Polymitas, la extinción de los colores

La polymita picta es una especie autóctona de Baracoa
La polymita picta es una especie autóctona de Baracoa
Rubén Amador

15 de julio 2014 - 17:00

La Habana/Una amiga tiene un collar hecho con polymitas que lleva a las fiestas y enseña con orgullo. Cada vez que la veo con esa colección de caracoles alrededor del cuello, no puedo dejar de pensar en el daño ecológico que ha provocado su coquetería. La miro y lo que veo es una mujer llena de vanidad, con una secuencia de cadáveres ensartados que le cuelgan hasta el escote.

La polymita está en extinción en Cuba, entre otras razones, por personas que, como esta señora han puesto por delante de la naturaleza su propia frivolidad. Estos moluscos han padecido la recolección indiscriminada y sistemática que los ha llevado, prácticamente, al fin de su especie. Sus vistosos colores hacen a la polymita bella, pero también frágil. Precisamente en su hermosura radica el motivo por el que ha desaparecido en gran medida de la fauna autóctona cubana. En este caso, la vanidad humana ha podido más que la conservación del medioambiente.

Para recuperar parte de nuestra población de polymitas no sólo hay que hacer un buen trabajo en centros de cría y posterior reinserción en sus ambientes naturales. Se debe también enseñar a las personas que el lugar donde estos animales se ven más espléndidos es sobre la rama de un árbol o arrastrándose lentamente sobre una piedra. Sacarlos de su entorno para convertirlos en un adorno, una pulsera o un souvenir para turistas, nos quita el gusto de su vida en libertad y le provoca al medioambiente nacional un daño irreparable.

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