Vegueros irán contra Tigres en la final de la 55 Serie Nacional

Víctor Mesa
Víctor Mesa mánager del equipo matancero.
Ernesto Santana

04 de abril 2016 - 04:39

La Habana/Matanzas, de la mano de Víctor Mesa —que ha movido su inmenso poder en la empresa—, lleva un lustro convertido en un equipo grande, reverdeciendo sus antiguos laureles, llegando a la postemporada, pero quedándose al final siempre sin el soñado título.

En esta ocasión, cuando los Cocodrilos regresaron a su casa del Victoria de Girón con balance favorable de 3-2 ante Pinar del Río, muchos empezaron a visualizar una final entre Matanzas y Ciego de Ávila, pero muchos también sabían que la larga estirpe guerrera de los Vegueros podía, como tantas veces antes, levantarlos del suelo y hacerlos vencer.

Anoche ganaron en buena lid, empatando a 3 puntos, y hoy por la tarde remataron magistralmente en un juego muy digno, protagonizado por el buen pitcheo, con pizarra de 3-2. La lluvia detuvo las acciones durante un rato, al principio, y luego un cielo encapotado —negro presagio para los locales— obligó a encender el alumbrado del parque.

El abridor local fue Freddy Asiel Álvarez, líder del pitcheo matancero, y por los visitadores comenzó Erlis Casanova, que se fue en el tercero, luego de una carrera, y fue relevado por Yosvani Torres, héroe de su conjunto y conocido como dueño del mejor tenedor de la pelota cubana.

Aunque continuaba jugando con un esguince en un dedo, el brillante Lázaro Ramírez ya no podía dar más y en su último turno, curiosamente, al hacer el swing, se le fue el bate al mismo tiempo que se le partía el cinto, mientras su equipo perdía 2-0 en la cuarta entrada.

El buen oficio de Freddy Asiel terminó en la sexta, cuando le hicieron una carrera. Lo sustituyó José Ángel García, que esta vez tampoco estaba en su forma acostumbrada y que se fue en la séptima dejando el tope empatado a 2. Entró entonces Alexander Rodríguez, que terminó el episodio. El equilibrio era tal que no solo cada equipo tenía un par de anotaciones, sino también 9 imparables y 1 error por igual.

Cuando acabó el octavo inning con igual marcador se hizo evidente que aquel sería un juego decidido por un jonrón, por un error o aun por un hecho más liviano. Dos días atrás, el refuerzo tunero Yosvani Alarcón había dicho que su equipo debería pelear con furia para salir airoso. Aunque estaba medio vacío el estadio, el público rojo animaba a los suyos con el coro “¡Sí se fue, sí se fue!”

Y se fue la pelota, sí, en la novena, pero gracias a un trabucazo de Alarcón, precisamente, que puso a hervir al público verde. El fornido receptor, viendo salir la bola, hizo un regocijado gesto de muerte para el rival. No se equivocó, pues después Torres hizo un cierre ejemplar.

Era la quinta vez que los Vegueros ganaban en un play off sus partidos sexto y séptimo. Además, continuaban su tradición de ganar siempre el séptimo juego. Ah, y ese cuadrangular le permite a Alarcón estar por primera vez en una final del béisbol cubano.

Y está muy bien que sean tan intrépidos los jugadores de Pinar, porque, según lo que les vimos hacer en esta etapa con los Leones en la propia capital, los Tigres de Roger Machado deben ir con mortal fiereza a emboscarlos en su jungla avileña este miércoles.

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