Volvieron los matutinos

Yoani Sánchez

18 de junio 2007 - 04:03

Desde hace medio año ha venido extendiéndose -como una obligación- el realizar matutinos en todos los centros de trabajo. No se trata de una nueva orientación, sino del intento de retomar una ya vieja que en los últimos años había pasado al cajón de las cosas en las que “ya casi nadie creía”. Así que junto al uniforme de miliciano, el casco de microbrigadista y el diploma de destacado en la “emulación socialista” ha regresado también ese vetusto espécimen del adoctrinamiento ideológico.

Normalmente se llevan a cabo los viernes antes de empezar la jornada laboral y rezuman la misma grisura y falta de interés que hace ya tiempo ataca a los matutinos escolares. La mayoría de los participantes hacen como que escuchan, aplauden con fingido entusiasmo al final de alguna frase dicha con entonación tribúnica y suspiran aliviados cuando todo termina. Para el administrador que incumpla con la tarea de organizar el orientado matutino, ya se han redactado también las correspondientes sanciones.

Algún día cuando levantemos el sitial a las cosas absurdas de este período, habrá que darle un espacio también a los matutinos. Allí amontonaremos el bostezo retenido, el tono apagado de cantar el himno –casi en un susurro-, los poemitas patrióticos llenos de ripios y lugares comunes, los files amarillos con discursos que parecían nunca acabar y las gastadas efemérides llevadas y traídas. Mientras tanto tendremos que asistir a su forzado renacer.

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