El don de la "invisibilidad"

Yoani Sánchez

12 de julio 2007 - 03:59

Me ufané durante años de poseer el don de la “invisibilidad”, pues en los momentos en que me lo proponía podía pasar inadvertida y escaparme de situaciones complicadas. Arropada en esa capa a lo “Harry Potter” me escabullí de pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas, pues –cosa increíble para la extremadamente ideologizada Cuba de los años 80- nadie nunca me preguntó si quería ser miembro.

También fui invisible para cuanto cargo de responsabilidad y de necesaria intachabilidad quedaba vacante cerca de mí. Así sorteé sin que apenas se notara (hasta el día de hoy) la casi obligatoria inscripción en la FMC -jugando con el viejo truco de tener la dirección y el carné de identidad en una casa pero vivir en otra-; burlé también la pertenencia a un Sindicato y hasta logré no dejarme marcar con aquello de “la Universidad es para los revolucionarios”, cuando tuve la suerte de estudiar en la escuela de Letras en un momento de cierta distensión provocada por los rigores del Período Especial.

Sin embargo, ya el truco de esconderse no funciona. Así que me ha dado por “hacerme notar” y en un acto de supremo exhibicionismo me puse a escribir este Blog. Un amigo me regaló el argumento de oro para hacerlo, cuando me contó una discusión que tuvo con “los muchachos del Aparato” y les dijo: “Todo lo que yo pienso, lo escribo y lo firmo con mi nombre, pero ninguna de las cosas que ustedes hacen o dicen están autorizados a publicarlas, mucho menos a firmarlas”.

Así que inspirada por los consejos de mi amigo me excedí un poquito y hasta colgué una foto en el Blog. Aunque agradezco los consejos de todos aquellos que me han escrito pidiendo que me ponga un seudónimo y retire mi cara de la red, debo decirles que esto forma parte de una terapia personal “anti-invisibilidad”.

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