio doblemente independiente, porque el feminismo se rechaza desde el oficialismo y no está representado en la disidencia

"La mujer cubana se ve obligada a estar acompañada del hombre, pues el hombre es el macho proveedor", critica Casañas durante su conversación con Álvarez. La editora y poeta sentencia que "hay cuestiones que en Cuba deben ser negociadas por los hombres", algo muy parecido a lo que ocurre en "una sociedad medieval".

Casañas pone como ejemplo de esta necesidad de representación masculina esos momentos en los que "hay que reparar la casa y buscar materiales de construcción" y "no es la mujer la idónea para negociar" porque es como "si corriera el riesgo de ser timada". La solución de los problemas cotidianos "es terreno de hombres, que son los educados socialmente en Cuba para resolver", apunta.

Unas páginas después la historia cambia de rostro y de drama: El testimonio anónimo de una prisionera, acusada del asesinato de un esposo maltratador, corta el aliento. Es una historia escrita desde el minimalismo y con una acertada cronología que logra reconstruir el camino de golpes y gritos que concluye con una botella del alcohol y un fósforo encendido lanzado sobre el cuerpo del marido.

La reclusa completa su biografía con frases que muestran la espiral de maltratato y encierro a la que se vio sometida desde muy joven. "Este hombre empezó a perseguirme, donde quiera que se tropezaba conmigo me golpeaba, quería que yo volviera para su casa y yo no quería". Cuando el abusador muere, el abogado le aclara que no debe "tener esperanzas" en una disminución de la condena, porque en la Isla "el delito de asesinato tiene muy pocas variantes".

A pesar de que la Constitución, el Código Penal y otros instrumentos legales protegen la equidad de género, en el país no existe una legislación actualizada ni específica para penalizar la violencia de género y proteger a las víctimas. La mujer que cuenta su historia en Alas Tensas es ante los ojos de la Ley cubana una asesina como cualquier otra.

Esta tercera entrega convierte el aleteo editorial de sus inicios en un vuelo maduro y prolongado, en una apuesta sólida por dotar de voz y voto al feminismo cubano

A pesar de su situación, la reclusa sueña con salir de prisión, cuidar a sus hijos, buscar un trabajo y ganar su propio dinero para sentirse "libre".

Algo de esa resilencia a prueba de desilusiones también se lee en los versos de la colombiana Amparo Romero Vázquez, quien en su Poema para despertar a una mujer triste declama: "Bienaventuradas aquellas que se construyen desde sus rostros polvorientos y sus ventanas cerradas". La calidad de la poesía compilada en este número da cuenta también de la cultura lírica de la directora.

Más allá del alto valor testimonial y social de los textos de la publicación, esta tercera entrega convierte el aleteo editorial de sus inicios en un vuelo maduro y prolongado, en una apuesta sólida por dotar de voz y voto al feminismo cubano.

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