Adiós muchachos...
Debo ser breve porque estoy dedicándome a "las tareas propias de mi sexo" desde que Yoani realiza su ejemplar función de embajadora ciudadana. Lo que más me ha llamado la atención de las pasadas "elecciones" donde repitió Raúl Castro no fue la salida de Machado Ventura ni que hubo que esperar al otro día para conocer el nombre de los integrantes del nuevo Consejo de Estado. Lo que más me admiró fue la indiferencia popular. Como ya señalé en mi cuenta de tiwtter, no hubo celebraciones populares, la gente no salió a la calle a celebrar la reelección de su líder, los claxon de los automoviles no hicieron el menor ruido y a nadie se le ocurrió poner una bandera cubana en su balcón. Si comparamos esta gélida acogida con las demostraciones que vimos en Ecuador ante la reelección de Correa o la bienvenida simbólica que tuvo Chávez en Venezuela, tenemos que concluir que aquellas emociones revolucionarias, aquel entusiasmo desbordante del que tanto se ha alerdeado han muerto para siempre.
Este no solo será el último mandato de Raúl Castro, sino también el canto de cisne de la ya agonizante revolución cubana.