Muere José Ramón Balaguer, un "incombustible" y fiel funcionario del régimen cubano

Su gestión es recordada por la muerte de decenas de pacientes en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, en 2010

Balaguer fue conocido como uno de los "siete magníficos" de Fidel Castro. (Prensa Latina)
Balaguer fue conocido como uno de los "siete magníficos" de Fidel Castro. (Prensa Latina)
14ymedio

16 de julio 2022 - 16:13

La Habana/José Ramón Balaguer Cabrera, ex ministro de Salud Pública de Cuba, murió este viernes en La Habana a los 90 años. Retirado de la vida política desde 2019, poseía un nutrido expediente de servicios gubernamentales y diplomáticos, y sobrevivió, por su incondicionalidad y fidelidad absoluta a Fidel Castro, a numerosas purgas dentro del Partido Comunista.

Nacido en Guantánamo en 1932, fue alumno de los mejores colegios católicos de esa ciudad hasta 1949, año en que viajó a La Habana para estudiar medicina. Tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952, participó en distintas manifestaciones universitarias como miembro de la Federación de Estudiantes Universitarios.

En 1957 se integró a la columna Frank País en la Sierra Maestra. Lo capturaron y estuvo detenido en la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba. Al año siguiente, ya libre, regresó a la guerrilla como parte del Segundo Frente Oriental, donde combatió hasta 1959.

En un comunicado, el propio Balaguer atribuyó las decenas de muertes de pacientes psiquiátricos a "las bajas temperaturas de carácter prolongado"

Durante la primera década de la revolución desempeñó cargos militares, incluyendo el de viceministro sustituto de las Fuerzas Armadas. Al fundarse el Partido Comunista de Cuba (PCC), en 1965, formó parte de la organización. Se desempeñó como primer secretario en Santiago de Cuba de 1976 a 1985.

Ascendió al Comité Central del PCC en 1975 y fue enviado como embajador a la Unión Soviética en 1990. Se mantuvo allí como diplomático durante la caída del comunismo en ese país y la constitución del actual Estado ruso.

De regreso a Cuba, fue situado nuevamente en puestos clave del Partido durante el Período Especial. Por su formación médica, Castro lo designó ministro de Salud Pública en 2004.

Aunque una nota en Granma le atribuye "humanismo y fidelidad" en el cargo, la gestión de Balaguer en ese ministerio es recordada por la muerte, en 2010, de decenas de pacientes en el Hospital Psiquiátrico de La Habana "Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé", conocido como Mazorra.

Un comunicado del propio Balaguer atribuyó los fallecimientos a las "bajas temperaturas de carácter prolongado", además de a los "factores de riesgo propios de los pacientes con enfermedades psiquiátricas, el natural deterioro biológico debido al envejecimiento, infecciones respiratorias" y crónicas, como el cáncer que padecían algunos enfermos.

Sin mencionar las deplorables condiciones del hospital, la falta de alimentación de los pacientes y su desamparo contra el frío, Balaguer accedió a nombrar una comisión para investigar "varias deficiencias relacionadas con la no adopción oportuna de medidas". "Los principales responsables de estos hechos", aseguraba, "serán sometidos a los tribunales correspondientes".

José Ramón Balaguer, además de pertenecer a la denominada "generación histórica" de la revolución, formó parte de los llamados "siete magníficos" de Fidel Castro

Varios doctores y funcionarios relacionados con el centro hospitalario fueron condenados a prisión. Aunque Balaguer fue destituido ese mismo año como titular del ministerio de Salud Pública, no fue amonestado públicamente sino que pasó a ocupar, hasta 2019, un oscuro cargo en el Departamento de Relaciones Exteriores del Partido. Pero en ninguno de los casos, sus cambios de responsabilidades trajeron aparejada una pérdida de influencia ni se le consideró defenestrado. El guantanamero fue uno de los incombustibles del círculo más cercano a los Castro.

José Ramón Balaguer, además de pertenecer a la denominada "generación histórica" de la revolución, formó parte de los llamados "siete magníficos" de Fidel Castro: los dirigentes a los cuales repartió el poder en 2006, tras su enfermedad.

Pocos años después de la convalecencia de Castro, varios de estos "incondicionales", como Carlos Lage Dávila y Felipe Pérez Roque, ya habían sido desterrados del poder, mientras que Balaguer fue removido de sus funciones ministeriales y de su cargo como "impulsor principal" del Programa Nacional e Internacional de Salud Pública.

Después de una breve exposición en el cementerio de Colón, los restos de José Ramón Balaguer serán enterrados en Santiago de Cuba, en el panteón del Segundo Frente Oriental.

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