Vuelve la luz con un cacerolazo frente a la temida Quinta Unidad de Policía en Santa Clara

"En mi barrio, muy cerca del centro de la ciudad, cuando se va la luz hay tres 'segurosas' que salen a ver qué dice la gente", denuncia un vecino

"Ese barrio es el detonante", explica Enrique, residente en el centro de Santa Clara, "si explota El Condado le sigue toda la ciudad". (Collage)
"Ese barrio es el detonante", explica Enrique, residente en el centro de Santa Clara, "si explota El Condado le sigue toda la ciudad". (Collage)
Juan Izquierdo

15 de agosto 2022 - 19:29

La Habana/Dos protestas nocturnas contra los apagones tuvieron lugar este fin de semana en el barrio de El Condado, en Santa Clara. Los vecinos aprovecharon la oscuridad para manifestarse a gritos y con un cacerolazo frente a la temida Quinta Unidad de la Policía de esa ciudad.

Un video que ha circulado este domingo en varias redes sociales muestra a decenas de personas gritando consignas en un parque localizado en la calle Estrada Palma, en las inmediaciones de la estación policial.

"El Condado es un circuito priorizado", asegura a 14ymedio Enrique, residente en el centro de Santa Clara, "y la Unión Eléctrica evita quitarle la corriente. El sábado lo hicieron por primera vez en algún tiempo y la gente protestó. A la media hora restablecieron el servicio. Ayer, no muy tarde en la noche, ocurrió lo mismo".

"Ese barrio es el detonante", explica el hombre, "si explota El Condado le sigue toda la ciudad". Señala que lo más significativo de las protestas es que se produjeron "para que la Policía las viera", y frente a la Quinta Unidad, que tiene la reputación de manejar con "mano fuerte" cualquier incidente en El Condado.

Un reciente ejemplo de esto, recuerda Enrique, fue la muerte del joven Zinédine Zidane Batista, de 17 años, a manos de un agente de la Policía. En medio de una riña, Batista fue neutralizado por un oficial y recibió varios disparos, uno de ellos en el tórax, que acabó con su vida. Aunque El Condado es caracterizado por los santaclareños como un barrio "marginal", este episodio de violencia conmovió profundamente a los residentes de la ciudad.

"El sábado lo hicieron por primera vez en algún tiempo y la gente protestó. A la media hora restablecieron el servicio"

Al malestar por la represión se añaden los constantes apagones y la dificultad para conseguir alimentos y productos básicos, incluso cuando este barrio santaclareño funciona también como centro del mercado informal de la ciudad.

Un artículo publicado en el periódico local Vanguardia, el 11 de agosto, informaba a los santaclareños que se someterían a una "rotación de los cuatro bloques" energéticos para "repartir" las afectaciones del servicio eléctrico.

Precisaba la nota que la provincia contaba con "300.000 clientes residenciales distribuidos en 159 circuitos", de los cuales varios recibían "protección", como el circuito 3, en el centro de la Santa Clara, "donde se ofrecen servicios comprometidos con la población, además de encontrarse allí los transmisores de radio y televisión, bancos y cajeros".

Además, el gobierno provincial anunció dos "propuestas" para la planificación de los apagones. "La primera propuesta consiste en 12 horas seccionadas en dos períodos de tiempo, y la segunda, de hasta 12 horas continuas, cuyo tiempo de interrupción podría ser inferior en dependencia de las condiciones del Sistema Eléctrico Nacional".

El "nuevo sistema de afectaciones" comenzó el sábado 13 de agosto, coincidiendo con las protestas en El Condado. Algunos de los comentarios de lectores indignados con el artículo escaparon a la censura del Partido Comunista, del cual Vanguardia es el órgano de prensa provincial.

"¿Somos vanguardia nacional en apagones? ¿Por qué son tan injustos con unos y complacientes con otros? ¿Acaso somos ciudadanos de tercera categoría", preguntaba un lector de la nota. "Imposible", afirmaba otro, "no se puede aguantar más. ¿Hasta cuándo? Hacen reparaciones, mantenimientos, y cuando comienzan su entrada al sistema vuelven a tener problemas. El tema de la programación, ténganlo en cuenta, es abusivo. Volvimos a los años del Período Especial".

Al malestar por la represión se añaden los constantes apagones y la dificultad para conseguir alimentos y productos básicos

"La gente está muy disgustada en todos los sentidos", dice Enrique a 14ymedio, "pero el Gobierno ha sabido regular la 'presión'. En realidad, muy poca gente en Santa Clara se atreve a salir a la calle, y quienes lo hacen enseguida ceden cuando le ponen la corriente".

"En mi barrio", prosigue el hombre, "muy cerca del centro de la ciudad, cuando se va la luz hay tres 'segurosas' que salen a ver qué dice la gente. Tienen hijos en el extranjero y sus tarjetas cargadas con dólares, una posición muy cómoda para 'chivatear'. Hace poco, en medio de un apagón, sonaron dos cacerolas calle abajo y ellas salieron enseguida a ver qué pasaba. En cada barrio hay gente así".

Cada vez son más frecuentes en la Isla las protestas nocturnas contra los apagones. La explosión en la Base de Supertanqueros de Matanzas, el pasado 5 de agosto, trae malos presagios a un panorama que se encontraba ya en plena crisis. A partir de las manifestaciones nocturnas contra un corte energético en Los Palacios, Pinar del Río, el 15 de julio, esta modalidad de protesta se ha repetido en decenas de pueblos y ciudades de la Isla.

Durante las más recientes, en Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, los vecinos salieron a la calle con cacerolas y gritando "Pongan la corriente, pinga", consigna que se ha vuelto habitual para reclamar el fin de los apagones.

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