Cuba deberá importar más de 500.000 toneladas de arroz este año

Al precio de mercado, La Habana gastará unos 316 millones de dólares para comprar el cereal

El arroz importado de Uruguay es el favorito de los cubanos. (14ymedio)
El arroz importado de Uruguay es el favorito de los cubanos. (14ymedio)
14ymedio

22 de febrero 2022 - 15:00

Madrid/En los últimos donativos que llegan a Cuba no falta un producto: el arroz. El cargamento más reciente de este tipo fue el envío de 300 toneladas compradas en Colombia por la empresa china Yutong para La Habana. Una gota en medio del océano, pues la Isla necesita 700.000 toneladas de arroz anuales y para este año prevé recoger apenas 180.000, según un reportaje publicado en Granma que analiza los problemas para conseguir un producto básico en la dieta nacional, cultural y nutritivamente.

Los cubanos se han aprendido ya la cifra necesaria para cubrir la demanda de la canasta básica y el consumo social, pero ni en sus mejores sueños la Isla está en condiciones de llegar siquiera a la mitad. El mejor año histórico reciente fue 2018, cuando se produjeron 304.000 toneladas, pero ya en 2019 se produjo un fuerte bajón, con 246.700 y con la pandemia se aceleró la caída libre, con 162.965 toneladas en 2020 y unas 120.000 en 2021.

Si este año se alcanzaran las previsiones se podría casi hablar de un hito y la aspiración del programa arrocero nacional, que sitúa en unas 600.000 las toneladas que aporte la industria cubana en 2030 sería todo un milagro

Si este año se alcanzaran las previsiones del Ministerio de Comercio se podría casi hablar de un hito y la aspiración del programa arrocero nacional, que sitúa en unas 600.000 las toneladas que aporte la industria cubana en 2030 –el 86% de la demanda anual– sería todo un milagro.

Con semejantes datos de producción nacional, a Cuba no le queda otro remedio que importar, pero esto tampoco resulta tarea fácil. Según el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, el producto en el mercado internacional ha pasado de los 468 dólares la tonelada en 2019 a los 633 dólares actuales. A Cuba le costaría más de 316 millones de dólares importar las 500.000 toneladas de arroz que necesita para satisfacer la demanda interna este año.

"Para la familia cubana, este complejo contexto económico implica tener que seguir lidiando con las tensiones que genera no contar con la disponibilidad de arroz liberado", advierte la prensa oficial.

Antonio Rodríguez Mojena, presidente de una cooperativa perteneciente a la empresa José Manuel Capote Sosa, en Granma, y entrevistado para la ocasión, cree que las 63 medidas aprobadas por el Gobierno el pasado abril para mejorar la producción agropecuaria han sido útiles pero aún muy insuficientes, ya que el elevado costo de preparación del suelo, el uso de la maquinaria y los precios de insumos y servicios han perjudicado al sector.

"Las utilidades son bajas, lo que no compensa el sacrificio de una campaña, ni incentiva a seguir creciendo en áreas. Por otra parte, además, puede convertirse en caldo de cultivo para la venta ilícita de parte de la cosecha", añade.

"Para la familia cubana, este complejo contexto económico implica tener que seguir lidiando con las tensiones que genera no contar con la disponibilidad de arroz liberado"

Maikel Suárez Torres, director de industria de la empresa estatal, explica que, si bien cumplieron con las previsiones de la carne, la leche, la fruta y el carbón vegetal, el año se cerró con 20 millones de pérdidas por concepto de producción del grano de arroz.

El precio de compra al productor subió y a la vez se bajó el subsidio estatal al grano, lo que generó muy malos resultados. "Si se tiene en cuenta que el precio de venta del arroz está centralizado y que la industria asume, además, el 10% del pago de las impurezas del grano, unido al incremento del precio de la electricidad y los gastos en combustible, insumos y salario de los trabajadores, el resultado es que entre más arroz vendamos, más pérdidas tenemos como empresa", explica.

El texto del diario oficial del Partido Comunista suaviza los fatídicos datos poniendo por delante la historia de un productor de Río Cauto, Granma, que dice haber salido airoso de una nefasta campaña. El agricultor, Antonio González Guerra, argumenta que hay que saber aprovechar las nuevas políticas gubernamentales, aunque su caso más parece una excepción que la regla, como atestiguan los datos del reportaje.

"La política hay que aterrizarla. Ahí están las 63 medidas y la voluntad de la máxima dirección del país de que se cumplan, pero el reto es lograr que lo estipulado en los papeles se convierta en realidad en las bases productivas", esgrime.

A continuación, eso sí, se detallan los problemas del sector, entre los que citan la mala gestión de algunas empresas. "No puede ser que para que una empresa cumpla con el pago a sus trabajadores o evite pérdidas, la alternativa sea subirle cuatro, cinco o más veces el precio al servicio malo que ya le prestaba al productor. Al final es el cultivo el que carga con esa ineficiencia que encarece los costos y afecta el rendimiento por hectárea", dice González Guerra.

El Estado destinará 447 millones de pesos al cultivo de arroz para esta campaña, pero ni con eso se llegará al cuarto de lo que necesita el país

El Estado destinará 447 millones de pesos al cultivo de arroz para esta campaña, pero ni con eso se llegará al cuarto de lo que necesita el país.

Además, el arroz donado no contenta del todo a los consumidores cubanos. Por regla general el producto que llega por esa vía es de baja calidad, con muchos granos partidos y cocina empegostado, una característica que no gusta en las mesas cubanas donde se prefiere la composición desgranada, indispensable para hacer los moros y cristianos, un plato típico de la Isla, cuyo otro componente, el frijol, escasea también.

El encarecimiento de sustitutos como la malanga, la yuca y el boniato, junto a la caída de la presencia de la papa en los mercados, han contribuido a aumentar la demanda y el precio del arroz, que a finales del año pasado llegó a rozar los 100 pesos la libra, una cantidad que no se veía desde la crisis de los años 90. Ahora, en territorios de tradición arrocera como Villa Clara y Cienfuegos, el cereal se mantiene por encima de los 50 pesos la libra en los mercados.

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