Bienvenido, señor inversionista
La Habana/Se pasa la mano por el pelo y bebe un trago. "Este me llevó todo un año repararlo", asegura y muestra en su móvil una foto de un auto descapotable que parece salido de una postal del siglo XX. Reynaldo es un chapista y mecánico automotriz que busca un inversionista para abrir el negocio de sus sueños.
Lejos de la fanfarria de la Cartera de oportunidades de inversión extranjera y la recién concluida Feria Internacional de La Habana (Fihav), los emprendedores cubanos están encontrando sus propios caminos para atraer capital foráneo hacia sus negocios.
Reynaldo ha hablado con varios interesados en ayudarlo a habilitar autos descapotables para el servicio turístico. "Esto es una mina de oro", le decía este miércoles a un canadiense acodado en la barra del famoso bar Floridita. "Necesito unos 50.000 dólares para dejar listo el taller y en dos años recuperará la inversión", asegura el cubano.
Desde que entró en vigor la Ley de Inversión Extranjera en 2014 se han aprobado 83 proyectos para un monto que apenas ronda los 1.300 millones de dólares
Según cifras oficiales, el país necesita atraer 2.000 millones de dólares anuales en capital extranjero para poder salir del atolladero económico en que se encuentra, pero desde que entró en vigor la Ley de Inversión Extranjera en 2014 se han aprobado 83 proyectos para un monto que apenas ronda los 1.300 millones de dólares.
El Gobierno de Raúl Castro intenta a toda costa controlar por los canales institucionales hasta el último centavo que entre a la Isla.
Las autoridades están especialmente preocupadas por lo que han llamado "blanqueo de capital" en el sector privado. En octubre pasado, la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de La Habana paralizó la concesión de licencias para abrir nuevas paladares por, entre otros motivos, posibles irregularidades con el financiamiento llegado desde el exterior.
El fenómeno se hace sentir con más fuerza en el sector gastronómico puesto que en la Isla existen 1.700 restaurantes particulares de los cuales unos 500 están en la capital. Muchos de ellos destacan por su refinado menú y una sofisticada infraestructura que apunta a inversiones de extranjeros o emigrados cubanos.
"Es un pacto entre caballeros", aclara Reynaldo. La ley no permite los préstamos y las inversiones de parte de extranjeros al sector privado cubano. Todo se hace en las sombras, con discreción y confianza... mucha confianza.
Las empresas extranjeras pueden establecerse en Cuba y la ley les permite comprar y rentar locales para abrir negocios, pero no están autorizadas para invertir en un negocio gestionado de manera privada por un cubano.
"He hablado con un montón de gente, pero algunos tienen miedo por la fragilidad jurídica de la inversión", asegura Reynaldo. "Se han dado muchos casos de estafa, sobre todo en el sector inmobiliario", cuenta a 14ymedio. Sin embargo, cree que su idea de negocio "atrae a gente de billete que está dispuesta a arriesgarse".
Eliezel vive en la playa de Guanabo, al este de La Habana y lleva meses buscando a un socio para su negocio. Necesita alguien con "perspectivas en la renta o alquileres de casas en la playa, ahora con las nuevas oportunidades que se asoman en el horizonte", explica.
La ley no permite los préstamos y las inversiones de parte de extranjeros al sector privado cubano. Todo se hace en las sombras, con discreción y confianza... mucha confianza
El pequeño empresario ofrece su experiencia en la hotelería privada, la magnífica ubicación de su casa y una red de contactos que van desde profesores de salsa para los clientes, hasta servicio de comida a domicilio. Aclara que no quiere perder tiempo con "improvisadores" y solo está dispuesto a negociar con inversionistas "serios que sepan lo que quieren".
En el campo de la informática y las comunicaciones el dinero foráneo también comienza a fluir. "Busco inversionista para implementar una web que revolucionará el mundo de la compraventa en Cuba", asegura Luis, un joven hábil con la programación, el diseño y la distribución de contenido digital.
El informático necesita recursos para concluir una aplicación móvil y costear la campaña publicitaria de su nuevo servicio. Augura que tendrá "ganancias grandes", aunque el mercado de los anuncios clasificados da señales de estar bastante copado.
La cantidad de inversiones que ha llegado al país a través de persona a persona es un misterio. Pero basta recorrer algunas calles y lugares del país para encontrar negocios que superan con creces el patrimonio medio de los residentes en la Isla. "Todo el mundo está buscando un yuma que lo financie", sentencia Reynaldo.