Censura moderada, censura descarnada y el hijo pródigo

El arte espera por la libertad de que prime, por encima de todo, el valor de las obras, más allá de criterios de quienes pretenden escalar o mantener posiciones políticas

Fotograma de Memorias del desarrollo, de Miguel Coyula
Fotograma de 'Memorias del desarrollo', de Miguel Coyula
Lynn Cruz

19 de octubre 2015 - 09:41

La Habana/Los tiempos han cambiado, esta es una verdad irrefutable. A pesar de que en Cuba el acceso a Internet sigue siendo limitado para la mayor parte de la población, de una forma u otra las personas se las agencian para buscar información sobre los temas que les interesan. Sin embargo, es innegable el control que ejerce todavía el Estado sobre los medios masivos, como la prensa y la televisión.

En el pasado Festival de Cine de San Sebastián, la actriz cubana Yordanka Ariosa se alzó con la Concha de Plata a la mejor actriz por su desempeño en El rey de La Habana del director español Agustí Villaronga, basada en la novela homónima de Pedro Juan Gutiérrez. La prensa oficial, especialmente la versión impresa de Granma, ignoró el suceso.

El reconocimiento a Ariosa voló como un bumerán contra el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Roberto Smith, su actual presidente, había rechazado en su momento la participación de la institución en la cinta. Expresó no estar interesado en que un extranjero retratara La Habana que describe Gutiérrez en su novela.

Villaronga y su equipo tuvieron que rodar la película en República Dominicana. Paradójicamente, gran parte de la obra de Gutiérrez ha sido publicada por Ediciones Unión, un hecho motivado tal vez por el alcance internacional de este autor. Trilogía sucia de La Habana (1998) es uno de los mil y un libros que deben ser leídos antes de morir, según una selección publicada por la prestigiosa editorial Grijalbo. La novela aún no ha tenido una edición legal en Cuba y se oferta a precios muy altos en las librerías en ediciones piratas.

Ahora los funcionarios se han vuelto más sofisticados, emplean métodos más sinuosos de censura, que confunden hasta a los propios creadores

Sin embargo, como consecuencia de los errores cometidos en el pasado, los funcionarios se han vuelto más sofisticados. Ahora emplean métodos más sinuosos de censura que confunden hasta a los propios creadores.

Miguel Coyula expresó a raíz del estreno de Memorias del desarrollo, en marzo pasado en Madrid, que su película enfrenta lo que él considera una "censura moderada", pues se exhibió en el Festival de Cine de La Habana (2010) fuera de competencia, en la sección Panorama Latinoamericano, y luego en la Muestra Joven ICAIC (2011). Tanto la cinta como su director venían con importantes reconocimientos internacionales.

El crítico Gustavo Arcos comentó al respecto que la película "fue desnaturalizada". Entre los argumentos para no exhibirla o dejar que represente a Cuba en eventos se encuentra que "no es completamente cubana", aunque Producciones Pirámide es la entidad productora cubana independiente responsable de todas los filmes de Coyula desde el año 1997.

Contradictorio también a estos planteamientos, Memorias del desarrollo, basada en la novela homónima de Edmundo Desnoes, tampoco publicada en Cuba, fue considerada por la Guía Internacional de Cine como la mejor película cubana de 2010. A su vez, la revista Cine Cubano ha publicado varias críticas resaltando los valores del filme.

El filme Regreso a Ítaca (2014), del francés Laurent Cantet, basado en La novela de mi vida, de Leonardo Padura, galardonado con el Premio Princesa de Asturias y coguionista junto a Cantet, después de haber sido programado para participar en el Festival de Cine de La Habana, fue retirado del catálogo y por tanto no resultó exhibida.

Innumerables protestas de los cineastas, que se sumaron en contra de la injusticia, y tal vez, por ser su director francés, hicieron que finalmente tuviera su estreno en Cuba, durante el pasado Festival de Cine Francés en La Habana.

Una vuelta de tuerca de la censura fue la que sufrió el director de cine y de teatro, Juan Carlos Cremata. Su rebeldía es por partida doble y evidentemente "sacó de quicio a las autoridades culturales", en especial al Consejo Nacional de las Artes Escénicas, quienes no tuvieron ningún pudor en suspender las funciones de su última obra, El rey se muere.

Esta censura descarnada provocó la expulsión de Cremata del gremio de los teatristas, que ahora lo tratan como a un traidor, como si un hijo no tuviera el derecho de rebelarse contra su padre.

Los teatristas tratan ahora a Cremata como a un traidor, como si un hijo no tuviera el derecho de rebelarse contra su padre

El hijo pródigo: León Ichaso, director cubano que emigró a Estados Unidos a temprana edad, ha realizado filmes en Hollywood, pero también en su filmografía resaltan las producidas con actores y actrices cubanos. El súper (1979), primera película cubana importante desde el exilio, Azúcar amarga (1996), y Paraíso (2008). Pero su filmografía es completamente ignorada por las instituciones cubanas, quienes se resisten a legitimar la obra producida desde el exilio, aún más cuando las confronta o las critica.

Coyula, Gutiérrez, Padura tienen en común que la creación de sus obras y su reconocimiento internacional no han dependido de ninguna institución cubana. Éstos, al igual que Ichaso, se caracterizan también por tocar esas zonas sensibles de la sociedad cubana, que parecen olvidadas pero en verdad están silenciadas.

Los cubanos que se han ido sufren el exilio; los que se han quedado, el exilio de sus exiliados; y el arte espera por la libertad de que prime, por encima de todo, el valor de las obras, más allá de criterios de quienes pretenden escalar o mantener posiciones políticas.

Así, Memorias del desarrollo y Regreso a Ítaca merecen ser vistas fuera del marco de un festival. El súper, Azúcar amarga, Paraíso, El rey de La Habana, ser estrenadas en Cuba.

El derecho a la denuncia es prueba de una sociedad que dialoga con sus habitantes. No permitirlo despierta sospechas hacia los que tienen el poder, pues no es normal que un país no tenga contradicciones. Además, existe otra verdad irrefutable: ¿qué representan aquellos que hoy ejercen la censura, frente a la eternidad del arte?

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