Un burócrata gris sustituye a una "compañera insensible" en el Ministerio de Trabajo

Cuba

Jesús Otamendiz Campos era vicegobernador de La Habana y fue incapaz de resolver el problema de la basura

El nuevo ministro de Trabajo (en el centro) es licenciado en Derecho, doctor en Ciencias Pedagógicas y cursó el Diplomado en Administración Pública.
El nuevo ministro de Trabajo (en el centro) es licenciado en Derecho, doctor en Ciencias Pedagógicas y cursó el Diplomado en Administración Pública. / Gobierno de La Habana
14ymedio

19 de agosto 2025 - 06:36

Madrid/Más de un mes ha estado vacante la plaza de ministro de Trabajo desde que se destituyó, por su "falta de sensibilidad", a María Elena Feitó, que desde este lunes ya tiene sucesor. Jesús Otamendiz Campos, vicegobernador provincial de La Habana desde junio de 2023 estará al frente del cargo en un momento importante para su área, que se dispone a discutir el anteproyecto del nuevo Código del Trabajo. 

El texto es aún un misterio, pero las autoridades anuncian que se comenzará a debatir este septiembre y hasta noviembre en los centros laborales de la Isla, previsiblemente con vistas a su aprobación en el Parlamento este diciembre. Entre las pocas novedades adelantadas, se conoce el cambio de 17 a 18 años como edad para establecer relaciones laborales o el uso del contrato por tiempo determinado en labores de carácter permanente.

El nombramiento de Otamendiz Campos trascendió este lunes, a través de un comunicado que indica, con la fórmula habitual, que “el Consejo de Estado, a propuesta del presidente de la República y previa aprobación del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, acordó promover al cargo de ministro de Trabajo y Seguridad Social al compañero Jesús Otamendiz Campos”. 

Entre las pocas novedades adelantadas, se conoce el cambio de 17 a 18 años como edad para establecer relaciones laborales o el uso del contrato por tiempo determinado en labores de carácter permanente

El nuevo ministro, de 50 años, es licenciado en Derecho, doctor en Ciencias Pedagógicas y cursó el Diplomado en Administración Pública. Su carrera en el partido único ha sido, como cabe esperar, prolija y, según el comunicado, “con resultados positivos”. Fue instructor de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Cerro (La Habana), y, después, primer secretario de la organización juvenil en el municipio. Desde ahí, saltó al nivel provincial, al asumir en 2005 el cargo de jefe del departamento de organización del Comité Provincial de la UJC en La Habana. 

En 2008 tuvo su primer gran contacto con el área que ahora dirigirá, al ser designado jefe del Programa de Trabajadores Sociales de la capital, que pasó a integrarse en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en 2012. Ya en ese organismo fue director de Formación y Desarrollo, director de Empleo y, desde 2021, viceministro primero, hasta que pasa al cargo que tenía hasta ayer en la provincia de La Habana. 

El comunicado señala que en este último puesto “ha demostrado capacidad y liderazgo”, y que allí se mantenía como “reserva inmediata del ministro de Trabajo y Seguridad Social”, por lo que cabía esperar que alcanzara el cargo. La noticia ha caído bien entre los más afines al régimen, que destacan los muchos años que Otamendiz Campos llevaba en el sector y lo señalan como un triunfo de la “política de cuadros”. Entre los ciudadanos de La Habana, mientras tanto, se considera que ha resultado ser un nulo gestor en la política municipal y provincial, y se le reprocha en particular el problema de la basura en la capital.

Desde su puesto, además de la responsabilidad de echar a andar el Código del Trabajo en un momento catastrófico para los recursos humanos en Cuba, marcado por el

exilio masivo de los últimos tres años, tendrá que gestionar otro de los grandes problemas de la Isla: los jubilados y otros sectores vulnerables. Para los primeros, su nombramiento coincide con el cobro –desde este miércoles– de las pensiones, que pese a su subida seguirán siendo ínfimas en un país que convive desde hace más de dos años con una inflación oficial de dos dígitos, una moneda depreciada y unas tiendas desabastecidas en moneda nacional.

Para los segundos, se acaba de aprobar un paquete de leyes que incluyen la “atención a los deambulantes”, el talón de Aquiles de la anterior ministra, a quien costó el cargo sus palabras despectivas sobre la pobreza.

Durante las sesiones previas a la Asamblea Nacional, este julio, Feitó dijo que quienes deambulan por las calles en condiciones precarias no padecen pobreza extrema, sino que fingen con fines oportunistas y los calificó de “borrachos, simuladores e ilegales”

Durante las sesiones previas a la Asamblea Nacional, este julio, Feitó dijo que quienes deambulan por las calles en condiciones precarias no padecen pobreza extrema, sino que fingen con fines oportunistas y los calificó de “borrachos, simuladores e ilegales”. La funcionaria dijo que la función del Estado no es reconocer la pobreza estructural, sino “prevenir el oportunismo social” y “combatirlo” y añadió que el deterioro social que atraviesa el país no se explica por fallos del sistema económico, sino por el “egoísmo individual” y la “falta de valores”.

“Muy cuestionable la falta de sensibilidad en el enfoque de la vulnerabilidad. La Revolución no puede dejar a nadie atrás, esa es nuestra divisa, nuestra responsabilidad militante”, escribió Miguel Díaz-Canel en su cuenta de X poco después. Fue el anuncio oficioso de su destitución, confirmada el 15 de julio. 

“La compañera reconoció sus errores y presentó su renuncia al cargo”, indicaron las autoridades, que calificaron su salida de “liberación, a partir de la falta de objetividad y sensibilidad con que abordó temas que centran hoy la gestión política y gubernamental, enfocada en atender fenómenos reales y nunca deseados por nuestra sociedad”.

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