Ambulancias chinas y triciclos fúnebres, respuesta tardía al deterioro de estos servicios
Transporte
La compra de vehículos pequeños, como los microbuses Foton, responde a la escasez de combustible y divisas
La Habana/Hay que admitirlo: Eduardo Rodríguez Dávila da la impresión de ser el único ministro en Cuba que realmente se mueve, aunque sus soluciones resulten parciales y no den abasto frente a un sistema en ruinas –y en la ruina–. El medio oficialista Tribuna de La Habana ha anunciado hoy la incorporación de 15 nuevas ambulancias para la capital. Y el propio titular de Transporte publicó en su página de Facebook que planean adquirir 120 vehículos destinados a los servicios fúnebres.
En este medio hemos seguido de cerca el caso de los 100 microbuses chinos de la marca Foton que se incorporaron al transporte público. Es cierto que inicialmente se pensaba hacerlos rodar únicamente por las calles habaneras. Pero luego rectificaron, ante el aluvión de críticas de las otras provincias, que siempre deben conformarse con vehículos usados.
Cada territorio mostró tal entusiasmo con sus nuevas guagüitas chinas que parecían recibir una “caravana de la victoria”
Salomónicamente, el ministro se “sensibilizó” ante las quejas y partió el lote: 50 para La Habana y 50 para otras cinco provincias. Los medios locales de los territorios beneficiados celebraron con entusiasmo la llegada de 20 unidades a Santiago de Cuba, 10 a Holguín, igual número a Camagüey, cinco a Villa Clara y otras cinco a Ciego de Ávila, la provincia campeona en la emulación nacional por el 26 de Julio. Cada territorio mostró tal entusiasmo con sus nuevas guagüitas chinas que parecían recibir una “caravana de la victoria”.
Las ambulancias son solo quince, por ahora. Parecen idénticas a los microtaxis, pero sin asientos traseros, con cruces rojas y luces de sirenas. La nota de Tribuna se apresuró en aclarar que luego llegarán otras 50, que serán distribuidas por el resto de la Isla. Eso sí, aseguran que constituyen una “modalidad operativa innovadora”. ¿Qué quisieron decir con eso? No lo aclaran. Según el medio oficialista, este sistema ha mostrado “resultados positivos en eficiencia y cobertura”, aunque el propio reporte reconoce que aún no se satisfacen todas las necesidades existentes.
Si bien se destaca la coordinación entre los ministerios de Transporte y de Salud Pública, no se explican los mecanismos de fiscalización, ni se presentan datos públicos sobre tiempos de respuesta, disponibilidad por municipios o zonas de cobertura real. En un contexto donde los ciudadanos denuncian a diario la falta de transporte sanitario, los anuncios parecen más una estrategia comunicacional que una respuesta estructural.
Mientras se pregona la modernización de estos servicios, el sistema de transporte fúnebre –otro tema sensible– también intenta reformarse, con la compra de 70 carros fúnebres de motor de combustión y 50 eléctricos, según la declaración del ministro Rodríguez Dávila. Se trata de una respuesta tardía a años de quejas por el deterioro del servicio, que ha provocado escenas tan dolorosas como el transporte de féretros en carretillas utilizadas para la construcción.
Ahora, en cambio, el ministro publica imágenes de triciclos modernos, con los colores apropiados para su función, carrocería aerodinámica y menor necesidad de gomas de repuesto. En los comentarios no son pocos los que agradecen al ministro. Y uno de sus 73.000 seguidores llega a decir: “Al menos… hay un Ministerio que trabaja”.
“Al menos… hay un Ministerio que trabaja”
Estos esfuerzos, todos financiados por el Fondo para el Desarrollo del Transporte Público, reflejan un intento de modernización dentro de las limitaciones económicas del país. Pero también evidencian una visión fragmentaria, centrada en paliativos más que en soluciones estructurales. La compra de vehículos de pequeña capacidad –como los microbuses chinos o los carritos eléctricos Zycar, recientemente incorporados en algunas zonas turísticas– responde más a la escasez de combustible y divisas que a un rediseño profundo del sistema de transporte.
La decisión de no utilizar estos nuevos micros para el turismo, según el ministro, se debe a que fueron adquiridos específicamente para el sector público. Pero esa separación entre el transporte turístico –privilegiado, con acceso a vehículos modernos y combustible asegurado– y el transporte ciudadano –en crisis permanente– solo refleja la enorme brecha entre sectores dentro de la sociedad cubana.
Los anuncios de ambulancias, microbuses y triciclos fúnebres, aunque necesarios, no deben servir de cortina de humo ante la realidad: un sistema colapsado que requiere –por lo menos– reformas verdaderamente profundas y urgentes.